EL CUERPO ASTRAL

EL CUERPO ASTRAL

la-san

10/05/2025

EL CUERPO ASTRAL

El cuerpo astral de una persona puede salir espontáneamente del cuerpo físico y vagar

alrededor de éste.

El Chhâyâ es muy parecido al cuerpo astral.

El germen o esencia de la vida del cuerpo etéreo está en el bazo. Por esto se ha dicho:

“El Chhâyâ está replegado en el bazo”. De aquí se forma el cuerpo etéreo, que al

principio es una ondulante neblina rotatoria como humo, que va tomando forma, según

crece, pero que no se proyecta, átomo por átomo, del cuerpo físico, pues esta última

forma es intermolecular y es el Kâma Rûpa. Después de la muerte, todas las moléculas y

células exhalan su esencia de la cual se forma el astral del Kâma Rûpa; pero este otro

astral no se exterioriza jamás durante la vida.

Para hacerse visible el Chhâyâ, atrae los átomos de la circundante atmósfera, pues el

Linga Sharira no puede tomar forma en el vacío. Las exteriorizaciones del cuerpo etéreo

explican las consejas y cuentos orientales sobre trasgos y duendes embotellados, etc.

En los fenómenos espiritistas, el parecido del difunto es casi siempre efecto de la

imaginación, y la vestidura del espectro está formada por los vivientes átomos del

médium, sin constituir vestidura propiamente dicha, ni tener nada que ver con la del

médium. “Toda la vestidura de una materialización es de prestado.”

El cuerpo etéreo es un sostén de la vida, pues sirve como de esponja o depósito de

la vida tomada del ambiente, y es el intermediario entre las vidas Prânica y física.

La vida no puede pasar inmediatamente de lo subjetivo a lo objetivo, porque la

Naturaleza jamás procede a saltos. Por lo tanto, el Linga Sharîra absorbe vida y es el

intermediario entre Prâna y nuestro cuerpo físico.

En consecuencia, el bazo es un órgano sumamente delicado, si bien el bazo físico es

tan sólo una envoltura del bazo real.

La Vida es verdaderamente la Divinidad, o Parabrahman; mas para manifestarse en

el plano físico ha de haber asimilación, y como el cuerpo físico es demasiado denso

para ello, se requiere un intermediario que es el cuerpo astral–etéreo.

La materia astral no es molecular, pero tampoco es homogénea. La luz astral sólo es

la sombra de la verdadera Luz divina.

La inteligencia de las entidades (Kâmarrupicas) que residen por debajo del plano

Devachánico, en el Kâma Loka, es análoga a la de los monos. En los cuatro reinos

inferiores no hay entidades inteligentes para comunicarse con los hombres, pero los

Elementales tienen instintos semejantes a los del animal. Sin embargo, los sílfides o

Elementales del aire, que son los más perniciosos, pueden comunicarse en

circunstancias propicias, pero hay que atraerlos.

Los fantasmas (entidades Kâmarrupicas) sólo son capaces de percibir lo que ven

ante sí, y así ven en el aura de una persona encarnada, aunque ésta no se percate de

la presencia de ellas.

Los espíritus confinados en la tierra son entidades Kâmalokicas tan sumamente

materializadas, que han de tardar mucho tiempo en disgregarse. Tienen tan sólo un

vislumbre de conciencia y sufren penosamente por ello, si bien algunos están

dormidos y son inconscientes, no sabiendo qué es lo que les retiene.

En el caso de individuos de poquísimo mérito Devachanico, la mayor parte de la

conciencia permanece en Kâma Loka, hasta mucho más allá del normal período de

ciento cincuenta años, en espera de la próxima reencarnación del espíritu, que

entonces se convierte en Morador del Umbral y batalla contra el nuevo astral.

El punto culminante de Kâma es el instinto sexual. Los idiotas tienen tan sólo

apetitos de esta clase y de glotonería, etc., sin más.

El Devachan es un estado en un plano de conciencia espiritual Kâma Loka es un

lugar de conciencia física, la sombra del mundo animal y de los sentimientos

instintivos. Cuando la conciencia piensa en cosas espirituales, se transporta a un

plano espiritual.

Si nuestros pensamientos se contraen a la naturaleza física, entonces la conciencia

se transporta al plano material. Pero si los pensamientos se detienen en las cosas

pasionales y en los apetitos físicos, comer, beber, etc., entonces la conciencia actúa

en el plano Kâmalokico o sea el de los instintos crudamente animales.

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