LA VIDA
Tengo tanto que decir sobre la vida, ella me ha golpeado tantas veces. Aún recuerdo esas noches en el suelo tratando de contener mis lágrimas, sin poder lograrlo, un dolor que te quema por dentro, un dolor donde todo parece terminar allí mismo, no sé cuándo fue el momento exacto donde yo misma me levanté, y mirándome al espejo dije, no más, mi vida no solo se puede basar en llanto, un dolor no es eterno, ni siquiera un cáncer lo es.
Cuando decidí cambiar mi vida, tenía que tomar decisiones, una de ellas era alejarme de las personas que más amaba, aprender a estar sola, nunca antes había estado sola, y era un nuevo miedo o tal vez un nuevo reto al que tenía que enfrentarme.
Desde aquel día, nada volvió a ser igual, ni lo que pensaba, ni lo que sentía. Cintya había muerto, ahora existía una nueva versión en mí, refugiarme en lo que realmente importaba como en mi bienestar y superación personal, fue lo que en realidad importaba, oportunidades jamás antes soñadas llegaron, personas jamás antes imaginadas aparecieron.
Ahora, después de casi tres años, puedo decir que esas noches donde me encontraba perdida sin salida por el primer desamor fue el génesis para conducirme a la vida que tengo ahora, definitivamente volvería a ese día, a ese momento donde dije no más y todo cambió para mejor, donde ahora pienso en mí, en quien soy y en todo lo que llevo trabajando conmigo misma.
La vida te puede golpear de diferentes maneras, mi primer gran golpe fue la de un desamor, la tuya puede ser una falsa amistad, la muerte de alguien, un problema familiar, u otra situación, el punto aquí es que para ninguna de esas situaciones estuvimos preparados, sentimos la herida sin previo aviso dejándonos devastados, pero algo murió dentro de nosotros, como lo decía un chico que logré admirar y querer: «desde ese momento, yo nunca fui el mismo», es cierto gran hombre, después de la gran herida al corazón, nada vuelve a ser igual, ni nosotros, ni lo que sentimos, ni lo que pensamos, nos llenamos de ira, dolor, venganza. Pero nada de eso nos lleva al antes de, donde queremos cambiar decisiones, algo que ya no es posible, y solo nos aferramos a que los días pasen así como el dolor, sin darnos cuenta de que es allí donde también se deben tomar decisiones, decisiones radicales. Existen segundas oportunidades, claro que sí, existen para ti, para mejorar tu propia versión, no para dar segundas oportunidades a situaciones que te causaron el peor de los daños.
Te abrazo Cintya de 19 años, te recuerdo tan emocionada por experimentar ese primer amor, tan inocente, dulce e ingenua, nadie te preparó para soportar el dolor que te traería ello. El primer amor no acabó contigo, pasó un tiempo donde volviste a crear a una nueva Cintya. Tú te volviste a enamorar, un amor sin heridas, un amor que tuviste que soltar por no ser correspondido, pero que recuerdas por lo bueno que trajo en ti. Lejos de todo, has iniciado muchas veces. Ella quien una vez fue toda una niña soñadora y jugaba a la casita feliz, ahora es toda una mujer, que vive mejor que ayer, con mucha más decisión y claridad en lo que quiere.
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