EL CORREDOR DE LA OSCURIDAD

EL CORREDOR DE LA OSCURIDAD

fran

22/11/2024

En las profundidades del Neón, una megaciudad envuelta en sombras y opresión, resonaba una sinfonía rebelde: «Shoot Me Runner» de Kasabian. En estos oscuros callejones, los destinos se entrelazaban como hilos de una red clandestina, y Julián Markof, un corredor clandestino conocido como «El Corredor de la Oscuridad,» estaba a punto de sumergirse en una conspiración que cambiaría su vida y el destino de la ciudad. La ciudad se erguía como una torre colosal, con sus niveles superiores habitados por una élite corrupta que disfrutaba del poder mientras la población de los niveles inferiores languidecía en la miseria. Julián, como muchos otros en su posición, se veía forzado a buscar ingresos en los márgenes de la ley, transportando información y mercancía prohibida a través de los entramados laberintos de la ciudad. Fue durante una de esas entregas clandestinas en un callejón, cuando Julián se cruzó con un asesinato político del alcalde de la ciudad a manos de un par de asesinos misteriosos, que llevaban buena porción de su cara cubierta, traje y corbata. En el instante en que las balas cortaron el aire y la sangre manchó el pavimento, Julián se vio envuelto en una telaraña de intriga y peligro. Sabía que había sido testigo de algo que no debía haber visto, algo que podría destruir el frágil equilibrio de poder en la ciudad. De saberse, las fuerzas policiales estarían buscando a los asesinos en los bajos fondos, invadiendo cada calle y esquina como un Gengis Khan.

Con el peso de un secreto mortal sobre sus hombros, Julián huye, no sin antes que los asesinos se hayan percatado de la presencia del corredor. Sube a su vehículo y lo enciende a toda velocidad, mientras los asesinos le pisan los talones detrás de él en su automóvil, Julián gira y gira cada esquina tratando de evadirlos, pero le es imposible, ¿Será posible que estos sicarios sean tan buenos conductores? Si no estuvieran matando políticos, serían buenos corredores. En un momento, giró por un callejón oscuro. En ese momento, para Julián se torna todo oscuro, pero los asesinos están en un aprieto, ya que el único testigo del asesinato, había desaparecido. La verdad es que Julián no ha notado que su vehículo cayó en una trampilla que lo conducía a la guarida de la resistencia del bajo mundo. En ese momento, se encuentra con una joven rebelde con un peinado moderno y vestida con mezclilla. Esta chica rodeada de sujetos armados, se presenta como Eva Lysander, esta bella joven, de complexión atlética y que tenía un cierto carisma atractivo que le ha servido para perfilarse como líder de este movimiento. Al sonreír frente a Julian, empezó a sentir cierto agrado por la joven. De ahí se acerca Víctor «Silhouette» Darrow, un hábil hacker que tejía hilos digitales en la oscuridad, Silhoutte le dice a Eva: “Todo normal, levante el firewall, estamos seguros”.

Eva vuelve a sonreír al hacker dándole las gracias, en ese instante, Julián deja el vehículo y se acerca a la joven para decirle: “Lo mismo digo, Eva”.

Caminando por la guarida, llena de mujeres y niños que se refugiaban en la clandestinidad, a salvo de las injusticias del sistema, Eva le explica: “Han tenido todo tipo de personas en el refugio, pero jamás a un corredor”, amablemente Julián le dice: “Para todo hay una primera vez”.

Eva le pregunta: “Cuéntame, ¿de qué estabas huyendo, y no creo que sea la policía”. En ese instante, Julián vacila antes de poder contestar… Eva le dice: “Bueno, en algún momento tendrán que confiar en nosotros, recordando que te salvamos la vida”. Una de las cosas que le han enseñado a Julián como corredor es nunca confiar enteramente en alguien, ni tan rápido, ni tan fácil, la confianza es un bien demasiado precioso como para entregarla a cualquiera. Pero sin duda alguna, la atractiva y carismática Eva, también conoce esta lección, con la experiencia de haberse encontrado desde criminales psicópatas hasta infiltrados de la policía que casi los descubrieron la última vez. Aunque el mismo Sihloutte en su computadora no logró sacar demasiado de Julián, tampoco el hábil mecánica y la genio detrás de la trampilla, entre otros artefactos usados por la resistencia, Nadia Solis, que revisó de arriba hacia abajo el vehículo de Julián, lleno de armas escondidas y escondites secretos dentro de la cajuela, pero a lo igual que un hacker, nada que les revele algo más acerca de Julián Markof.

Mientras tanto, la resistencia sigue reuniendo, haciendo planes para revelar de una buena vez y para siempre la conspiración entre las sombras que han sumido a muchos refugiados en los bajos fondos. Mientras Julián queda al margen de esta reunión, sin embargo, entre los miembros de la resistencia, sale un abogado que nadie creía tener: Nadia, entre los argumentos que da, expresa: “Para el plan que tenemos, tenemos que instalar una repetidora que transmita el video que preparó Silhouette con las pruebas definitivas, para eso necesitamos a un corredor veloz que se entregue a nuestros simpatizantes en la estación de transmisión y que se asegure que la antena quede instalada y transmitiendo…”.

En ese momento, Eva se pregunta: ¿Quién sería tan temerario entre nosotros?”. De pronto se acerca Julián declarando: “He estado escuchando todo, pero les falta una prueba definitiva… hace poco unos asesinos mataron al alcalde de la ciudad, en mi vehículo tengo guardado el video con la prueba”. Todos se quedan en silencio, mirando entre ellos, Sihlouette le dice: “Permítenos ver la grabación, si no te molesta…”.

En unos instantes, Julián habré un compartimiento donde haya enchufada una memoria portátil a varios hubs, este la saca. En unos minutos, Silhouette observa el video del asesinato del alcalde, el hacker queda asombrado por la calidad del video que permite ver al detalle todo, a pesar de la poca luz presente en el lugar. En poco rato, Sihlouette pasa el archivo de video del asesinato a una memoria USB que está adosada a la antena repetidora. La idea de este genial aparato es que, una vez que está instalado, se convertirá en una emisora, transmisora y repetidora de todo lo que contiene la memoria USB, incluyendo el video que prueba el asesinato del alcalde.

Desde ese momento, Julián le propone ser reclutado por la resistencia, ya que es la única tarea que puede hacer y otros no, a pesar de que la mentalidad mercantilística del corredor sigue intacta, él sabe qué hay de por medio un bien mayor. Rápidamente, Julián sube a su vehículo, lo enciende y mira al frente con decisión. A un lado, los miembros de la resistencia lo ven partir, a sus adentros, Eva le desea buena suerte a Julián.

Entonces, Julián pisa el acelerador a fondo y su vehículo sale disparado como un cohete en el momento que la trampilla donde ingresó a la guarida se abre. Sale a toda marcha del callejón, y a medida que el vehículo vuela por las calles de los bajos fondos, el corredor siente la sensación de que podrían estarlo vigilando. Al momento que ingresa por una conexión hacia la gran autopista, los asesinos ven el vehículo y van tras él. El miedo de Julia se hace vivo, los asesinos tratan de darle alcance, pero Julián le corta el paso. De pronto, un helicóptero de la policía se suma a la persecución, este le habla por megáfono: “Detente, alto, no puedes seguir más… hay una barrera que te detendrá”, ya a la persecución se suman dos patrullas de policía que junto con los asesinos tratan de darle alcance. Desesperado, el corredor aumenta la velocidad de su vehículo hasta que ve la barrera con policías armados dispuestos a cortar su paso. En ese instante, Julián aprieta un botón de tablero que activa un resorte que en pocos segundos lo hace saltar a varios metros en el aire, aterrizando del otro lado de la barrera, continuando su carrera. Mientras, sus perseguidores frenan pavorosamente frente a la barrera.

Varios metros más adelante, Julián toma un desvío hacia la estación emisora donde debe encontrarse con los participantes. Después de estacionar su vehículo en el estacionamiento subterráneo, corre por los pasillos del edificio de la estación emisora donde da con el departamento donde están los simpatizantes, toca la puerta del lugar un par de veces y abre un técnico que le pregunta: “Me imagino que debe entregarme algo”. Julián dice:”No sin antes entrar”. En ese instante, el técnico trata de arrebatarle la antena repetidora, pero el corredor forcejea con el sujeto. Finalmente, Julián le da un empujón a la puerta y empuja al técnico, al cual lo aturde y le arrebata la antena. En una rapidez tremenda, Julián saca su arma que está debajo de su casaca y, antes de que el técnico meta su mano bajo su overall, el técnico se da cuenta de que Julián dispararía antes de que él sacara su arma y levanta lentamente sus manos. Julián, al revisar su overall para sacarle su arma, se da cuenta de que tiene debajo una placa de policía, era un agente encubierto, lo cual significaba que los simpatizantes fueron arrestados, torturados y se les hizo hablar, la operación estaba comprometida, pero Julián no podía permitirlo.

Julián mueve una perilla de su arma y dispara una carga de dardos tranquilizantes que tenía guardados cuando la situación lo ameritaba. Le dispara al agente encubierto y busca dónde está el acceso a la antena de la estación, sube por medio de un ducto que lo conduce a varios metros en la cima del edificio, sube lentamente a la cima. Mientras en el estacionamiento de la estación, los policías que le daban caza encuentran su vehículo estacionado y se les avisa por radio que un sujeto extraño está subiendo a la antena.

En poco rato, unos guardias de seguridad se presentan en el lugar tratando de persuadir a Julián de que baje del lugar, pero para la ética del corredor, ningún trabajo queda sin hacerse como se pactó, y el trabajo de Julián es instalar la antena y asegurarse de que funcionara. En ese instante corría un viento frío que casi le hace perder el equilibrio, con una mano se sujeta de la antena de la estación y con la cobra tiene el aparato repetidor de señal con lo que de un solo golpe adhiere el dispositivo y en ese instante, se enciende una luz roja, la señal se empieza a transmitir.

En todos los televisores de toda la ciudad, comienzan a mostrarse las pruebas, mientras la imagen de Sihlouette sale en la transmisión hablando sobre la corrupción de la ciudad y la identidad de personas muertas por el régimen. Después ocurre una pausa y sale el video que muestra la muerte del alcalde a manos de sicarios. La expresión de horror fue al unísono en tal grado que se escuchó en toda la ciudad como si fuera un coro.

De ahí sale una transmisión de los noticieros que cuentan sobre revueltas en las calles tras la transmisión de las pruebas que incriminan al gobierno de la ciudad de corrupción y del asesinato del alcalde, además transmiten la identidad de los asesinos que fueron contratados por la elite aristocrática, debido a que el alcalde se resistió a seguir siendo comprado por este grupo de influencia, posteriormente otra nota periodística anuncia el arresto del grupo de privilegiados que conspiró contra el asesinato. Seguido de otra estación que anuncia el arresto de Julián tras ser bajado de la antena, argumentando que un corredor dejó inconsciente a un policía encubierto y entró a instalar un dispositivo repetidor….

Meses después, la ciudad se encuentra más tranquila, con otro gobierno que ya no responde a grupos de influencias. Sin embargo, Julián, como ética, tiene el deber de no declarar quién lo contrató. Sin embargo, a pesar de pasar tiempo tras las rejas, su conciencia está tranquila, en el instante que fue liberado, está a un lado de la autopista, mirando de noche la ciudad, al lado de su viejo compañero de aventuras, su vehículo, encendiendo un cigarro y escuchando desde su radio, el siguiente trabajo que le toca hacer como corredor.

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