¿Dónde están las letras? ¿Dónde dejé la luz de la mesa?. Esa que alumbra fijó el papel en blanco dispuesto a ser altamente agobiado de multitud de incoherencias, tachones y un sin número de ideas y reclamos que permanecen en el alma.

No puedo describir, plasmar o transferir mis sentimientos o pensamientos que producen eco en el enorme espacio que se encuentra en el centro de mi ser, ocasionalmente sueño que tomo el lápiz viejo y lo convenzo para que en interminables minutos de un espectáculo de grandeza a las palabras estupidas que salen de mi ser.

No es falta de talento, no es que en sí no pueda, es un maldito cúmulo de emociones, sentimientos y sensaciones que no me alcanza el intelecto para ordenarlas y presentarlas en el papel. A eso le llamo frustración.

Nunca me había contradecido en el momento de sentir, como explico tristeza y alegría en un mismo párrafo?, que analogía existe para el desespero y la tranquilidad? como puedo llorar y exclamar euforia en una sola hoja?

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