Capítulo 13: La invitación a la subasta internacional

El sol comenzaba a filtrarse por las enormes ventanas de la Mansión Dragón Número 1, tiñendo de dorado las paredes y los pisos de mármol. Kaito se encontraba en la sala principal, revisando los balances de su nueva empresa. El sistema le había impuesto la misión principal de gastar 100 millones de yenes, y él estaba dispuesto a cumplirla de manera estratégica.

—Sistema, muéstrame el estado de la misión. —ordenó mentalmente.

[🔔 Misión Principal Activa:
Gasta 100 millones de yenes.
Recompensa: Habilidad SSS — Visión Estratégica.
Progreso: 62,300,000/100,000,000]

Kaito asintió, satisfecho. Había invertido parte del dinero en maquinaria de última tecnología para su empresa, en contratos con proveedores internacionales y en la adquisición de terrenos para futuras construcciones.

En ese momento, su padre entró con una mezcla de asombro y orgullo.

—Hijo… lo que estás logrando es increíble. Esta empresa apenas comienza y ya tiene más recursos que compañías que llevan décadas.

Kaito sonrió con serenidad, aunque por dentro sabía que gran parte de su éxito se debía al sistema misterioso que lo guiaba.

—Padre, esto es solo el inicio. Vamos a levantar un imperio.

La tarde transcurrió entre reuniones y llamadas. Kaito usaba sus habilidades SSS —Dominio Empresarial e Inversión— para detectar oportunidades únicas en los mercados bursátiles y bienes raíces.
Con cada decisión, su fortuna crecía, y lo más sorprendente: cada gasto se transformaba en una inversión con retornos inmediatos.

Cuando por fin el sistema anunció:

[✅ Misión Completada:
Has gastado 100 millones de yenes.
Recompensa obtenida: Habilidad SSS — Visión Estratégica.]

Una oleada de energía recorrió su cuerpo. Su mente se expandió, como si pudiera ver años en el futuro de cualquier negocio o movimiento financiero. Cada detalle, cada riesgo, cada oportunidad brillaba frente a él con claridad sobrenatural.

—Con esto… ya no hay nadie en este país que pueda superarme en el mundo empresarial. —murmuró Kaito con una sonrisa confiada.

A los pocos días, Madame Yukari, la influyente empresaria que ya había mostrado interés en Kaito, visitó la mansión una vez más.
Vestida con un elegante kimono negro con bordados dorados, entró con pasos firmes en la sala principal.

—Kaito-dono —dijo con respeto—, cada vez que vengo aquí, el aire de poder es más denso. Has hecho temblar a los mercados en solo semanas.

Kaito la recibió con calma, sirviendo té con sus propias manos.

—No soy yo, Madame Yukari. Solo tomo las oportunidades que otros no ven.

Ella lo observó fijamente, como si intentara descifrar sus verdaderos secretos.

—Eres un monstruo de las finanzas… y por eso quiero invitarte a algo especial.

Madame Yukari le entregó un sobre negro sellado con cera dorada. Al abrirlo, Kaito vio una invitación con letras grabadas en oro:

“Subasta Internacional de Élite — Acceso Exclusivo para los Titanes del Mundo.”

La subasta era organizada en un país extranjero y reunía a las familias más poderosas del planeta, magnates, coleccionistas, líderes ocultos e incluso miembros de la realeza. Solo se invitaba a quienes poseían una riqueza y un poder capaces de mover naciones enteras.

—En esta subasta —explicó Yukari— se venden objetos únicos: artefactos históricos, joyas invaluables, tecnologías experimentales e incluso derechos empresariales que pueden cambiar el destino de un país.
El que domine la subasta… dominará el futuro.

Kaito sintió una chispa de interés. Pero antes de responder, el sistema intervino.

[🔔 Alerta de Misión Épica Activada]

[⚡ Súper Misión Internacional:
Compra todo lo de la subasta internacional al precio más alto.
Condiciones: Gasta al menos 500 millones de yenes o más de 20 billones.
Recompensa: Habilidad SSSS — Dominio Absoluto del Capital.
(Permite influir directamente en economías nacionales y mercados globales).]

Los ojos de Kaito brillaron con un destello afilado. El sistema había subido el nivel de juego a una escala planetaria.

—Así que esto no es solo una simple subasta… es una guerra silenciosa entre los verdaderos titanes del mundo. —pensó Kaito, con una sonrisa peligrosa.

Miró a Madame Yukari, que esperaba su respuesta con expectativa.

—Acepto la invitación. —dijo con firmeza.
—Perfecto —respondió Yukari, sonriendo—. Entonces prepárate, Kaito-dono. El mundo entero sabrá tu nombre después de esa subasta.