En la sombría noche
de un día de desaires
aprovechó tu recuerdo
para degollarme,
con recuerdos que no pasaron
palabras que nunca llegaron
y deseos que no se concluyeron.
Tú no me enseñaste a amar
Pero sí me enseñaste el amor.
No olvidaré
tu linda esencia
Que hechizaría hasta al más frío
si desearía.
No olvidaré nada
porque todo lo llevo en el alma
que lleva esperándote,
en el amanecer
y en el anochecer.
En mi corazón solo existes tú
Y será así, por siempre.
¿Lo dudas?
Aún las más bellas estrellas
del cielo
esperan conmigo
volverte a ver,
pero el destino me dice
<no la esperes>
Sabe que no voltearás a verme.
Cuantas veces
proyecté nuestro amor
como dos luceros
lejos del horizonte.
Cuantas veces
Pensé en decírtelo
y hoy
que ya no estas
mi alma se desmorona lentamente
en pedazos.
Tú no me enseñaste a amar
Pero sí me enseñaste el amor.
Arbir
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