«LAS CARTAS DE MEDRANO «.

no nos dejaban salir a jugar en la lluvia y para nosotros era como dejarnos un día sin televisiòn , asì que sólo la mirabamos caer tras una ventana, mientras llorabamos a tormentas esperando mi madre se compadeciera de nosotros y nos dejara salir ,pero ella nunca cedia, así que teniamos que jugar adentro. Tenìa 3 hermanos y ese dia jugamos a las «escondidas», a mi me toco esconderme. Yo quería ocultarme bien , corrí a un cuarto donde mi padre guardaba sus objetos de pesca , me coloque atrás de unas cajas, había arena de playa, cañas altas de liviano carrete , anzuelos fuera de sus cajas, revistas muy viejas y una bolsa de plàstico muy atiborrada, sentì mucha tentación, asì que la abrí deprisa, obtiendo una avalancha de cartas que se fueron sobre mi ,como si yo estuviese destinada a leerlas , como si hubieran sido escritas para mi.
No exagero , pero debieron ser un mínimo de 350 cartas.
me senté sobre las revistas viejas y revolví las cartas , como desorganizar la fruta en el mercado , y pensé ,quizá podrían ser cartas que mi padre le habría enviado a mi madre años atràs; pero no, las cartas tenían un remitente y un destinatario … De Antonio Medrano , para Silvia .
comence por leer una que tenia un sello azul de un barco, era verdadero arte , y no podía entender que estaban haciendo ahí , y para peor en una bolsa de plástico , cerca de anzuelos , revistas basura , tarrayas pesadas,
el Sr. Medrano debió ser un poeta, escribía tanto que hasta por afuera del sobre brotaban las letras , sus cartas eran un viaje, donde volaba el alma, la imaginación , el amor;
imaginate, si yo estaba pèrdida, ahora Silvia.
Si mi hermano no me hubiese encontrado, estoy segura que las leía todas, pero me encontró, tuve que salir con disimulo, advirtiendo que estuve escondida y bajo juego por casi 20 minutos. papá llegó a casa, y mi madre nos llamó al comedor, mi mente solo podía estar en las cartas , con Medrano, con Silvia , pero, ¿quiénes eran ellos? y que estaban haciendo esas cartas en mi casa.
Así que sin darle más vuelo, interrumpí la musicalidad de las cucharas , la pelea de los cuchillos contra la carne y pregunte:
– ¿quién es Silvia y Medrano?- , las cucharas habían quedado en una pausa de a muerte como si en ese momento el maestro de orquesta hubiese corrido al baño , los cuchillos se quedaron mudos y mis padres me miraban con unas facciones que alertan nada más que el peligro.
Se miraron entre ellos sólo nosotros 3 sabiamos de que iba esto , mis hermanos siguieron el melodioso , ignorando lo que ocurría y nada interesados en lo que mi padre estaba por decirme.
-¿Has hurgado lo que no debes verdad?- dijo severo y seco.
En ese momento , sentí como si me hubiera convenido quedarme callada , pero como ya había alertado que estuve ahí, pregunte directamente a mi padre quiénes eran ellos, con una voz de superioridad que siempre lo caracterizó dijo: – Silvia es mi hermana y Medrano fue su esposo-.
Pero cuándo creí que sabría más de ellos, alertó que no podía entrar más a donde los cachivaches , ni mucho menos leer las cartas, que estaba irrumpiendo en la privacidad de mi tia Silvia, pero yo tenía que hacerlo , por algo las cartas estaban en mi casa y me sentía con un derecho enorme, casi como cambiar mi nombre de Victoria a Silvia.
Así que, en la primera oportunidad que tenía me inmiscuia a donde las cartas. Me sentaba sobre la cara falsa de las modelos de revista a leer algo mas real , como la carta navideña que Medrano le habría enviado a Silvia; Regularmente cuando se compra una tarjeta se evita rayarla , escribir sobre ella o mancharla , pero Medrano no era asi , desafiaba todas las normas y escribío:

~silvia , como quisiera estar contigo ahora, te amo tanto, que estar sin ti es tirarse al mar de noche, eres mi faro , pero aveces estas lejos , y no puedo ver tu luz , siento que muero , cada vez que no te veo, feliz navidad mi amor.~

Era realmente alucinante cada renglón , cada hoja , cada letra;
Cartas, que solo eran para una mujer
Medrano sabia describír a la perfección la tristeza, el amor, la pasión, era un hombre enamorado que se volvió poeta sin saberlo;
La pasión con la que escribía las cartas podìa sentirse al apenas abrir el sobre , podía verce desde lejos que le faltaban renglones , le faltaba tiempo para decirle a silvia
¡te amo!, y no había carta donde no se lo hiciera saber.
Yo pienso que todas deberìan tener un medrano en su vida, y no podìa esperar para crecer y encontrar el mìo.
Aveces me pregunto quièn tendrá , las cartas de Silvia para Medrano.

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