Se en tiende que en un principio pudiera parecer una palabra japonesa, pero en realidad es la combinación de dos palabras tomadas de la lengua quechua en donde la primera: “amori” (o «amuri») es una expresión afectuosa que significa «mi amor» o «querido/a».
Esta palabra se descompone así:
Ama / Amu = amor, cariño.
El sufijo –ri actua como sufijo posesivo o afectivo (similar a «mi» en el español).
Es un término usado para expresar cariño hacia una persona, como en español «mi amor» o «cariño».
Ejemplo:
«¡Amori, imaynalla kashanki!» → «¡Mi amor, ¿cómo estás?!»
Es común en regiones donde se habla quechua, como Perú, Bolivia y Ecuador, aunque puede variar ligeramente según la variedad dialéctica.
En el caso de la palabra «Amoriku», se trata de una variante extendida de «amori» (mi amor) con el sufijo «-ku», que en quechua puede tener varios significados dependiendo del contexto y la región. Aquí les muestro la interpretación utilizada para armar la palabra:
Una forma cariñosa o diminutiva
El «-ku» puede ser un sufijo afectivo o de dulzura (similar a «-ito» en español). En consecuencia podemos concluir que la palabra “Amoriku” puede ser interpretada como: “Amorcito” o “Mi amorcito”
Miguel E. Molano, el creador del género o la modalidad poética Amoriku, intenta con este nombre, no mantener un apego a los Haiku (japoneses) sino por el contrario atraer el interés de los nuevos poetas a las creaciones poéticas simples y cortas que hablen de los sentimientos del amor en un sentido regional netamente original y pensados en español.
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