Poco a poco

Ojalá te acuerdes de mí cuando sus labios toquen los tuyos y pienses ¿cómo se sentirán?

Ojalá que cuando te hable y su acento se parezca remotamente al mío, te asustes y ahí te acuerdes de mí.

Ojalá, sinceramente, que la ames con toda el alma, la dedicación, la ternura y la convicción con la que puedas amar a alguien, pero sólo porque esperas que fuera yo.

No fuiste más que el recreo del lunes, o un sábado de fiesta.

Ojalá y sí te acuerdes de verdad de mí, porque me han mentido mucho, pero sólo a tí te lo permito, y pasa que siempre lo haces como pasa que siempre sé cuándo.

Y que el día que despiertes con boca seca y piernas entumecidas, vayas a la cocina para encontrarte con la lentitud que la envuelve, parada en la cocina, haciéndote un café tan insípido como ella misma y la mires y digas te amo y pienses que no, entonces lo digas de nuevo sintiéndome a mí en cada letra y que lo sientas tanto que se te escape una lágrima ácida y etílica, que ella no vea por voltearse a endulzar tu taza, cuando yo sé que te gusta amargo.

Y que cuando mires por las rejas, cuando escuches música suave percibas el olor de mi cabello hasta el punto de pararte a buscarme; debajo de las macetas, dentro de tus medias, por la farmacia de la otra calle… ¿Dónde estás? me digas, no te veo, quiero verte.

¿Dejaste de amarme? ¿Dejaste de pensarme? te diga yo.

Tú sabes que nunca te amé, contestes tú.

Entonces, ¿me piensas?

Ni un poquito.

Estás diferente, me gustabas más bronceado.

La amo a ella, es lo mejor que me ha pasado.

Siempre dijiste eso de cualquiera, hasta de mí.

La diferencia es que tú sí lo fuiste.

Quién te entiende.

Nadie, sólo tú, así que nadie.

En tu esquina de delirio destilado; neuronas fritas y dolor a la parmesana; tu copa llena de tantas monedas como tus bolsillos rotos; un cartón cobijando tu pellejo mugriento. Entonces yo sea un grafiti en la pared de la que te recuestas: no más que una ilusión de loco, un espectro que te deja poco a poco.

Ojalá que te acuerdes de mí cuando te vayas.

Ojalá acordarme de tí cuando yo también.