No puedo perderte porque no eres mío,
pero si voy a quererte como aun ser divino.
Alimentando a tu semblanza con halagos permitidos,
estableciendo así una razón, en mi corazón dolido.
No puedo perderte porque no eres mío,
pero si puedo llevarte, en un silencio de estío.
AMANECER DE UN DÍA
JORGE AMADO SERRANO
SUARDI – SANTA FE – ARGENTINA
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