El capitán Ahab y su peculiar geriátrico

El capitán Ahab y su peculiar geriátrico


El capitán Ahad y su peculiar geriátrico

«No podremos salir del castillo hasta el próximo Halloween» repite una y otra vez, sin dejar de recolocarse la dentadura, ese del que dicen que fue Conde en Transilvania. ¡Gigantes! ¡gigantes! Y agarrando un palo de escoba el señor Quijano, inquilino de la veintisiete, se lanza a por el ventilador. Mientras, la anciana señora Nieves, se pasa las horas frente al espejo, preguntándose qué fue de su proverbial belleza.

Me gustan mis compañeros de este nuevo hogar en que me han instalado mis hijos. Creo que el próximo domingo les ofreceré enrolarse en mi viejo barco, para juntos, recorrer los océanos y dar caza a mi maldita ballena blanca.

No se hagan viejos nunca amigos. Y si se hacen viejos, al menos no dejen de leer o lo que es lo mismo, no dejen de soñar.

Elescritorsinletras.

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