caza leyendas

Transcurría el año 1960, en una pequeña ciudad fundada en la sombra de un mezquite, nacería un inestable bebe quien fue llamada Remedios Guadalupe, esto gracias a su fecha de llegada.                 Para su madre la nueva integrante era una grata bendición. pese a su gran felicidad mientras la niña comenzaba a crecer también iba alejándose de un mundo que la rechazaba por un rumor de estar supuestamente «maldita». Con el tiempo su madre se dio cuenta que no podía seguir cargando ese peso y la abandono al cumplir la tenue edad de 16 años… inundada en su propia tristeza la joven fue obligada a madurar aceptando su vida y el «rumor» impuesto que finalmente se convertiría en su verdadera maldición pensando como seria vivir de manera normal…vaya tontería. Ella tomo como base su historia y abrió un local para mejorar y asegurar la protección en su casa con un descuento todo el mes de octubre

-ya le dije que NO quiero su folleto y NO puede anunciarse aquí, bruja loca, es hora de que se vaya ya ha habido suficientes quejas de usted como para arrestarla

pe-pero oficial yo solo intento proteger esta bella ciudad de las atrocidades que la envuelven

«las atrocidades» de la ciudad las detengo yo. ahora váyase antes de que cambie de opinión y la encarcele

viyisi antes de que la incarsili. claro que me voy, pero cuando la ciudad este inundada en penumbras lo culpare a usted -la auto proclamada «exorcista» tomo los pocos folletos que llevaba encima y cual perro regañado volvió a lo que ella nombro como «su espacio seguro» lo cual no era más que un local donde leía cartas y manos-

bien hogar dulce hogar…ahora solo debo esperar a los desprotegidos de la ciudad                                -dijo aquella mujer sin saber que esperaría hora, tras hora, tras hora sin ningún humano ingenuo que tuviera las agallas de caer en sus mentiras, pero eso no es del todo un impedimento-

¿disculpe, señora?                                                                                                                                     -preguntó un pequeño niño que duras pena alcanzaba el mostrador- 

ah… ¿qué quieres niño? la dulcería esta enfrente, estoy harta de que nos confundan digo ¡solo mira los colores! es obvio que mis lúgubres morados no son por las paletas

no… señora si la busco a usted… ayer mientras jugaba en la alameda una voz me llamo sonaba como una niña de mi edad o más chica pero cuando intentaba acercarme sentía como si unas cadenas me trajeran hacia atrás -tras escuchar la historia la exorcista quedo antonita como si no creyera aquella fabula-

pues llama a la policía, ahora vete tengo más clientes que atender… bueno los tendré, eventualmente 

¡Le pagare! -tras escuchar las dos palabras mágicas ambos se dirigieron al parque que el niño mencionaba donde no había nada realmente fuera de lo normal, solo la inexplicable falta de gente a los alrededores-

¿y bien? -preguntó asustado el pequeño quien se escondía tras Remedios-

sí… no hay nada de gente ya apenas son las nueve, algunos espíritus pueden causar este tipo de ambiente, suelen alimentarse de la historia colectiva mientras más sonada es su historia mayor es su energía ¿les has contado esto a alguien más?

solo a usted señora bruja

niño deja de llamarme señora y más importante no soy una bruja soy lo que se conoce como una exorcista no asociada a grupos religiosos -tras la necesaria aclaración de remedios una espesa neblina comenzaba a cubrir sus piernas llegando incluso a sus rodillas

¿señorita remedios también escucha las cadenas? -cuestiono aterrado aferrándose más a remedios, mientras que de fondo comenzaba a escucharse un choque de autos no… es como si alguien fuese atropellado a la vez que una pelota era tirada cercas de ellos, a lo que la exorcista tomo sal de su mochila y doto a su acompañante con un rosario

¿no dijo que a ninguna religión?

no es mi culpa que sus artefactos sean tan útiles -otro estruendo sonó a su alrededor y una fuerte luz se acercaba a ambos cada vez más rápido y más brillante- 

¡niño! -grito remedios cubriendo al niño antes de ser impactado por la luz, sin embargo, al alzar la mirada el ya no estaba había desaparecido y en su lugar quedo una silueta que se asimilaba a la de una niña pequeña. Remedios comenzó a caminar hacia ella y mientras más avanzaba sus llantos se intensificaban-

eh tu… ¿estas bien? -pregunto sin respuesta alguno, aun así, siguió caminando hasta llegar a ella y una vez ahí logro avistar una hoja de papel en la que había tres personas incluyendo una niña-

¿son tus padres? ¿quieres regresar con ellos? pues ya sabes solo ve y se un fantasma errante -la silueta frente a ella levanto las cadenas que la tenían atada al suelo señalando la situación-

esto no es posible un fantasma no recibe cadenas y ya, tal parece que moriste joven, pero aun así si ya estás aquí deberías ser capaz de controlar tu alama a tu antojo

es culpa de «ella» nos mantiene aquí para llamar la atención de alguien que la saque… como si solo ella lo necesitara

¿a quién te refieres con ella?

si digo su nombre tendré más cadenas sujetándome… al menos eso paso la última vez, pero quizá si encuentras a la sinaguaba ella te puede ayudar y me sacaras de aquí. ¡por favor! cumple el último suspiro de esta alma que alguna vez fue mortal… quizá hasta pueda ayudarte con tu problema

¿mi problema?

si ya sabes esa cosa negra que tienes atada a la espalda… ella podría remover tu maldición ¡tendrías una vida humana normal!

¿Una vida normal?

                                                   fin capitulo 1: «UNA VIDA A-NORMAL»