“Comienza la temporada de caza” leyó el conejo en la lejanía, muchos más lejos de lo que la rejilla metálica le permitía ir. En el cartel, que estaba en un poste en la avenida por la que pasarían la mayoría de los propietarios de las fincas de los alrededores, se redactaba las especies que estaban permitidas su caza y las que se encontraban estrictamente prohibidas.
Nuestro querido conejo se alarmó enormemente al vislumbrar de forma muy borrosa, tanto que no era seguro confirmar lo que había leído, el nombre de su especie entre aquellos en los que estaba permitida su caza. Fue corriendo a comentárselo a todos su compañeros, que comían alegremente por toda la enorme jaula de 20 metros cuadrados. Saltando entre sus queridos compañeros fue buscando a su mejor amigo, mientras gritaba la noticia de la que recibía respuestas bipolares. Encontrar a su amigo no era tarea fácil, ya que todos en la jaula eran de un pulcro color blanco, si se limpiarán los excrementos claro, eran más bien todos igual de sucios. Cuando finalmente lo encontró se sentó a comer con él.
-Entonces ¿cuándo vendrán a comernos los galgos?
-¿Galgos? ¿Qué galgos? ¿Quién te ha dicho nada de galgos? Todo el mundo sabe que quienes cazan a los conejos son los podencos, los galgos cazan liebres no conejos.
-¿Dónde te han enseñado a ser tan tonto? Si un galgo puede atrapar una liebre también atrapará a un conejo, y será mucho más rápido y feroz que el podenco.
-Primero, los podencos son más lentos pero mucho más fuertes que los galgos, a ver si te enteras que una y otra cosa no están relacionadas. Además que si entran aquí tendremos poca oportunidad de ser rápidos, no hay sitio para correr.- Mientras comentaba todo eso unas manos enormes lo levantaban por el pescuezo y lo colocaban en una balanza.
-Lo que digo es que los galgos si entraran aquí nos atraparían mucho más rápido y tendríamos menos oportunidades de huir.- Comentaba el segundo conejo mientras lo levantaban y lo pesaban. Como era costumbre que sucedieran estos chequeos no se preocuparon en absoluto. Solo cuando los pusieron en una jaula bien aplastados, junto a otros diez conejos, les dio por compartir una mirada extrañada y una cara larga con los morros apretados y las cejas levantadas seguida de después de esta.
-¿A dónde nos llevan?
-Ni idea, será que quieren barrer, que la verdad ya les tocaba, estaba harto de tener que apartar los descuidos de otros para poder comer. Pero no me saques del tema, sinceramente, me da igual si son galgos o podencos, tenemos que encontrar una forma de defendernos llegado el caso. Podríamos hacer un poco más de ejercicio para tratar de ser más rápidos. ¿Sabes que nuestros antepasados eran capaces de alcanzar en velocidad a las libres? Incluso cavaban agujeros en suelos para hacer sus hogares y poder defenderse, se llaman madrigueras y pueden llegar a tener mucho más espacio que toda nuestra fortaleza.
-La verdad que me parece muy bien por nuestros antepasados pero a mi la idea de llenarme de tierra para poder tener un mísero hoyo donde dormir, no me termina mucho. Si quieres vivir como un animal, allá tú pero yo me quedo con las ventajas de la sociedad, una valla de hierro reforzada para que nadie pueda entrar y una vida tranquila al seguro y bien alimentado.
-Ya me pedirás ayuda cuando tu super valla se caiga al suelo y no hayas aprendido a sobrevivir por tu cuenta.- Mientras la conversación se acaloraba el resto de conejos en la jaula se empezó a unir, cada uno con ideas más diversas y bizarras. Mientras se enorgullecían de la libertad de poder comunicar sus ideas, todas bajo la base de la tolerancia y el diálogo. Ya que uno nunca sabía quién tendría la razón y debían ser tolerantes con todo y todos.
Llegaron a la conclusión de que lo más probable era que los estuvieran llevando a una nueva fortaleza, ya que era la primera vez que los metían en una camioneta así que decidieron hacer una votación para elegir a su nuevo presidente, quien dictaría cómo deberían prepararse para la llegada de los galgos o podencos, aunque más de uno argumento que también podían aparecer águilas. La idea de las águilas caló muy bien ante el público, ya que nadie quería morir quedando como un imbécil por no plantearse otro peligro que los tradicionales, morir por anticuado sería un buen chiste.
La camioneta paró justo cuando ya habían elegido al nuevo presidente, un conejo con una pequeña mancha negra en el entrecejo, que aparte de darle un toque sensual destacaba lo suficiente como para que nadie lo confundiera con algún otro.
Como presidente que era fue el primero en ser llevado a los nuevos terrenos, para poder hacer una correcta evaluación de los terrenos y mediar cualquier posible problema.
-Hay que ver lo que un debate puede ocasionar- comentaba el primer conejo de todos, mientras lo sacaban delicadamente de la jaula.
-No hay nada que el diálogo y el debate sincero no consigan. Es de este y no de otro modo en el que podemos acercarnos a la verdad y al futuro.- comentaba su amigo muy sabiamente mientras lo cargaban a él con la otra mano.
-Tienes toda la razón, solo cuando compartimos nuestras ideas y las pulimos hasta llegar a un consenso es que podemos avanzar como sociedad. Que se preparen eso podencos porque juntos somos imparables.- Terminada la frase un cuchillo paso por cuello con la soltura con la que se corta una manzana con una navaja. Su querido amigo que absorto en la conversación, no se había dado cuenta, respondió enérgicamente.
-Otra puñetera vez vamos a tener la misma discusión con los galgos y los podencos, de verdad que eres un desnutrido ment…- Poco más pudo decir al perder las cuerdas vocales, mientras con una mirada de sorpresa se desangraba rápidamente y lo colgaban boca abajo por las patas.
Al mismo tiempo, un hombre entraba por la parte de delante de la carnicería canina con su enorme y precioso mastín. Al entrar, la carnicera con una enorme sonrisa y limpiándose la sangre de las manos con el delantal le comentó.
-Justo estoy terminando tu pedido dame 5 minutos que termine de despellejarlos y limpiarlos. ¿Quieres los dos más grandes no?
-Si, es que sino mi pequeñín se queda con hambre. Por cierto ¿se puede comprar la tripas también? Es que he visto que son muy nutritivas y quiero ver si a este le gustan.
-Las tripas normalmente las tiramos porque a la gente le da asquito pensar que eso se lo puede comer su perro y no las compran nunca así que si te cobraré solo por limpiarlas. Pero tardaré un poco más ¿puedes venir en unos 30 minutos?
-Sin problema, mil gracias.
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