El Lado Oculto del Amor

El Lado Oculto del Amor

Rodriac Copen

14/10/2024

El Lado Oculto del Amor

Claire ha estado casada con Steve durante más de veinte años. Juntos tenían una hija, Samantha, que acababa de cumplir 17 años. Desde mucho tiempo atrás, Claire había notado detalles que le habían desconcertado. Desde que se conocieron, Steve había sido un hombre extremadamente enigmático. Dueño de un conocimiento técnico que parecía no tener límites, recordaba hasta el detalle más insignificante de las conversaciones y eventos pasados y, lo más inquietante, apenas parecía envejecer con los años.

Samantha también había comenzado a mostrar ciertas características que no podían explicarse fácilmente. Su memoria era casi perfecta, su destreza con la tecnología sorprendente para alguien tan joven, y su comportamiento sereno y calculador contrastaba con la típica adolescencia. Estas observaciones comenzaron a ocupar una gran parte de los pensamientos de Claire, llevándola a investigar más profundamente.

Durante una noche tranquila, Claire había preparado la cena, pero apenas había tocado su plato. Steve y Samantha comían en silencio, como siempre. Claire, intempestivamente y sin reflexionarlo demasiado, decidió plantear lo que había estado atormentándola.

Nerviosa, Claire preguntó mientras respiraba profundamente -«Necesito hablar con ustedes… sobre algo que me ha estado inquietando desde hace tiempo.»-

Steve levantó la vista con su típica expresión calma, mientras Samantha siguió comiendo como si no notara ninguna tensión en el aire.

Steve preguntó a su esposa -«¿De qué se trata, cariño?»-

Claire preguntó con la voz algo temblorosa, tratando de sonar firme ante las dudas que tenía -«Es sobre ustedes dos. Hay… cosas que no tienen mucho sentido. Cosas que de algún modo, no puedo ignorar más. He tratado de no pensar demasiado en ello, pero cada día todo se vuelve más obvio.»-

Steve intercambió una mirada rápida con Samantha, que ahora había dejado los cubiertos sobre la mesa, prestando más atención a su madre.

Steve preguntó en su tono más serio -«¿Qué cosas? Claire, no entiendo a qué te refieres.»-

Claire inhaló profundamente -«Tu memoria, Steve. Recuerdas cosas, pequeños detalles de hace años, con una precisión que nadie más parece tener. Y no es solo eso. Has trabajado en áreas tecnológicas que ni siquiera te interesaban antes de conocerme, pero pareces saber todo sobre ellas.»-

Samantha entrelazó sus manos sobre la mesa, mientras sus ojos estaban fijos en los de su madre.

Claire miró a Samantha -«Y tú, Sam. No sé cómo explicarlo, pero… tú eres igual. Sabes cosas que no deberías, cosas que ningún adolescente debería comprender. Y siempre pareces tan… en control. Nunca pierdes la calma, ni siquiera en situaciones en las que cualquier otra persona se alteraría.»-

Steve guardó silencio por un momento. Mientras hacía un gesto apretando los labios, sus ojos, que siempre habían transmitido serenidad, ahora parecían buscar una respuesta apropiada, pero Claire no estaba dispuesta a detenerse.

Claire, algo confundida y con la voz quebrada continuó -«Y luego está tu apariencia, querido. Han pasado veinte años desde que nos casamos. Apenas has cambiado. Y no me digas que es el ejercicio o la genética. ¿Algo más está pasando? Necesito saber la verdad.»-

Steve respondió con voz calmada, sólo un tono más bajo de lo normal -«Claire… no sé qué responder a eso… siempre he sido el mismo toda mi vida… no sé en definitiva qué crees o qué puedo responder a eso»- Su voz parecía sincera.

Claire levantó algo su voz, que se notaba agitada -«¿Entonces qué es? ¿Qué está pasando aquí? No puedo seguir haciendo como si todo fuera normal. Te amo, Steve, pero necesito saber qué es lo que está pasando. Necesito entender qué son estas… anomalías.»-

Samantha bajó la mirada, como si ya sospechara algo de lo que estaba planteando su madre.

Claire permanecía nerviosa, con su mente llena de preguntas y teorías sobre lo que estaba notando en su marido y en Samantha. Steve le observaba con calma. Claire parecía no poder soportarlo más la incertidumbre.

Claire cruzó los brazos, su voz se notaba cargada de inquietud -«Steve, hay algo que no tiene sentido… todo esto… tú… Samantha. Sé que suena loco, pero las cosas que he notado… no pueden ser normales. Tu memoria, tu… manera de saber cosas que nadie más sabe. Y Samantha… está pasando lo mismo con ella.»-

Steve, notando la creciente ansiedad en Claire, le sonrió con suavidad. Se inclinó hacia adelante, mientras apoyaba sus manos en las rodillas. Respondió con una voz tranquila y suave -«Claire, cariño, entiendo que esto debe parecerte extraño. Pero, ¿no crees que quizás estas exagerando un poco? Tal vez es solo producto de tu imaginación, o el hecho de que Samantha está creciendo tan rápido… puede que estés buscando respuestas donde no hay nada que preguntar.»-

Claire lo miró, con la mandíbula apretada. El tono tranquilizador de Steve solo la puso más nerviosa. -«No, Steve. No es solo eso. Estoy hablando de las veces que has arreglado algo tecnológico en la casa, cosas complicadas que ninguna persona común sabría hacer sin buscar información. Y nunca fallas en recordar cualquier detalle. Hace veinte años que estamos juntos y… apenas has envejecido. Ni una cana, ni una arruga. ¡Eso no es normal!»-

Steve soltó una risa suave, como si intentara aligerar el momento. -«Vamos, Claire. Sabes que soy muy curioso con la tecnología, siempre me ha gustado aprender. Y lo de recordar detalles… bueno, digamos que tengo buena memoria, sí, pero eso no me hace diferente. ¿Y en cuanto a lo de envejecer? Quizás tengo buenos genes. A lo mejor, te estás dejando llevar por lo que sientes. A veces, cuando estamos preocupados, nuestra mente puede exagerar las cosas.»-

Claire se sentía frustrada y alzó un poco la voz -«¿Exagerar? ¿Es eso lo que piensas? ¿Qué estoy imaginando todo esto? ¡He vivido contigo todos estos años! Conozco cada uno de tus gestos, tus hábitos. Y últimamente, no puedo evitar sentir que hay algo que no me estás contando. ¡No es solo mi imaginación!»-

Steve se puso de pie lentamente, acercándose a Claire. Colocó amorosamente una mano sobre su hombro, buscando calmarla. -«Claire, escucha… no estoy ocultándote nada. Todo lo que sientes, toda esta ansiedad, debe venir de algún otro lado. Estás preocupada por Sam, por nuestra familia… es normal. Pero aquí no hay ninguna conspiración, te lo aseguro. Solo somos nosotros, como siempre hemos sido.»-

Claire le observa, su respiración se notaba algo pesada. Las palabras de Steve parecían razonables, pero al mismo tiempo, sentía que había un abismo entre lo que el hombre decía y lo que su instinto le gritaba desde tiempo atrás. Steve era muy hábil son las palabras y los razonamientos.

Claire murmuró insegura -«No sé, Steve… no sé si puedo simplemente ignorarlo. No estoy loca.»-

Steve, aún con la mano en su hombro, le miró a los ojos con ternura, intentando que sus palabras la consolaran -«Claro que no estás loca, Claire. Eres la persona más cuerda y fuerte que conozco. Tal vez solo necesitas descansar, dejar que todo esto pase. No tienes que cargar con todo el peso del mundo sobre tus hombros. Confía en mí. ¿Por qué no nos tomamos unos días de descanso? Nosotros tres… sin pensar en ningún problema.»-

Claire lo miró, sintiendo el calor de su mano, pero algo en su interior seguía dudando. ¿Era realmente su imaginación, o Steve estaba escondiendo algo mucho más grande de lo que jamás había imaginado?

Meses después de la conversación entre el matrimonio, la calma aparente en la vida de Claire empezó a desmoronarse cuando las noticias mundiales tomaron un giro inesperado. Los medios informaron que un grupo de científicos del gobierno había descubierto una nave extraterrestre en curso hacia la Tierra.

Las primeras imágenes obtenidas por satélites mostraban una estructura colosal, avanzando desde las profundidades del espacio. Los informes preliminares indicaban que su tecnología era demasiado avanzada para ser de origen humano. Nadie sabía si la nave traía visitantes pacíficos o si su llegada marcaría el comienzo de una invasión. El miedo, la paranoia y la incertidumbre comenzaron a apoderarse de los gobiernos del planeta.

Las principales potencias se reunieron en una cumbre de emergencia y, a puertas cerradas, decidieron actuar. La teoría que los extraterrestres podrían ya estar infiltrados entre la población humana cobró fuerza. Esto no solo hizo que el planeta entrara en pánico, sino que desató una cacería de brujas global, en la que ciudadanos comunes y corrientes eran sometidos a exámenes y pruebas para determinar si eran verdaderamente humanos.

Los medios de comunicación no tardaron en volverse locos analizando especulaciones. Programas de noticias y redes sociales se llenaron de teorías conspirativas: “¿Han estado los extraterrestres entre nosotros todo este tiempo?” y “¿Podrías estar viviendo al lado de uno de ellos?”. Esta campaña mediática avivó las llamas de la desconfianza. Las mismas familias empezaron a sospechar de sus vecinos, amigos, y hasta de sus propios miembros. El pánico terminó propagándose como un incendio incontrolable.

Los gobiernos de cada país crearon equipos de investigación especializados en detectar posibles infiltrados. Existían diversas teorías sobre cómo los hombres podrían distinguir a un extraterrestre de un humano: análisis de ADN, pruebas de comportamiento, incluso métodos más extremos y poco éticos. Cualquiera que mostrara habilidades fuera de lo común o actitudes extrañas se convertía en sospechoso. Detenciones arbitrarias comenzaron a suceder, y muchas personas inocentes eran interrogadas en centros de detención especiales de las fuerzas de seguridad. La libertad personal empezó a verse erosionada en nombre de la seguridad planetaria.

Claire comenzó a sentirse atrapada entre la creciente paranoia y sus propias sospechas sobre Steve. Aunque con la conversación mantenida meses atrás intentó convencerse que las diferencias de él y Samantha eran imaginaciones suyas, ahora, con la llegada de esta noticia, todas las sospechas volvieron a cobrar fuerza. Todo lo que Steve dijo en su momento para tranquilizarla, le parecía una cortina de humo. Pero a pesar del caos, Steve continuó actuando de manera serena, casi demasiado tranquilo para la situación global que se escuchaba en las noticias.

Un día, mientras la familia veía la cobertura de las noticias, un reportero mencionó un nuevo sistema de identificación que sería obligatorio en todo el mundo. Los ciudadanos deberían pasar por una serie de pruebas biométricas avanzadas que podrían identificar cualquier anomalía genética o alienígena. Claire miró de reojo a Steve y a su hija Samantha. ¿Podrían pasar esas pruebas?

Samantha, quien había crecido siendo una joven brillante pero reservada, comenzó a notar el cambio en el comportamiento de su madre. Los secretos en la familia habían empezado a corroer la relación entre los tres, especialmente cuando Claire se enfrentó a la posibilidad de que tanto su esposo como su hija podrían no ser quienes ella pensaba.

Conforme la fecha límite para las pruebas de identificación se acercaba, el gobierno empezó a hacer redadas en busca de posibles extraterrestres infiltrados. Los informes de personas desaparecidas comenzaron a aumentar, y las fuerzas especiales del gobierno patrullaban las calles con la excusa de mantener el orden.

Claire empezó a sentir el miedo crecer dentro de ella. Si Steve y Samantha no pasaban las pruebas, ¿qué haría? ¿Los entregaría al gobierno? ¿Podría traicionar a su propia familia? Al mismo tiempo, Steve, que había mantenido un bajo perfil todo este tiempo, comenzó a mostrarse más reservado, como si supiera algo que ella no sabía.

Era una noche tranquila, pero Claire no podía dormir. Desde hacía semanas, su mente había estado inquieta, perturbada por la creciente paranoia del mundo y por los secretos que sentía flotar en su propia casa. El mundo estaba al borde de un colapso debido al descubrimiento de una nave extraterrestre en curso hacia la Tierra, y la paranoia sobre posibles infiltrados estaba en su punto más alto.

Steve se levantó silenciosamente de la cama. Claire, medio despierta, lo vio moverse hacia el armario y sacar algo que había mantenido oculto. Intrigada, y a la vez llena de un temor creciente, se deslizó fuera de la cama y lo siguió en silencio.

Steve caminó hasta el living, donde, en medio de la penumbra, encendió un dispositivo extraño que emitió un halo de luz, envolviéndolo completamente. En el centro de ese círculo de luz, un portal dimensional comenzó a formarse. Tenía la forma de una burbuja vibrante, como si conectara a otra realidad. Claire, paralizada por el asombro, dejó escapar un grito.

—»¡Steve! ¿Qué estás haciendo?»-

El sonido de su voz rompió el silencio, y Steve, sorprendido, apagó rápidamente el dispositivo. La luz y el portal desaparecieron, dejando una quietud desconcertante. Claire lo miró con sus ojos llenos de inquietud y miedo. Su corazón latía con fuerza.

Steve suspiró con resignación -«Claire… ya no tiene sentido seguir ocultándote nada. Es hora que sepas la verdad.»-

La expresión de Steve cambió de la tensión vivida en las últimas semanas a su habitual serenidad. Se acercó lentamente a Claire y le tomó de las manos.

—»No soy de este mundo, Claire. He estado aquí durante mucho tiempo, observando, aprendiendo… pero las cosas han cambiado. La nave que se aproxima… no es de las mías. Esto no es el principio de algo nuevo. Muchas razas extraterrestres hemos estado aquí desde el principio de su civilización.»-

Claire lo miró incrédula, pero los eventos de las últimas semanas y la escena que acaba de presenciar hacían imposible negar lo que estaba ocurriendo.

Claire temblaba brevemente cuando le preguntó con la voz entrecortada -«¿Qué… qué quieres decir? ¿Quién eres tú realmente?»-

Steve, visiblemente aliviado al no tener que seguir mintiendo, bajó la mirada y luego, con un profundo suspiro, decidió despertar a Samantha antes de seguir. Subió las escaleras, y en un par de minutos, los tres estaban sentados en el living, rodeados por la tensión de la verdad que estaba por revelarse.

Samantha, apenas despierta, se frotó los ojos y miró a sus padres confundida. Steve, sin preámbulos, empezó a hablar.

—»Soy de otro mundo. Fui enviado aquí para estudiar a la humanidad, para integrarme y observar cómo evolucionan, cómo se desarrollan. Y tú, Samantha… eres mi hija, por lo que no eres completamente… humana.»-

Samantha lo miró, atónita, mientras Claire se tapaba la boca con las manos.

Samantha preguntó con incredulidad -«¿Qué estás diciendo, papá? ¿No soy… humana?»-

Steve sonrió al responderle -«Sí lo eres, pero no del todo. Tienes parte de mi genética y de la de tu madre. Eres una híbrida, mitad humana y mitad de mi especie. Es por eso que siempre has sido diferente… tu memoria, tu capacidad para aprender, todo lo que te hace especial. No es solo por ser inteligente, Samantha, es porque llevas los genes de mi raza dentro de ti.»-

Samantha se quedó en silencio, procesando la verdad. Claire finalmente preguntó mientras estaba en shock -«¿Por qué no me lo dijiste antes? ¡Viví años sin saber quién eres realmente! ¿Qué clase de vida hemos estado viviendo?»-

Steve se acercó a Claire, sabiendo que sus próximas palabras eran cruciales. Con una mezcla de dolor y amor, se explicó -«Quería protegerte… a ambas. No vine aquí para hacer daño, nunca fue nuestra intención. Pero ahora, las cosas están fuera de control. La nave que se aproxima no es nuestra. Es de una raza peligrosa.»- esperó un momento para que procesaran sus palabras, y continuó
-«No estoy seguro sobre cómo debo proceder. Eso intentaba preguntarle a mis superiores con el contacto de hoy.»

Samantha preguntó con voz temblorosa -«¿Qué quieres decir con ‘raza peligrosa’? ¿La humanidad está en peligro?»-

Steve respondió en un tono grave -«No vienen a exterminar a los humanos, si te preocupa una guerra o un exterminio. No. Eso no ocurrirá. Muchas razas, como la mía están en contra de las extinciones. Pero la nave que viene es de una raza que ustedes llaman ‘Grises’. Es probable que los Grises quieran tomar el control de la humanidad.»-

Claire preguntó -«¿Cómo harán eso?»-

Steve tomo sus manos -«Al tomar contacto, intentarán controlar sus gobiernos y de algún modo, fingir un intercambio para quitarles recursos naturales de la Tierra. El problema es que esta situación ha puesto a todos en alerta, y los gobiernos humanos ya están cazando a cualquiera que crean que no es humano. Nos descubrirán pronto si no hacemos algo.»-

Samantha preguntó a su padre -«¿Qué significa eso para nosotras?»-

Steve explicó -«Significa que tenemos dos opciones. Podemos intentar huir a través del portal que abrí esta noche, hacia mi mundo, donde estaríamos a salvo. O podemos quedarnos y enfrentar lo que viene, pero tendríamos que convencer al gobierno de que no somos una amenaza y que los Grises sí lo son. Lo que está en juego no es solo nuestra vida, sino los destinos de la humanidad y la Tierra.»-

Claire lo miró fijamente, luchando por procesar la magnitud de lo que estaba sucediendo. Su mundo, su familia, todo se había transformado en un torbellino de incertidumbre y miedo. Pero al mismo tiempo, vio en los ojos de Steve, una preocupación que nunca había visto antes. Y aunque la verdad dolía, se daba cuenta de que él siempre había actuado para protegerlas.

Claire preguntó con voz entrecortada -«¿Y si no logramos convencerlos? ¿Nos cazarán como a los demás?»-

Steve apretó un poco más las manos de Claire -«Los humanos ya nos están cazando. Por eso debemos estar unidos. No puedo prometer que será fácil, pero no estamos solos. Los míos no me dejarán solo, tampoco a ustedes, que son mi familia.»- Dudó unos segundos antes de seguir -«Existe otro problema. Los Grises son enemigos de todas las razas. Si establecen alianza con los humanos, buscarán exterminar a todos los observadores extraterrestres que están de incógnito en la Tierra. Eso pone en peligro a todos los observadores extraterrestres que estamos en la Tierra. Y también a ustedes, que son mi familia. Es muy probable que mi raza enfrente a los Grises para evitar el contacto con los humanos. Creo que la guerra por la libertad de los humanos es inminente.»-

Después de varios días de esconderse, huyendo de las autoridades, Steve, Claire y Samantha finalmente encontraron un respiro en una casa oculta en las afueras de la ciudad. El ambiente estaba cargado de tensión, pero también de unión y esperanza. En esa noche, después de semanas de angustia, Steve recibió una transmisión de su planeta natal, trayendo consigo un giro inesperado.

Steve estaba observando con ojos cansados un pequeño dispositivo que había mantenido en secreto. Claire y Samantha estaban en la cocina, cuando el dispositivo comenzó a emitir un leve zumbido. Steve lo tomó y miró la pantalla, reconociendo el mensaje que había estado esperando durante tanto tiempo.

Steve llamó a su familia —»Claire, Samantha… tienen que ver esto.»-

Las dos se acercaron rápidamente, mientras Steve activaba el dispositivo. Ante ellos apareció una proyección holográfica, donde una figura muy semejante a un humano apreció: era uno de los superiores de Steve que se comunicaba desde su planeta natal. Steve identificó a su superior como Qanuk.

Quanuk dijo con tono solemne -«Steve, tu misión en la Tierra está por concluir. El Consejo ha creado un espacio seguro entre dimensiones. Un refugio para aquellos que, como tú, deseen coexistir en paz con los humanos. Puedes acceder a este refugio a través del portal que ya posees. Tu familia está invitada a unirse a ti, lejos de las amenazas de los Grises y las autoridades terrícolas.»-

Claire preguntó a su marido, incrédula —»¿Un espacio seguro? ¿Estás diciendo que podemos escapar fuera de la Tierra… y vivir en paz?»-

Steve asintió con una mezcla de alivio y responsabilidad —»Sí. Este lugar es lo que necesitamos mientras dure la Guerra. Un refugio donde los humanos y los nuestros puedan coexistir sin la interferencia de gobiernos terrestres o las amenazas de los Grises. Será nuestro nuevo hogar mientras dure el conflicto… si ustedes aceptan venir conmigo.»-

Samantha tomó la mano de su madre, y preguntó con algo de ansiedad -«¿Podemos confiar en esto? ¿De verdad será un lugar seguro?»-

Steve sonrió al decir -«Lo es. He esperado a que me autorizaran a evacuarlas también a ustedes, porque no puedo imaginar un futuro sin ustedes dos. Nunca fue solo mi misión. Quiero que ambas estén a salvo, pero es su decisión también. Se acercan momentos difíciles en la Tierra. Los Grises pelearán por el control del planeta. Nosotros también.»-

Claire miró a su esposo, sus ojos reflejaban la confusión de las últimas semanas -«Si esto significa que estaremos juntos, lejos de todo este caos, entonces vamos. Haremos este viaje contigo.»-

Steve sonrió con gratitud. Sabía que esta decisión no sería fácil para Claire, pero sintió el peso del mundo levantarse de sus hombros al escuchar sus palabras.

Samantha comentó -«Si somos diferentes, entonces haremos que eso cuente. No quiero esconderme más. Este nuevo lugar… podría ser donde realmente pertenecemos. Quiero ir.»-

Steve les dijo –“Yo he sido movilizado. En un par de semanas embarcaré para confrontar a los Grises. Podré dejarlas en un lugar seguro hasta mi regreso.”-

Steve activó el dispositivo, y el portal dimensional que Claire había visto antes comenzó a formarse una vez más en el medio del cuarto. Pero esta vez, no fue un secreto. La luz suave y envolvente llenó la sala, y en su centro, apareció un paisaje hermoso, casi surrealista: un vasto horizonte, con cielos brillantes y colores que cambiaba lentamente, como si fueran fluidos.

Samantha preguntó a su padre -«¿Es este… el refugio?»-

Steve asintió -«Sí. Un espacio entre dimensiones, creado para los que buscamos vivir en paz. Aquí podremos ser quienes somos, sin miedo.»-

La familia dio un paso hacia el portal, y al cruzarlo, el paisaje cambió de una manera sutil. El aire era fresco, y las colinas que se extendían ante ellos parecían pintadas con una mezcla de naturaleza terrícola y extraterrestre. Un poco más lejos, tanto humanos como seres de diferentes especies, caminaban por el horizonte.

La familia de Steve había encontrado un refugio temporal, pero el mundo que habían dejado atrás seguía en crisis mientras la nave extraterrestre se acercaba a la Tierra. Los peligros no habían desaparecido por completo. La confrontación entre observadores y Grises era inminente.

FIN


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