Liturgia de la consunción

Liturgia de la consunción

jenn cristalizada

01/03/2025

Déjame ser el hambre que te desgarra,

el filo que corta tu carne desde dentro.

Devórame sin tregua, arráncame de mi piel,

consume la chispa final de esta existencia

hasta que no quede más que ceniza y vacío.

Que mis huesos sean tus reliquias,

mis suspiros, la bruma que se adhiere a tus labios.

Quiero ser arrancada de mí misma,

gota a gota, grito a grito,

hasta que mi eternidad pertenezca solo a ti,

una ofrenda sangrienta a tu ansia sin fin.

Mientras duermes, entraré por tu boca,

un río oscuro de veneno y deseo.

Me arrastraré por tu garganta,

serpiente sigilosa buscando el nido

de tu razón desmoronada.

Subiré hasta tu cerebro,

una maraña de dedos y garras,

y arrancaré cada recuerdo que no me pertenezca.

Los desmembraré, los consumiré,

hasta que tu memoria sea solo yo,

mi nombre tatuado en las cavernas de tu mente,

mi rostro, la única imagen que tu alma soporta.

Me derramaré en cada rincón de tu ser,

infectaré tus sueños como un virus hambriento.

Te haré mío, esclavo de mi sombra,

una obsesión que arde como hierro al rojo vivo

en la raíz de tus pensamientos.

Tu existencia será un sacrificio continuo,

un altar de carne donde mi nombre se ofrenda

entre lamentos y locura.

Que la sangre de este pacto sea el lazo eterno.

Que cada gota que te recorra grite por mí,

que cada latido sea un eco de mi presencia,

y cada respiro, una súplica agónica.

No hay salvación ni fin, solo mi abrazo,

oscuro y absoluto, devorándote desde dentro.

Cuando caigas, no habrá descanso,

solo el abismo donde yo seré todo.

Etiquetas: poesía

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS