Le darías un lugar seguro a nuestro amor
Tú serías el custodio,
con espada, flecha y cañón,
día y noche,
bajo estrellas o bajo el sol.
Pero un día te fuiste sin avisar,
en busca de otro amor.
Ya no fuiste el guardián,
ya no serás. Perdiste el honor.
Nos dejaste atrás,
nos dejaste marchitar.
Ahora, en mis manos, flores sin vida están:
cartas, libros, historias,
que al olvido pasarán.
Promesas incumplidas,
esperanza que ya no volverá.
Lugares recorridos,
de un amor que nunca más será.
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