Posiblemente en la mente de un humano normal los sueños con fantasmas llegan por el estrés de la vida diaria o las lecturas que tenemos de lo que nos rodea, el mundo se ha vuelto algo complejo y siempre nos alerta de lo que nos podemos resolver…

Entonces explíqueme qué fue lo que la trajo a mi consultorio:

La mujer se alertó al escuchar que tal vez había extrapolado su decisión al hacer parte de su sueño tan particular a un humano ajeno a su vida, sin embargo, siguió su instituto y recordó lo que su abuela y madre advertían:

«Si quieres que suceda cuéntalo después del mediodía» Entonces se relajó en ese momento eran las 10 de la mañana con 10 minutos apenas, entonces era el momento de hacerlo público.

Miró con atención los arillos metálicos del decano y advirtió:

Me encontraba en un sitio deprimente, donde las casas estaban destrozadas, al mismo tiempo salían en silencio automóviles de gente absorta en sus pensamientos, por alguna razón yo estaba ahí como una espectadora… De entre los muros quebrados y los tablones caídos de aquel lugar los autos se conducían con agilidad su travesía silenciosa y sin sobresaltos me daba la impresión de no pertenecer a ese lugar, pero se veían como gente real…

Lo que me dejó asombrada fue ver que ellos al ser iluminados por los destellos de luz en el exterior no se percataban que figuras transparentes estaban a su lado, con un parecido humanos sorprendente todos y cada uno de ellos, con vestimenta formal, pero antigua y revisaban sus bolsos y los papeles que en ellos tenían al lado de su asiento vacío del copiloto… Lo más confuso en mi mente es la definición de tiempos, como si un mundo paralelo habitara el mismo momento de aquel presente, pero sin ser percibido por los presentes, una especie de panorama donde de alguna forma yo solo aparezco como espectadora.

El decano se tomó la barbilla y señalo: 

Debes considerar que la posibilidad de que nos habiten mundos cuánticos es posible… ¿Sólo en sueños los podemos percibir…? Es posible, no hay evidencia sólida, no puede haberla es necesario construir el entramado y relacionarla sin los filtros que antaño se usaron al identificar el fantasma como una entidad horrorosa que provenía de los sótanos del infierno…

Muchos estudiosos afirman que los estados cuánticos pueden permanecer en el cerebro, es la mezcla de lo que percibes, escuchas y detectas del exterior hacia ti, sin importar de donde provengan, a veces es bueno considerar que podrían recorrer espacio y tiempo de forma considerable. 

La mujer desconcertada exclamó:

Decano, me dice que ellos, los seres iluminados por la luz del edificio, esos seres vaporosos con vestimenta antigua no interactúan con la realidad de los que recorren esos edificios o de alguna manera cada papel revisado es una conexión con lo que ellos fueron y han sido, tal vez la conexión de algo que se ha roto.

El profesor en su experiencia reconoce que está ante algo que posiblemente no tenga explicación y apunta:

El hilo que une dos historias, pudo y puede unir a muchas más, somos humanos reflejados en lo que fuimos y seremos y es difícil romper los hilos que nos unen de forma cuántica con el pensamiento de los demás.

Podría llevarte al laboratorio y analizar si esos sueños son recurrentes, pero es mejor que dejes que fluyan, escribe cada experiencia y detalla las circunstancias en que aparecen, solo entonces sabremos a que nos enfrentamos como humanos con percepción sensorial específica y podremos tender puentes a sitios especiales, en el entendido de que cabe la posibilidad que esos sitios lo estén intentando desde hace tiempo de forma natural.

La joven mujer con una sonrisa se despidió de su profesor y entendió que la maravilla de la mente humana es un regalo que debemos comprender.

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