Capítulo 1.

Me desvele tanto anteriormente que justo ese día no pude soportar más de las tres de la mañana, mis ojos se cerraron solos aunque suplique porque no fuera así y apenas un par de horas más tarde desperté muy asustada sabiendo que debía revisar mi teléfono cuanto antes, la noche anterior estaba tan emocionada por ver el estreno de los últimos capítulos de mi serie favorita que corría de aquí a allá mirando teorías de la nueva temporada y todas esas cosas de internet sobre los actores y cuando por fin pude verlos mi mente se quebró un poquito.

Recuerdo muy bien la sensación, las emociones que experimente, soy muy dispersa en mi mente y no siempre es igual pero en ese momento recuerdo que estaba muy emocionada, daba vueltas en la cama y me sentaba en mis piernas de vez en vez, cuando las cosas se ponían más tensas, cubriendo mi boca y peinando mis mechones para atrás, estaba muy nerviosa del final, se trata de una serie de monstruos sobrenaturales donde la batalla final está perdiendo contra los minutos restantes de programación mis pensamientos estaban difusos como siempre mirando sin pausas pero pensando en lo pasado, concentrándose en todo pero poniendo especial atención en la pantalla, mientras estaba buscando una respuesta razonable y coherente a los movimientos de los personajes las escenas de tensión seguían subiendo en un formato confuso para mi mente, olvidándome de una cara de la moneda por otra, no terminaba de procesar una escena cuando ya estábamos en otra y sin esperarlo totalmente, la secuencia más fuerte que tuve que enfrentar en todo el verano, la muerte, una escena de redención del espíritu, genuinamente me sentí identificada como siempre lo hago, aunque no tenga nada que ver la situación de un personaje con la mía, siempre me resulta muy agradable creer que es una opción para mí, opinar sobre los hechos o la actuación, nada fuera de lo normal, pero estar acostumbrada no disminuye el peso de ver morir a un personaje con quien te sientes empático, fue una emoción tan fuerte que las lágrimas me salieron precipitando a los pensamientos que apenas estaba saboreando en la lengua y no me atrevía a decir.

Una muerte trágica y desgarradora muy a pesar de todo llama a la compasión, estar inmensa en una historia siempre te puede hacer gritar por un susto o por un giro que en verdad no querías que ocurriera, pero llorar es mucho más que eso, llorar es como renacer y tener un diferente entendimiento de la realidad, es como si todo en el mundo tuviera un segundo plano y al ser testigo de un crimen de odio frente tus ojos nada importara más que recoger los pedazos de lo que antes fue un solo cuerpo, nunca podré sacar de mi mente las imágenes de la sangre saltando por todos lados al ser arrebatada violentamente del cuerpo incapaz de defenderse de alguien más, y odio que esto sea constante.

Fue un momento, un instante muy fuerte, llore y grite hincada sobre mi cama hundiendo mi cara dentro de la almohada apagando el sonido de mi dolor y asfixiándome a mí misma porque no había suficiente aire, nunca hay que hacer eso, cuando ya no podía más levante la cara respirando con dificultad cambie mi posición intentando pensar en lo que había visto, no lo entendía, en mi mente la escena de la muerte estaba repitiéndose y yo miraba directo a los ojos tristes despidiéndose de la vida de aquel pobre mártir, me recosté y me cubrí con las sábanas hasta los hombros quedando mi cara contra la pared, abrazando fuertemente mi peluche hasta que el calor de la situación me dejo inconsciente, durmiendo por otras tres horas, al despertar me senté un momento a meditar y después salí a la cocina, tome un poco de agua y mire la hora, estaba apenas a tiempo para empezar mis deberes antes de que llegara mi madre, sin embargo estaba triste, tanto como para llorar en medio de una tormenta con la música más triste que conoces en tu mente.

No podía pensar en otra cosa que no fuera él, fui corriendo de vuelta a mi cuarto y busque mi teléfono el capítulo seguía abierto en mi teléfono, justo en la escena en que muere mi pobre, pobre ángel, derrame una lagrima mientras duro la escena y continúe el resto, solo unos cuantos minutos más, al fina llore un poco más cuando se terminó pero agradecí que hubiera un descanso al fin, salí de la aplicación y entre a otra me distraje solo un momento con un video gracioso hasta que no más de tres minutos ya todos sabían que Eddie había muerto, había mil edits del capítulo y de los actores, mi mente no entendía esa cantidad de opiniones, no soportaba tanto, salí de la aplicación nuevamente y puse música, me dirigí a la cocina a preparar la comida, mientras cocinaba casi olvidaba todo eso estaba tan en paz, haciendo mis deberes, al llegar mi madre comimos juntas y todo estaba bien más tarde volví a ver mi redes sociales, estaba aburrida de nuevo, y ahí estaba, era la tristeza de la muerte, el día siguiente fue igual estaba bien pero de vez en vez lo recordaba, en mis redes sociales también hablaban de muerte repasando en mi mente la escena una y otra vez, casi de inmediato empezaron a hablar ahora de amor, y ¿Sabes qué? Me enamore yo también, pasaron más días y mi tristeza y ahora mi amor estaban instigando mi mente todo el tiempo, pero no me importaba, sentía en mi pecho algo parecido a la falta de aire, cuando pensaba en su perdida, era sumamente desesperante para mi corazón, pero cuando recordaba su sonrisa y su actitud mi pecho saltaba de felicidad, sentía por él algo que creía humanamente imposible, parecido a un rio desbordándose debido a una fuerte tormenta, en otras palabras sentía lo que la juventud conoce como primer amor, algo desesperante y ambicioso.

Apenas una semana y me sentía como cuando después de un largo año el chico del que me enamore el primer día de clases en la preparatoria me tomo de las manos pidiéndome que no llorara y me consoló ante una estupidez, entonces supe que si lloraba por mí por algo tan pequeño como eso seguro haría más que eso cuando yo estuviera en peligro o algo así. Apenas una semana y un extraño ya se había apoderado de mi corazón y de mi mente, como si esperara una visita sorpresa cualquier otro día, cuando en realidad no me ha dirigido palabra alguna, y fue ahí donde los fan-fic aparecieron y con ellos los “POV” sin duda una arma poderosa contra mi débil mente, lo que estaba sintiendo solo creció más desde ese momento, hay mil cosas que quiero decir sobre mi amor a esa persona en mí teléfono, durante dos semanas sentimientos desbordantes apresaron mi corazón y tiempo después cuando estaba sola no parar de pensar en cómo es que había pasado algo tan estúpido.

La vida pasaba normalmente, pero sentía todo a flor de piel y que diablos, es una relación unilateral con un personaje ficticio, pero, yo solo soy una niña, quiero experimentar el amor y no lo he logrado, por alguna razón. En este momento de la vida donde todo se vive con la adrenalina en la lengua y no es momento de pedir perdón, estoy dispuesta a desperdiciar mi tiempo y cometer errores.

La inspiración me golpeaba y me obligaba a hacer de todo, la vida de un adolescente es así creo, si hay algo extremo, hay que hacerlo. Contacte con fuerzas oscuras y peligrosas, llame al diablo y en respuesta me llevo con los mismos ángeles, una pareja de cazafortunas que conocí hace tiempo. Suena ridículo, pero los conocí en mis sueños, las realidades se cruzaron y conecte con el Isekai, el sueño prometido de quien le aburre la vida misma.

El encuentro se concretó con un efecto mágico que congelo el tiempo, mis rezos al diablo se detuvieron cuando frente a mi podía distinguir la sombra de unos tacones rojos, mi mirada se elevaba despacio y la impecable imagen de una mujer imponente, con ropa deslumbrante, cabellera impresionante y voluminosa se mostraba frente a mí, con una pose regia más que digna de la excentricidad de mujer que era, sus huesos reafirmaban su presencia dándole más fuerza a su postura, detrás de ella un chico adorable y amable que destacaba por su inteligencia y la seguía a todos lados con admiración.

_ ¡Charlie!, que bueno que eres tú.

_ ¿Cómo has estado corazón?

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