Mi reloj marca las 8:00 de la noche y por instinto ya, me asomo a la ventana y la veo. Allí esta ella, puntual como siempre, sentada frente a su ventana, mirando fijamente al cielo, estirando sus manos como si quisiera tocar las estrellas, algunas veces cantando y otras como si estuviera conversando con alguien.

Así se queda por horas, es como si estuviera fuera del tiempo y del espacio, como si tan solo existieran ella y las estrellas

No sé si alguien más se ha dado cuenta de este hecho, pero lo cierto es que en mí, ya se ha hecho una rutina también, sentarme al pie de la ventana.

Oí muy atentamente decir a Teresa, quien llorando, me pidió que por favor no la interrumpa, por mucha curiosidad que tuviera, hasta que llegara al final de su historia.

Todo comenzó hace unos meses atrás, inicio así su historia Teresa; cuando por motivos económicos dejé mi anterior departamento y conseguí uno nuevo, al principio no me gustó debido a que era mucho más pequeño que el anterior, sentía que me sofocaba, pero se ajustaba a mi presupuesto y no me quedaba otra alternativa que acostumbrarme a aquel lugar.

Y para aplacar de alguna manera la sensación de asfixia que sentía, empece a abrir las ventanas de mi habitación ni bien llegaba del trabajo y cuando ya el ambiente se tornaba muy frió cerraba las ventanas y me iba a descansar.

Así lo hice varias noches, hasta que una noche, no recuerdo el porqué, me quede sentada al pie de la ventana mirando todo el panorama que me ofrecía el lugar y como si alguien guiara mi mirada, mis ojos se centraron en un departamento que quedaba justo frente al mio donde vi a una mujer, sentada, mirando fijamente al cielo. Esa fue la primera vez que la vi.

Al inicio no di mucha importancia al hecho, porque pensé que al igual que yo se sentía sofocada y que solo quería un poco de aire, la deje y me fui a dormir.

Al día siguiente hice lo mismo; abrí las ventanas y me senté al pie de ellas y mire a mi alrededor, pero nuevamente algo me guiaba a mirar hacia el departamento que quedaba frente al mio, esta vez no había nadie. De alguna manera me sentí algo triste y cuando ya me iba a retirar apareció la mujer que había visto la noche anterior.

Estaba con una bata blanca, con su cabello largo suelto al viento, tomo su lugar y como la noche anterior, miró fijamente hacia el cielo, creo que por curiosidad, porque me intrigaba ver que veía tan fijamente, alce mis ojos al cielo pero no vi nada fuera de lo normal, solo vi la luna, las estrellas y un avión que justo pasaba por allí, sin embargo, ella parecía estar absorta en una especie de trance muy largo, quise saber cuánto tiempo se quedaría de esa manera, pero esa noche no pude saberlo porque el frió y el sueño me invadieron , así que cerré las ventanas y me fui a dormir.

Cuando desperté, fui rápidamente hacia mi ventana y casi sin darme cuenta vi hacia donde se sentaba ella, pero no había nadie y algo muy dentro de mi me decía que no me preocupara que seguramente en la noche la podría ver.

Como todos los días me aliste y me fui al trabajo, pero algo extraño se estaba desarrollando en mi, había un deseo, casi una necesidad de que la noche llegara pronto, para poder asomarme a la ventana y verla.

Ni bien la hora del trabajo terminaba, me despedía rápidamente de mis compañeros, quienes asombrados se preguntaban que me estaba pasando, ya que solía quedarme hasta muy tarde, ya sea solo conversando o tomando una taza de café con mis amigas. Sin responder ninguna de sus preguntas, solo me iba.

Al llegar a mi departamento, rápidamente abría la puerta y prácticamente lo único que hicia era dejar mi bolso en el sofá, y sin darme cuenta ya estaba sentada al pie de mi ventana deseando verla, pero no estaba allí, pensé que quizás esa noche no saldría a asomarse por su ventana, espere aproximadamente por unos 20 minutos y cuando ya estaba a punto de darme por vencida la veia, abriendo su ventana, vestida con su bata blanca y su larga cabellera suelto al viento y por instinto, creo, vi mi reloj que marcaba las 8:00 pm en punto y como las noches anteriores se sentó frente a su ventana mirando al cielo con tanta fijación como si habría alguien mirándola también a ella

Mientras la veía, ella alzó las manos al cielo, como dando suaves caricias al aire, como si quisiera tocar las estrellas y pensé que quizás veía a algún ser amado que se encontraba en el cielo o que tal vez se encontraba sola en esta gran ciudad y no tenía con quién hablar. Así como estos pensamientos muchos otros pasaron por mi mente mientras continuaba observándola durante la noche.

El tiempo había pasado tan rápido que no me di cuenta cuando amaneció. alce mis ojos y vi al nuevo día asomarse como nunca antes lo había visto, creo que no habría forma de describirlo.

Ese día no fui al trabajo, porque se celebraba un evento muy especial y nos habían dado el día libre, así que quise emplear ese día para averiguar que misterio se escondía detrás de aquella mujer que todas las noches de manera puntual, salia frente a su ventana a mirar fijamente el cielo.

Me levante, me di un baño, tome un desayuno ligero, me vestí con ropa deportiva y me puse un par de zapatillas, creo que me vestí así porque tenía cierto de temor, y pensé que si algo salia mal podría salir corriendo y escapar.

Salí rumbo a su departamento, y de pronto ya estaba frente a su puerta, no sabia que hacer y después de dudarlo por unos cuanto segundos, toque el timbre, esperé, volví a tocar el timbre unas cuantas veces más, pero nadie salió, pensé que quizás habría ido al trabajo, me di media vuelta para regresar a mi departamento, cuando de pronto oí una voz detrás de mí, preguntándome si estaba buscando a alguien y sin decir nada seguí caminando, porque, por extraño que parezca una sensación que nunca antes en mi vida había sentido, se apodero de mí.

Camine lo mas rápido que pude y llegue a mi departamento, estaba realmente aturdida por lo que había pasado, cuando de pronto tocaron a mi puerta, el pánico se apodero de mi estaba a punto de enloquecer, hasta que oí la voz de una compañera de trabajo, quien había ido a buscarme para salir de compras, la verdad no me acordaba que había quedado con mi compañera para salir juntas.

La salida con mi compañera, me ayudo mucho, tranquilizo mi mente, olvidando, al menos por unas cuantas horas, el incidente que había pasado por la mañana, almorzamos, compramos, charlamos y cenamos; realmente fue una buena terapia para mí.

Pero cuando llegaba a mi departamento, nuevamente, la necesidad de asomarme por la ventana y ver hacia el departamento de ella, se apoderaba de mi, y así lo hacia, abría mi ventana y me sentaba a esperar a que ella saliera, creo que por instinto, miraba mi reloj, para ver si ya eran las 8:00 pm.

Al llegar la hora, allí estaba ella puntual como siempre, pero esa vez ocurrió algo totalmente distinto, no se si lo imaginé, pero en algún momento cuando ella estaba mirando fijamente al cielo y hablando con las estrellas, volvió ligeramente su rostro y miro hacia donde yo estaba, y por increíble que parezca, por unos segundos sentí sus ojos sobre mi, lo cual hizo que tuviera temor y me escondí y no volví a salir. Cerré las ventanas, encendí mi lampara de mesa, me dí un baño, trate por todos los medios de distraer mi mente pero no pude, solo pensaba en todo lo que había ocurrido durante el día, no se en que momento me quede dormida.

Esa noche tuve un sueño, realmente extraño, soñé que conocía a una mujer joven, quien dijo llamarse Catalina, dijo también que acababa de cumplir 28 años y que antes de venir a la ciudad había vivido toda su vida en el campo, lo extraño era que ella me hablaba de espalda, no le podía ver el rostro, solo se veía su larga cabellera, me seguía contando que tenía un novio, que se llamaba Arthur, de quien estaba muy enamorada, y que estaban a punto de casarse, pero que fueron separados por la maldita muerte, quien se lo llevó luego de sufrir un trágico accidente automovilístico.

Dijo también, que muchas veces había intentado ir a donde estaba él, pero fue impedida y que ahora solo se limitaba a llorarlo todas las noches a las 8:00 de la noche, porque aunque me pareciera increíble, fue a esa hora, por cosas del destino, que se conocieron en un restaurante cerca de su trabajo, fue a esa hora que él le propuso matrimonio en aquel restaurante, y fue a esa hora que desgraciadamente la indolente muerte se lo llevo.

No podría decir como, pero extrañamente pude sentir todo el dolor que ella sentía por haber perdido a su novio. Quise consolarla pero no me dejo hablar, quise ver su rostro pero tampoco me dejo, solo me dijo que aprendiera a amar y a ser feliz.

No entendí sus palabras, quise preguntarle, pero el sonido de mi despertador me saco de ese sueño casi real.

Desperté, fui al trabajo como todos los días, pero no podía concentrarme en nada de lo que hacia, las palabras de aquella mujer seguían sonando en mi oído, estuve tan distraída que mis compañeros del trabajo se habían dado cuenta y querían saber que era lo que me estaba ocurriendo. No les dije nada porque ni yo misma entendía lo que me estaba pasando, estaba tan confundida como ellos.

Al llegar a mi departamento, abrí mis ventanas y me senté en el sofá a esperar a que fueran las 8:00 pm, luego me asome por la ventana y allí estaba ella puntual como siempre, pero a diferencia de las otras veces, vi que miraba fijamente hacia mi departamento, pero, no tuve temor, no me escondí, me arme de valor y dirigí mi mirada hacia donde estaba ella, así nos quedamos, mirándonos fijamente la una a la otra, por no se cuanto tiempo. Esa fue la primera vez que cruzamos miradas.

No sabría explicar exactamente lo que sentí en ese momento, pero fue algo extraordinariamente mágico, era como si por alguna extraña razón estábamos conectadas la una con la otra.

Así transcurrió por muchas noches, por no decir todas las noches. Pero lo realmente asombroso e insólito ha pasado hace una semana atrás. Nuevamente tuve ese extraño sueño con aquella mujer a quien no le puedo ver el rostro, pero esta vez me decía que me estaba esperando y no se porque tuve la extraña necesidad de ir nuevamente al departamento de ella y sin pensarlo dos veces me aliste y fui.

Al llegar a su departamento, me pare frente a la puerta y toque, no hubo temor, solo quería llegar al fondo de todo, quería entender, de alguna manera, lo que estaba sucediendo. Nadie salio, pero esta vez toque insistentemente hasta que alguien en el interior me contesto, y solo por algunos segundos sentí un pequeño escalofrió por todo mi cuerpo, pero estaba decidida, así que espere, escuche unos pasos que se acercaban a la puerta y vi la perilla de la puerta girar.

La puerta se abrió. Realmente espere ver a una mujer joven, pero me recibió una anciana de unos 60 años aproximadamente

La anciana me recibió como quien recibe a alguien que ha conocido toda la vida, me dio un fuerte abrazo y beso en la mejilla, luego me hizo pasar, me ofreció un refresco helado, la cual no acepte, y lo que más me sorprendió fue que me llamo por mi nombre, la verdad estaba totalmente confundida, mil preguntas revoloteaban dentro de mi cabeza y estaba a punto de hacerlas a la anciana cuando inesperadamente me tomo de las manos y me dijo que me tranquilizara y que primero le dijera el motivo de mi presencia en aquel departamento.

Le conté a la anciana todo lo que había estado sucediendo, le conté de la mujer en la ventana, le conté de mi sueño, le conté de mi necesidad de buscar respuestas a todas las dudas que se habían generado en mi y así poder entender lo que me estaba pasando.

Después de escucharme atentamente, la anciana esbozo una tierna sonrisa y me pidió que por favor escuchara una historia que tenia que contarme.

Me contó que en ese departamento vivía una hermosa mujer que apenas acababa de cumplir 28 años, la interrumpí y pregunte por su nombre, me tomo nuevamente de la mano de y me dijo que me calmara, siguió hablando y dijo que el nombre de ella era Catalina, quien durante toda su vida había vivido en el campo donde era muy feliz, pero por cosas del destino tuvo que mudarse a la ciudad y fue a parar a aquel departamento, todo iba bien hasta que conoció a apuesto joven de quien se enamoro perdidamente, su amor era correspondido, dijo que jamás había visto una pareja que se amara tanto, que mutuamente se cuidaban, que eran la pareja perfecta.

Siguiendo con su historia me dijo que cierta noche Catalina llego al departamento mas feliz que nunca porque Arthur, que así se llamaba su novio, le había propuesto matrimonio. Catalina estaba tan feliz que no cabía en sí, me dijo la anciana, todo el día se la pasaba cantando, riendo, era muy feliz.

Hasta que una noche, faltando poco tiempo para su boda, llegaron unos policías al departamento para darle a Catalina la peor noticia de toda su vida, Arthur había sufrido un accidente automovilístico y estaba gravemente herido en el hospital y lo único que hacia era llamarla. Este suceso destrozo su corazón, su alegría pronto se torno en llanto, se paso días enteros en el hospital, tal era su dolor que hasta los doctores le aconsejaban que descansara, pero ella no oyó a nadie y siguió junto a Arthur, Hasta que una noche recibió la noticia que tanto temía oír, Arthur había muerto, su cuerpo no pudo soportar la última operación que le realizaron para intentar salvare la vida.

Esta noticia prácticamente la mato, siguió la anciana, El dolor que Catalina experimento era tan grande que tuvieron que sedarla y hacerla dormir por unos días, por lo que no pudo asistir al velorio ni al entierro de Arthur y cuando todo paso despertó, lloro y grito como no te imaginas me dijo, me contó también que Catalina había intentado suicidarse en varias oportunidades pero que no tuvo éxito hasta que un doctor se dio cuenta que estaba embarazada, gracias a un análisis de sangre que le realizaron.

Cuando Catalina se entero que estaba embarazada, dejo de estar intentando quitarse la vida, porque decía que de alguna manera Arthur estaba con ella, y no hacia otra cosa que asomarse por la ventana de su departamento todas las noches a las 8:00 de la noche para ser exactos dijo la anciana, y empezó a ver el cielo y decia que hablaba con Arthur.

Los meses pasaron rápidamente, y llego el día de dar a luz, Catalina estaba tranquila, y dio a luz a una hermosa niña, a quien desde el primer momento que se entero de su existencia, amo con todo el corazó

Una semana después de dar a luz a la niña, siguió la anciana, llamo a una Asistenta Social y sin decir nada entrego a la niña para ser adoptada, y al día siguiente de ser entregada la niña, Catalina se suicido.

Cuando oí toda aquella historia mi mente se perturbo, no entendía nada. Entonces pregunte a la anciana, que quien era la mujer que veía todas las noches, porque me contaba a mi toda aquella historia, que tengo que ver en todo este asunto, a lo cual la anciana mirándome fijamente me dijo que esa historia había pasado hace 25 años y que la niña de quien hablaba se llamaba Teresa y el nombre de los padres adoptivos eran Roberto e Ines, al oír todo aquello me levante del sofá prácticamente aterrorizada porque era mi nombre, era mi edad y era el nombre de mis padres.

En mi mente solo había una frase, ¡NO ES VERDAD!, no podía ser cierto lo que me decía la anciana, sentía que solo me estaba jugando una broma, ya que de lo contrario significaría que yo era aquella niña y que la mujer que veía todas las noches era mi madre.

No, definitivamente no podía ser cierto, totalmente confundida salí corriendo de aquel departamento y me fui directamente a buscar a mis padres, viaje toda la noche.

Al llegar a su casa, muy sorprendidos me recibieron, y con solo verme sospecharon que algo malo había sucedido.

No les di mucho detalles, solo les suplique que por favor me dijeran toda la verdad acerca de mi nacimiento y no tuvieron otra alternativa que decírmela, me dijeron que mi madre se había contactado con ellos unas semanas antes de que yo naciera, ya que ella sabia que ellos querían ser padres y que ademas eran personas muy buenas, me dijeron que prácticamente les suplico que se hicieran cargo de mi, que me criaran como si fuera su verdadera hija y les hizo prometer que jamás me dirían la verdad para que yo no sufriera.

Ellos aceptaron, luego mi madre hablo con la Asistenta Social, a quien le hizo un pedido muy especial, le rogó que me entregara en adopción a esa pareja ya que ella confiaba en ellos y así lo hizo la Asistenta Social, ya que al morir mi madre, lo tomo como su última voluntad.

De todo esto ha pasado una semana, todavía no puedo creer que todo esto sea verdad, todavía me pregunto como di a parar a ese departamento, todavia no puedo asumir que mi vida ya nunca sera la misma, todavia tengo muchas dudas dentro de mi, y me pregunto cuan cruel puede ser el destino.

Ahora, he aprendido a esperar que sea las 8:00 de la noche para sentarme al pie de la ventana y poder verla. Si, todavía la veo, se que jamás podre abrazarla, se también que jamás podremos hablar como madre e hija, pero lo que si puedo es sentirla muy cerca de mi. Algunas veces la veo también en mis sueños con su bata blanca y su larga cabellera suelta al viento. He aprendido también a hablar con la luna y las estrellas

Se que pronto despertare de este trance en el que ahora me encuentro y que todo esto que me ha pasado quedará en mi recuerdo y aprenderé a amar y ser feliz como me aconsejó mi madre, hasta entonces solo esperaré.

Salí del departamento de Teresa totalmente abrumada por la historia que acababa de oír, no he podido decirle nada, ya que yo misma no alcanzo a entender nada, es tan irreal y a la vez sorprendente todo esto.

Cuando me encontraba a la salida del edificio, no pude evitarlo y alce mis ojos para ver si lograba ver a la madre de Teresa y no he visto nada.

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