Los humanos crecen para mal

Los humanos crecen para mal

Eloisa Breton

13/06/2018

El crecer supone una mejoría personal, un avance en el mundo creando mejoras para lograr ser un ciudadano no sólo bueno sino de provecho, pero los humanos parecen no haber captado el concepto de crecimiento, o tal vez es su estilo hacerlo de una manera tan peculiar.

Cuando pequeños a una persona su familia y principalmente sus padres le enseñan valores, buenos modales, actitudes correctas, una gran variedad de cosas buenas que se espera al crecer mantenga y las desarrolle sumándole otras cualidades que descubra en su camino, pero vaya decepción cuando los años pasan, al menos desde mi punto de vista, pues siendo algo tan común y notorio parece que nadie se da cuenta de ello.

Remontados a una niñez en la que con tus amigos del kínder, hermanos y primos jugabas, que felicidad tan grande esa de pasar el rato juntos, pero en la adolescencia los evitas a toda costa y a los que les hablas no les tratas igual, a tus hermanos los aguantas porque viven contigo y que tal aquello de prestar los juguetes, era tan simple como compartir algo en Facebook, pero quién te quita un sudadero ahora y ni de broma dejas que tomen tu Tablet o salten en tu cama, seria lo peor!, y con la ropa era otro caso, esa indescriptible felicidad y el deseo de que todo mundo notara que tu amigo y tu tenían camisas iguales, o el mismo par de zapatos, pero ahora te molesta si alguien usa algo tan siquiera similar a eso que te compraste y crees que te vuelve exclusivo solo dices que “te quieren copiar” donde dejó el humano pequeño ese espíritu de compartir y de unión, que triste proceder humano grande.

Cuando pequeño los mayores eran “LOS MAYORES” el respeto que les guardabas era impresionante, atenciones especiales y siempre a la espera de que ellos se sintieran felices contigo y por tí, ahora si bien les va a esos mayores no les pasas aventando cuando llevas prisa, ya no quieres que te hablen porque te avergüenzan, y ni pensar dejarle pasar antes o darle el asiento en el bus, porque ahora ya no te parecen importantes. Tus padres eran la opinión más respetable, nadie tenía mayor razón que ellos, los más sabios y admirables, ahora te vas sobre la razón y mejor para tí si no opinan, dónde dejó el respeto ese humano pequeño, que triste avance humano grande.

La espontaneidad y la honestidad fueron de los aspectos más bonitos que te inculcaron en casa, por más que alguien quisiera que le “guardaras el secreto” tú lo decías, porque no tiene sentido eso de los “secretos”, por qué ocultarle cosas a los demás, si está pasando y alguien no lo sabe que mejor que mantenerlo al tanto, ni una pizca de vergüenza se te pasaba por el cuerpo para hacer cualquier cosa en público o decir algo a alguien ¿porque habría de apenarte? Todo se veía tan simple y tan normal, pero claro tenías que crecer y a tí todos los humanos también creciendo, creando entre todos esas apariencias que si nadie guardará nadie tendría por qué mentir, si esos valores y actitudes de niños siguieran de adultos no existirían traiciones, no habrían reclamos porque todo seria transparente, pero lo arruinaron.

Que decepción pequeño humano, te haz convertido en la versión más destruida de lo que debiera ser la humanidad, te has llenado de egoísmo, insensibilidad y todas esas cosas en contra de los valores que se suponía serían tu oración eterna, que pena que teniendo la oportunidad de seguir siendo feliz te hayas llenado de tantos malos aspectos que terminaste creciendo para mal en lugar de para bien, todo eso que haces mal ahora solo atrae más cosas malas, si no hubiesen existido esas nuevas actitudes tuyas no existiría el dolor, la traición, que pena ese crecimiento tuyo humano grande.

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