BLOG DEL TIEMPO — 19 DE DICIEMBRE Cuando el mundo intentó firmar la paz

BLOG DEL TIEMPO — 19 DE DICIEMBRE Cuando el mundo intentó firmar la paz

LuFer

21/12/2025

(La ONU y la promesa que el tiempo aún espera)

📌 El hecho

En diciembre de 1945, tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, entró en vigor la Carta de las Naciones Unidas.

El mundo había aprendido a destruirse a una escala inédita. Millones de muertos, ciudades borradas del mapa, generaciones enteras marcadas por el miedo.

Ante ese abismo, las naciones decidieron intentar algo distinto: organizar la paz, convertirla en un compromiso colectivo y no en una tregua temporal.

No era la solución perfecta.

Era, apenas, un intento humano de ponerle palabras al horror vivido.

🧭 La mirada del Tiempo

El Tiempo estuvo allí.

Observó a los hombres sentarse alrededor de una mesa después de haber demostrado que sabían matarse mejor que nunca.

Los vio firmar con manos cansadas, prometer que nunca más, jurar que protegerían a los débiles, que escucharían antes de disparar, que aprenderían.

El Tiempo no aplaudió.

El Tiempo no confió.

El Tiempo tomó nota.

Porque conoce la distancia exacta entre una promesa y su incumplimiento.

🕯️ Metáfora

La ONU fue un reloj nuevo colocado en una pared aún manchada de sangre.

Un mecanismo complejo, solemne, preciso…

entregado a manos que todavía no sabían escuchar el sonido de la responsabilidad.

Un reloj que marca la hora correcta,

aunque nadie quiera mirarlo.

🗣️ Cuando el Tiempo habla

“Firmaron mi nombre con tinta solemne,

pero siguieron negociando con la memoria.

La paz no se decreta:

se sostiene cada día,

o se rompe en silencio.”

🌍 Reflexión

Desde entonces, el mundo ha vivido guerras, genocidios, desplazamientos forzados, crisis humanitarias y nuevas formas de violencia.

No porque la idea fuera inútil,

sino porque el Tiempo no perdona la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Cada generación vuelve a firmar la paz.

Y cada generación decide cuánto está dispuesta a traicionarla.

🔚 Cierre

El Tiempo sigue esperando.

No discursos más largos.

No ceremonias más solemnes.

Solo actos que no necesiten ser corregidos por la historia

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