El día en que el miedo se disfrazó de tiempo

El día en que el miedo se disfrazó de tiempo

LuFer

02/11/2025

Halloween – 31 de octubre

El suceso

Cada 31 de octubre, la humanidad se disfraza. Lo que nació como un rito celta para despedir la luz y dar paso a la oscuridad se convirtió en una celebración del miedo. Las máscaras, las sombras y las risas son ecos de una antigua negociación con lo invisible.

Halloween, o la víspera de todos los santos, es un pacto entre el hombre y sus temores: una noche para mirarlos de frente sin que nos reconozcan. Detrás de cada disfraz hay una pregunta que nunca cambia: ¿qué teme el tiempo cuando llega la noche?

La reflexión del hombre

El miedo es la forma más antigua de medir el tiempo. Desde niños contamos los segundos hasta que pase la tormenta, esperamos que el reloj marque el amanecer para sentirnos a salvo. Pero con los años aprendemos que el miedo no desaparece: solo cambia de máscara.

Nos disfrazamos de ocupados para no pensar, de valientes para no llorar, de fuertes para no detenernos. Cada personaje que usamos nos aleja un poco más de la verdad. Halloween no es una fiesta, es un espejo: muestra el retrato de todos los rostros que inventamos para no admitir que seguimos asustados.

Porque el miedo no siempre ruge; a veces trabaja, sonríe y cumple horarios. Y cuando el silencio cae, vuelve a mirarnos con la calma de lo inevitable.

El tiempo habla

“Yo también me disfrazo”, dice el tiempo.

“A veces me pongo rostro de rutina, otras de esperanza. Camino entre los hombres fingiendo que no existo, pero siempre estoy en los relojes, en los pasos, en los adioses. Cuando me temen, corro; cuando me olvidan, espero; cuando me enfrentan, me detengo.”

“El miedo no me asusta, porque nacimos juntos. Soy su sombra y su medida. Cada grito, cada máscara, cada silencio que pronuncian es mi manera de recordarles que todavía están vivos.”

Cierre

El 31 de octubre no es una fecha para temer, sino para recordar. El miedo no viene a asustarnos, viene a hablarnos. A decirnos que aún nos importa perder, que todavía sentimos, que seguimos buscando sentido.

Tal vez el truco más grande de Halloween no sea disfrazarse de monstruo, sino entender que el tiempo también se disfraza para que podamos mirarlo sin huir. Y en ese juego, cada máscara nos enseña una verdad distinta: que el miedo no es enemigo, sino prueba de que seguimos vivos.

Esta noche, cuando la oscuridad toque la puerta, no la temas. Solo el tiempo viene a visitarte, vestido de sombra, recordándote que todavía tiene algo que decir.

—LuFer 🕰️

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