Padezco de existencia
y no entiendo,
no entiendo y no entiendo.
Resucita el sentimiento y más este día,
este primero
que golpea la memoria,
que me recuerda del olvido,
este primero, este primero y este primero
que lastima y que lastima.
¿Cuánto puede dañar un recuerdo?
¿Cuánto necesito de la amnesia?
¿Cuánto puede dañar un primero?
¿Cuánto necesito de la veda?
¡Que cruenta es la lágrima sincera!
No puedo evocar algo magno de lo bueno,
sinceramente, solo no puedo.
Sin embargo aquí me tienes
recordando,
pero no tu acción, sino mi sentimiento.
Tú impregnaste de emoción la memoria,
me dañaste para siempre con lo bello
y aquí me tienes,
recordando, recordando y recordando.
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