Un sueño que se sentía como mi vida

Un sueño que se sentía como mi vida

jairctm

31/05/2018

Un sueño que se sentía como mi vida

Tuve un sueño que se sentía como mi vida… Creo que era una tarde de un día baladí. Estaba en suelo, recogido, como un niño pequeño después de llorar. Pero no, yo no estaba llorando, simplemente el cielo sangraba.

Recostado sobre la tierra, sentía las punzantes rocas con musgo clavadas en mi espalda, la corteza de un árbol talado, los restos de frutos podridos; y el aire, el aire olía a muerte, un olor muy viejo y amargo, óxido e ira.

Las gotas de sangre entonaban una marcha, o, tal vez, el sonido de una lira en la barca de Caronte. De cualquier forma, era una preciosa melodía, hipnotizante, incluso, adictiva.

Pasaban las horas y todo era tan relajante: el frío, la lluvia, la sangre, las rocas, la tierra, el aire y la noche. Pero un pequeño temblor, que se volvía cada vez más constante, violento, rompía la armonía del lugar.

El aire se mostraba turbulento, una tormenta que pasaba por mis labios. Por momentos podría jurar que mi cuerpo se encogía, me sentía como una máquina descompuesta, desajustada, inútil.

Después de unas horas, perdí el sentido de mi existencia, era uno solo con las rocas, la tierra, la corteza, la sangre y el viento… Y fuego, había mucho fuego. Estaba ardiendo, todo ardía. Y yo no lograba encontrar mi cuerpo.

De súbito, en el humo empezaba a resurgir, recostado sobre las brazas, agonizante, mis restos. Y empezaba a tomar forma, estado, estancia. Las llamas entraban por mi boca, un dulce sabor a tristeza y renunciación.

Consciente de volver a mi cuerpo, veía que llevaba un azul oscuro marcado en mis labios, sentía un peso enorme en mis párpados… Y los temblores… los temblores, poco a poco, se iban esfumando.

Después… silencio, silencio y nada más.

La lluvia, el fruto, la corteza, el fuego, la sangre, el viento, la tierra y la carne… Ya nada importaba, ya todo se había convertido en cenizas.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS