Soy cólera inerte,

como el sol ignoto al medio día,

mis ojos no entienden de muerte,

al menos no como el resto vivo

y mis sentimientos no aceptan delirios,

pero se dejan a su suerte.

   

Siento la indolencia en carne viva,

pavor del dios indigno.

Transpiro sangre intransigente

y me consumo indiferente

en las brasas de lo íntimo.

    

¿Para qué sirve la ira?

    

Que fastidio me causa la vida 

y sé que al futuro no le importo,

pero no soy consecuente

porque aquí sigo, vivo,

pero con el alma contenida.

   

¿Para qué sirve la ira?

Etiquetas: poesía

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