En lo profundo de mi interior o espíritu y vano sentido de mis pensamientos que buscan más allá de la compresión o razonar humano. Del porqué de las cosas del pensar y del misterio profundo de nuestro espíritu.

El hombre o ser humano en la soledad y en su finito entender, mira allá en su mente tantas cosas, que no comprende. Y que en su infinito interior o espíritu
esta, lo que tanto busca. Que en su razonar no hallara.

El camino la verdad y la vida de Cristo.
Y en nosotros la senda a la vida que es corta y larga. Y que viven muchas veces de verdad, existen viviendo. Y otros solo viven por existir.

Somos pequeños dioses hechos a imagen o pensamiento de Dios. Que en su vivir, viviendo de verdad siente o palpita ese origen divino que está en ti. En tu yo profundo o Espíritu, allí.

Y no comprendes, eso que te lleva a tu pensar finito e infinito. La soledad o desierto es mala, buena, y enseña, fortalece al ser,  es compañera de una parte del vivir. Es un símil de verdades.

La soledad, la paz o tranquilidad es el origen de inspiración, profunda que te ayuda a que tu mente se vuelva creadora de magia, y tu mano la pluma que llena e inspira los pensamientos que pasmas con letras que viene de ti, del Espíritu.

¡Si! Los pensamientos, bendiciones y maldiciones que en tu mente nacen y se hacen. Buenos y malos. Pero allí tú eres el que permite que se formen y se hagan parte de ti.

Por eso, existe mi yo profundo, El Espíritu, que siempre está a tu derecha o izquierda detrás de ti diciendo a tu oído Este es el camino correcto síguelo. Así como también, El está en tus pensamientos en tu lucha diría de tu pensar.

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