Cuando el miedo a equivocarse, la incertidumbre del resultado y la comodidad de quedarse en el mismo lugar se apropian de tu mente.

Elegir un rumbo, avanzar, no estancarse, el tiempo corre.

¿Y si me arrepiento? ¿Que pasa si me arrepiento?

Ese es el problema. Ese dilema entre el hacer y el no hacer que nos atormenta por el posible futuro lamento a la consecuencia.

¿Hasta cuando ser tan cruel con uno mismo?

Equivocarse no es fracasar. Equivocarse no es tener que arrepentirnos de haber elegido, al contrario, es habernos propuesto cambiar de camino. Equivocarse no es cometer errores. Es que, si aprendiste, en realidad nunca te equivocaste.

La incertidumbre no tiene que ser el miedo a lo desconocido. Falta de confianza, de seguridad que nos enreda en una sola palabra, creando una inquietud incontrolable, ¿Pero como no tenerla, si no vemos mas allá del camino? ¿Qué esperamos, si nada es predecible?

Respirar. Tranquilizar. Continuar. Que la vida de por si ya es el misterio mas grande que conservamos… ¿Que podemos perder? Si no arriesgarse es perderlo todo.

El miedo te abraza y te sonríe, te intimida en muchas ocasiones, pero en otras te conquista. Miedo a perder, a errar, a escucharlo decir: ¿Y si lo que viene es peor?. El miedo se ocupa de eso, de detenerte, de atormentar tus noches y crear barreras, esos muros que hoy te impiden hacer lo que tanto ansias, decidir.

El miedo tiene miedo de que estés mejor. Por eso, el miedo te seduce.

No lo escuches, vamos, ignóralo de una vez, o inténtalo, verás como cambia tu perspectiva, porque… ¿Y si lo que viene es mejor?

La comodidad, que enorme fantasía, que te grita a cuatro vientos «¡Quédate donde estás, que la vida es fácil por acá!». ¡¡Mentiras!! La vida no es fácil ni acá ni allá, ni de norte a sur, ni de este a oeste. La comodidad es un «todo ideal», que a largo plazo no es real, que puede ser momentáneo, pero, ¿Comodidad para siempre? Claro que no. Imagínate, sentado en el mismo sillón, viendo la vida pasar, sólo por comodidad.

Que nada te impida decidir, que tomar decisiones es parte de la vida, cierra los ojos y piensa bien, respira aire a seguridad, aire a confianza en vos mismo. Huele los aromas a rosas y cambios que llevan a un estado de madurez y lealtad total. Siente como tus párpados descansan en la profundidad de tu tranquilidad. Agárrate fuerte de la atención, no la sueltes. Y no te dejes caer en los vaivenes de tu interior. Sé fuerte. Percevera, y triunfarás.

Que decidir el camino a seguir, sólo dependa de vos.

Y después de cada lluvia, podrás ver un cálido arcoiris.

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