Se propuso sacar de su costal de piel

lo que el espejo no muestra.

Romper el silencio de los ojos.

Entrar en la mina de carbón de sus entrañas 

a predicarse a perderse si fuese necesario

buscando las huellas de sus cenizas.

Tramó su viaje troyano 

rompió las cartas astrales 

las náuticas las brújulas 

barrió las migas de vino 

las gotas moradas que Dios le dejó a cuenta. 

Se vendó los ojos con su propia lengua 

tapó sus oídos y giró.

Giró hasta quedarse sin norte ni sur 

harto de repetir palabras 

fue a buscar una canción 

donde se le astilla el alma.

Etiquetas: poema

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