Solo siento la presión de la sangre en la punta de mis dedos,

la estruendosa afonía del pensamiento.

Veo todo pero no me percibo,

no entiendo el lugar, no hay el alivio.

     

El tiempo sigue su camino 

y el silencio guarda los recuerdos,

los amantes se separan 

y los desconocidos se van uniendo.

Pero yo sigo igual, sin segundos,

sin estímulos, sin remedio.

      

El tiempo sigue su camino 

y yo voy muriendo,

el silencio guarda mis recuerdos,

pero no los quiero,

los amantes se separan,

no existe nada nuevo,

los desconocidos se van uniendo,

nace un sueño

que se sabe cómo acaba,

como el tiempo,

que sigue su camino hacia la nada.

Etiquetas: poesía

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