La Cartera Infinita 26

Capítulo 26: El Mundo Tiembla ante Harmonia Records

El anuncio recorrió el planeta como un trueno: Harmonia Records era oficialmente la discográfica número uno del mundo. En cuestión de meses, Kaito había logrado lo que parecía imposible, gastando 100 billones con una precisión quirúrgica que ningún magnate había imaginado.

Los titulares eran claros:
—“El joven japonés que conquistó la música mundial.”
—“Harmonia Records supera a Universal y Warner: un nuevo rey de la industria musical.”
—“Kaito Takahashi, el prodigio que transformó la música en un imperio global.”

En salas privadas y oficinas ocultas, las reacciones no se hicieron esperar.

En Nueva York, un consejo secreto de ejecutivos de Starlight Records golpeaba la mesa.
—“¡Ese chico está robando a nuestros artistas más rentables! Si dejamos que siga, en un año no quedará nada de nuestro legado.”

En Londres, un magnate de DreamWave Studios apretaba los dientes.
—“No es solo su dinero… es la manera en la que usa esas habilidades. Los artistas lo aman, el público lo adora. Es imposible competir contra alguien que puede convertir cualquier melodía en un fenómeno mundial.”

En Tokio, en un lujoso salón, un grupo de empresarios japoneses se reunía en secreto.
—“Takahashi… ese apellido es demasiado poderoso. Con su familia respaldándolo y ahora con un imperio musical, pronto no habrá rincón de la industria que no controle. Debemos hundirlo antes de que sea demasiado tarde.”

Las sombras se movían, planeando alianzas, complots, estrategias sucias. No podían aceptar que un joven que aún no había cumplido ni siquiera tres décadas de vida se alzara sobre gigantes con siglos de historia.

Mientras los enemigos tramaban, cinco corazones latían con fuerza en distintos lugares del mundo.

Airi, sentada en su habitación decorada con partituras y un piano de cola, vio en la televisión el festival Eterna Harmonia en retransmisión global. Sus ojos brillaron con lágrimas.
—“Kaito… lo lograste. Llevaste la música más allá de lo humano. No puedo dejar que alguien así se me escape. Tengo que estar a tu lado.”

Reina, en su elegante apartamento de Tokio, rodeada de documentos de empresas y finanzas, dejó caer la copa de vino que sostenía. La pantalla mostraba a Kaito dirigiendo a miles de artistas y multitudes.
—“Ese hombre… no solo es un genio de los negocios, es un líder que arrastra al mundo entero. Si quiero crecer más allá de mis límites… debo estar junto a él. Kaito, no me escaparás.”

Miyu, en su estudio de danza en París, interrumpió sus ensayos para ver la transmisión. Cuando vio a Kaito bailar en perfecta sincronía durante uno de los actos, se llevó la mano al pecho.
—“Cada movimiento suyo es perfección, pero también pasión. No es solo música, es arte vivo. Mi corazón late más fuerte… debo bailar con él, estar a su lado, sin importar qué.”

Lena, en su mansión europea rodeada de lujos, observaba en silencio mientras Harmonia Records era aclamada en todos los noticieros. Su expresión seria se transformó en una sonrisa peligrosa.
—“El mundo entero lo sigue. Ese poder… ese magnetismo… Ese hombre será mío. Haré lo que sea necesario para que me mire solo a mí.”

Sofía, en su penthouse en Nueva York, con el horizonte iluminado por la ciudad, se recostó en su sillón de cuero mientras la pantalla mostraba a Kaito interpretando al piano. Un suspiro escapó de sus labios.
—“Ni los artistas más grandes de Occidente logran lo que él hizo hoy. Rompió barreras culturales, unió a la humanidad con música. Ese hombre no es un empresario común… es un elegido. Y yo quiero estar a su lado, como su musa, su reina.”

Las cinco chicas, en distintos lugares, llegaron a la misma conclusión: debían luchar por el corazón de Kaito, porque el mundo ya lo había reconocido como un hombre que trascendía lo ordinario.

Mientras tanto, en la mansión Takahashi, la familia observaba las noticias en directo.

Hiroshi, el padre, asintió con orgullo.
—“Mi hijo… lo ha conseguido. Ha superado incluso mis expectativas.”

La madre, con lágrimas en los ojos, añadió:
—“Su música… me recuerda al amor de nuestra juventud. Kaito no solo está cambiando el mundo, también está tocando nuestras almas.”

Haruka, sin embargo, cruzó los brazos con un leve gesto de celos.
—“Tsk… y ahora esas cinco chicas seguramente estarán detrás de él aún más. No pienso dejar que me lo quiten tan fácilmente.”

Esa noche, tras el festival, Kaito se encontraba en su despacho privado, observando la ciudad iluminada por miles de luces. El sistema permanecía silencioso, pero él sabía que no tardaría en dar nuevas misiones.

Apretó los puños suavemente.
—“Harmonia Records está en la cima, pero sé que vendrán por mí. Rivales, sombras, incluso quienes dicen ser aliados. No importa… porque yo no pienso retroceder. Si ellos conspiran, yo crearé un mundo donde ni siquiera puedan tocarme.”

En algún lugar, como si sus pensamientos hubiesen cruzado océanos, las cinco chicas que pensaban en él susurraron al mismo tiempo, cada una en su intimidad:
—“Kaito… seré yo quien esté contigo al final.”

Y así, mientras los enemigos en la sombra tramaban la caída del nuevo rey de la música, y mientras cinco mujeres poderosas juraban conquistar su corazón, el futuro de Kaito se tornaba aún más incierto… y peligroso.