Gran señor del espejo humeante, dótame de tu profecía.
Baila, cuerpo desollado, sobre la tierra de mis ancestros
¡Danza y ríe! ¡Oh Gran Misterio!
Danza desde la niebla desaforado, ¡Oh festín de huesos!
Que tu carcajada haga temblar las mismas estrellas,
¡Oh mi espejo! ¡Oh mi rostro que se pudre en secretos!
Gran señor, que has habitado a este joven mancebo
Dótame, lo ruego, del don de profecía,
de allá donde termina el tiempo.
Donde su ruta se esconde en las verdes montañas.
¡Oh Gran Tezcatlipoca!
¡Señor de mis ancestros!
¡Bebe la sangre de todos tus hijos y vuelve a nosotros!
¡Gran señor danzante y oscuro reír de la noche!
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