Que pensarías si te contara una historia, pero no una historia normal más bien una historia que te dejara con la piel de gallina.
Era el año 2010 yo era un arqueólogo muy famoso, estábamos mi equipo y yo en una expedición a Tanzania, mi Jefe me convenció de llevar a mi equipo a esa jungla, pero creo que no debí aceptar, ya que nunca me hubiese imaginado lo que iba a pasar.
Ahora te preguntaras el porqué, bueno, aunque no lo creas tendrás que dejar de pensar con lógica y comenzar a creer en cosas en las que no creías.
Bueno voy a seguir con la historia. Por fin llego el día de la expedición, mi equipo y yo nos subimos a un avión de carga con todo lo necesario para la expedición y durar varios días en esa jungla, incluso si nos quedábamos sin provisiones nos podían llegar más.
El avión nos dejó en un aeropuerto que parecía un poco abandonado, ya que cuando llegamos no se veían muchas personas y tampoco había muchos aviones, cuando terminamos de descargar todo del avión, el piloto nos dijo «Tengan cuidado ya que los que entran en esa jungla no suelen salir´´. Eso nos dejó con la piel de gallina, pero no podíamos hacer nada ya que si no completábamos esta expedición podíamos perder el trabajo.
Rentamos unos vehículos y nos fuimos hacia la jungla. Ahora te seguirás preguntamos que estábamos haciendo en esa jungla, bueno en realidad nosotros en ese momento nosotros también ya que nuestro jefe no nos había dado mucha información solo nos dijo que teníamos que investigar unas ruinas antiguas.
Cuando llegamos a las ruinas, bajamos todo el equipo y nos instalamos, ese mismo día empezamos a explorar, éramos en total diez personas de las cuales solo cuatro fuimos a explorar y los otros se quedaron para mejorar el campamento.
Cuando entramos en las ruinas nos quedamos sorprendidos con el tamaño de esa cueva ya que no creíamos que fuera tan grande, pero cuando llegamos al fondo vimos un templo era demasiado grande, nos sorprendió que nadie lo hubiera descubierto antes, bueno no le dimos mucha importancia a eso y seguimos explorando.
Cuando nos acercábamos al templo vimos unas inscripciones en el suelo, pero la lengua no se habla hay en Tanzania ya que era hebreo antiguo, lo bueno es que yo lo sabía leer, pero lo que decía es nos dejó muy aterrados:
«Este no es un templo de alabanza, esto es una prisión, una jaula donde está encerrado el ser más poderoso y al mismo tiempo el más peligroso-todos lo conocen como (Satán)-soy el ultimo monje en pie y dejo este mensaje para el que encuentre este templo-NO ENTRES-aléjate lo más posible de ahí, ya que si alguien entra no volverá a salir y tomara el lugar del innombrable.
esto nos dejó perplejo ya que era imposible que el diablo estuviese atrapado en ese templo o prisión, realmente ya no sabia como llamar a ese lugar y todo el equipo estaba aterrado ya no querían seguir con la expedición y eso me incluía, pero había uno Jarol el estaba muy aterrado, pero igualmente quería seguir con la expedición ya que no quería perder el trabajo.
Todos nosotros le dijimos que era una locura que era mejor perder el trabajo que arriesgar la vida por una estúpida expedición, él nos ignoró y corrió hacia la entrada del templo.
Hay parado nos dijo «ven no había nada que tem´´ antes de terminar esa frase fue atravesado por un brazo y con sus ultimas palabras nos dijo co-o-ran, y después fue partido a la mitad y hay estaba un ser (rojo con unos cuernos enormes, patas de cabra y llevaba una corona de fuego).
Todos nosotros empezamos a correr hacia la salida, pero esa cosa despedazo uno a uno a mis compañeros, a uno lo agarro por los brazos y se los arranco y después le partió la cabeza a la mitad, a otra simplemente la atravesó y se la empezó a comer, yo por otro lado pude subir hasta la salida, advertí mis compañeros, ellos no me querían creer, de repente esa cosa lanzo un rugido y todos nos quedamos petrificados, después de un momento nos pudimos mover, cuando nos subimos a los autos vimos a nuestros compañeros convertidos en criaturas amorfas y perturbadoras.
Esas cosas ya no eran nuestros amigos, nosotros aceleramos lo mas posible para escapar de esas cosas, de un momento a otro los perdimos, pero de repente escuchamos un sonido como el de una araña que venía de un árbol cercano y cuando vimos eran esas cosas perturbadoras.
Seguimos conduciéndolo más rápido posible para escapar, no faltaba mucho para llegar al aeropuerto cuando de repente esa cosa a la que llamaban Satán volcó el auto y todos salimos volando.
Yo me había quedado aturdido por el accidente, tenía la vista nublada, pero podía escuchar y lo que escuchaba todavía me atormenta ya que eran los gritos y el cómo eran despedazados mis compañeros, yo corrí lo más rápido que pude para escapar.
Pude llegar con dificultad al aeropuerto y ahí estaba el piloto esperando eso me alegro, le grite que encendiera el avión, el me pregunto por el equipo, yo le dije con una voz baja «ya no hay ningún equipo´´ él se sorprendió, pero le dije que teníamos que irnos rápido ya que no nos podíamos que más hay.
Cuando estábamos a punto de despegar aparecieron esas cosas, pero pudimos escapar, cuando llegamos a New York nos esperaban oficiales de la C.I.A, ellos me escoltaron a sus oficinas para interrogarme, pero cuando llegamos hay estaba mi jefe esperando para liberarme, él les dijo a los oficiales que no me interrogaran ya que lo ocurrido en Tanzania solo había sido un accidente mientras hacían una expedición en unas ruinas, ellos no dijeron nada y solo me quitaron las esposas.
Cuando salimos de las oficinas de la C.I.A, el me hizo firmar un documento de confidencialidad que me obligaba a no contar lo que sucedió en esas ruinas.
El me dio un maletín con mucho dinero y me dejo en mi casa, talvez no debería estar contando esto, pero ya no puedo guardar toda esta información, bueno ya no te puedo contar más nada, lo único que te voy a pedir es que nunca vallas a esas ruinas o te puede pasar lo que les sucedió a mis amigos.
Adiós vida y ahora que aras con esta información a John
Fin del documento.
Escrito por: Dani Usech.
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