Bufones del Tiempo

Los humanos no fueron creados para el amor,

No saben qué hacer con él…


La muerte no es el fin de la vida, es una pulsión de tiempo; ya que eso que llamamos tiempo no se aproxima a lo que el tiempo es en realidad. Mi generación, así como las que tras la penumbra, transitan el cementerio del pasado del hombre, alguna vez se preguntaron pero sin coraje de responder sobre “el sentido de la muerte”. Como investigador me comprometo con rescatar y proteger la verdad del misterio que no es más que el villano del ocultamiento.

Mi generación se construyó gracias a una mujer psiconáuta. Ella entendía y defendía el sentido de la consciencia humana, porque de hecho, esa mujer no era del todo humana. Los de su época le llamaban a las de su tipo” viajeros del tiempo” porque podían desintegrar el tiempo, incluso morir y reencarnar, se ofrecían al mundo como faros para el navegante que se echa al mar en busca de la verdad.

Su generación no sabía utilizar eso que llaman arte, por lo que hacían mal uso de este, pero una de esas voces artistas pregunto ¿somos personas o almas gemelas? Pero lo que no sabían era “él porqué de la necesidad de esa pregunta”, pero si les digo gracias al azar de seguro entenderán. El azar era ella, un ser maldito que reencarnaba de manera inimaginable, y lo hacía a través de la mente.

Nuestro universo es la partícula molecular de un supra-universo, las mentes más brillantes de las generaciones pasadas le deben honores a esta mujer. La primera mujer, antes de ser humana, creó algo llamado amor y esa idea viajo años luz por los confines del universo alterando la red esquemática que era la creación. Y al ingresar en una galaxia neuronal de una especie primitiva la condenó a la muerte. Los sicarios de la creación apresaron a la mujer y al amor mutado e individualizado, fueron llevados a juicio, si es que se puede llamar juicio a lo que era un veredicto premeditado.

Cuando la voz dijo: “tu acción condenó a la muerte a una especie inferior, tu castigo será devolverles la vida” el amor salto en defensa de la mujer, pero los seres celestiales se rehusaron a escuchar. La mujer entendió que no volvería a estar cerca de ese amor, y exigió que el amor le acompañe. Ambos, humanos serán. Porque los humanos no fueron creados para el amor, no saben qué hacer con él, así que vivirán como ellos y sufrirán eternamente con ellos, se verán a la cara pero nunca volverán a ser uno mismo.

El hombre era una creaciónprimitiva imperfecta por la que para acceder a un grado elevadísimo de consciencia que traspasa lo cognoscible universo casi neuronal, faltaba más tiempo que la extinción misma del espécimen.

Fue tan perversa la maldad del creador que los maldijo para que fueran hombres.

Esta especie atrapada en la vestimenta de humano, si pudiera ser lo que es seria el dios en la tierra para el hombre y los liberaría de todas sus imperfecciones. Y por ser originariamente superior pero interiorizado de su ser, vive el deseo, y de este sentimiento nacen los demás sentimientos, su cultura y condición.

Tiemblan sus labios y endurecen los huesosde sus manos, enredadas por inercia o contracción, cada vez que se disparaba el efecto de la marihuana activaba algo que repetía al principio carente de sentido “la marihuana es un activador” cuando al fin, captado el significado de esas rebeldes y escurridizas palabras, el umbral del sabio le recordaba “el sentido del preguntar”, aquella hermosa experiencia que solo un niño sabe contemplar. Más tarde, y no hablo de minutos ni horas y a la vez sí, pero convertido el tiempo en meses después; ella le encontró a él. Su amor.

Y todo sucedió por un día que introspectivamente, fue descubriéndose a sí misma. Comenzó desvistiendo mentiras, hermosas y consoladoras mentiras, algunas por hermosas se adornaron con seducción y bailaron alrededor de la verdad, hasta lograr la máxima contemplación de su existente vil razón. La pobre mujer cada vez que se desprendía del dogma de esa mentira, sintió frio y desolación, se asusto y la perversa indecisión le tomo de brazos por la espalda. Boo! – dijo la indecisión quien por ser demasiada burlista, no percibió que algunas de sus bromas no harían reír a su contrario, más bien aturdirían en sus epicentros como un eco fugitivo y desbastador. La mujer se vio forzada a sonreír, porque comprendía que el daño fue hecho sin presunta mala intensión.

La mujer era una niña y recordó algo que no debió recordar; le debía la vida a la inseguridad porque si su pensamiento se elevaba más allá de su pequeña comprensión impactaría con el filtro de ideas de la creación. Recordó algunas pequeñitas pantallas de vida de las muchas que vivió en la tierra siendo un ser humano, y como el tiempo es tan cruzado que de hecho la reencarnación se da en un tiempo indefinido de tiempo. Hasta entonces no recordó más alla del filtro del creador, y temía que lo que restará del otro lado fuera la muerte. Pero si de la muerte reencarno en tantos planos de un tiempo dimensional, nada perdía si volvía a morir, y cada vez que recordaba, recordaba toda la evolución de la conciencia humana y sabia que ella era la clave para la evolución.

A lo mejor, esa era única salida de esta cárcel en desamor. Ya que una vez fue más que un simple humano y al no saber navegar a través de lo que conforma lo humano se extravió en algún aspecto de este que le retraso el viaje.

A mí me asustaban algunos sueños de niño pero a ella le asustaban y mucho, algunos de sus sueños la transportaban a una superficie de aspecto, tabla de ajedrez, el cielo y todo lo demás era oscuridad los cuadros de la tabla median 6m x 6 m al cuadrado. Eran cuadros rojos y blancos, pero esta tabla era una trampa dimensional, y todo el sueño una gran aventura. Ella sabia aunque no muy bien que debía llegar al final de aquella tabla, pero al avanzar si pisaba el cuadro de color equivocado o de manera equivocada activaba la trampa que la absorbería de su plano desplomándose en el abismo oscuro donde a medida que caída podía ver que debajo de esa trampa de ajedrez habían muchas más, y sin saber cómo estuvo por encima de todas y no pudo ganar el juego.

La sentencia de aquella derrota la devolvía al supuesto plano de realidad, se sentía vacía y con miedo de volver a dormir, pero más miedo sentía a la oscuridad de la noche que le recordaba el vacio universo que había experimentado. Sus padres solo decían, le tiene miedo a la oscuridad, son cosas de niño– pero no veían el origen de aquel trauma infantil.

A medida que ella crecía, la grieta mal tapada de ese trauma infantil ignorado, se enanchaba más pero disfrazado ya no de sueño sino de sentimientos disparatados, cosas de la edad decían sus padres cada vez que ella contestaba mal, salía y volvía a los dos días a casa teniendo solo 17 años. Un buen padre se hace respetar solo con una mirada, estos ni siquiera hablar sabían, se irritaban fácil se quejaban pero tampoco querían hacer algo que arreglara la situación. A veces recordaban como adulto resentido una época en la que las cosas no estaban tan mal, porque en la escuela se iba a aprender y no porque alguien se le ocurra decir que debe ser obligatoria, que el honor y dignidad no tenia precio y se podía confiar en los que tenias cerca, pero cuando nos cansamos de ser honorables y la pereza nos supero, cada quién hizo lo que quiso. Ya nadie ponía las manos en el fuego por nadie, y si lo hacían era con la intención de arder por completo porque asumía su culpa ante aquel que le azotaba con furia.

Por todo esto, hablar de ella no me duele. Me enorgullece porque resolvió el acertijo que maldice al hombre y creó una maquina dimensional con la cual el hombre sobrepasa la contemplación cognitiva. Utilizando su condición no humana de creador y examinando en profundidad su humanidad, convino ambas y se auto-creó. Esto ella lo sabía cuando la conocí, me hablo de esta auto-creación con voz neutra en desilusión, todos somos uno me dijo, ¿pero cómo se lo dices a los demás indivisibilizados de razón? Y la respuesta a esa pregunta reposaba en la punta de mi lengua pero si no respondí fue porque la verdad se refleja en su mirada, la verdad y solución, estaba en ella.

No le perdí rastro, me apadriné a ella en calidad de sombra fiel; y lo poco que compartí a su lado fue necesario y suficiente para sobrepasar a la garantía de la esperanza mitificada, que ante su presencia acortaban distancias. Ella fue un hermoso regaló a nuestra generación, porque su generación no supo comprenderla. Después de morir, hubo quienes descubrieron ese mapa del que hablaban todos los sabios de este mundo, la hermenéutica cobro sentido puro y el lenguaje la defendió. La filosofía se desvistió del prestigio desanimado que generacionesempobrecieron, liberando al hombre de esas cárceles mentales que falsos psicólogos reconocían y decían no existir.

Aquel pequeño empujón de libertad no empezó con el sueño descabellado de una niña de 5 años, ni con los rebeldes sentimientos de adolescencia, fue la madurez que le reveló su verdadero nombre.

Sabía que si quería revivir aquel amor debía primero proteger esa noción de amor. Ya que su generación era demasiado caótica para la época actual. Ella sabía que su adversario pretendía aniquilar lentamente al amor, el mundo que la vio nacer tenía tantas ideologías y normas de conductas que no se aproximaban al verdadero amor, por qué apuntaban en dirección al único fin humano, su identidad. Y sabiendo lo importante que era el registro en el ADN y en cómo identificar la lectura de un mapa en forma de acertijos en la eternidad de la especie humana.

La última vez que rozaría el filtro de ideas de la creación si ya no podía volver estaría al lado de su amado. Pero antes de eso cogería un puñado de ideas y con el polvo de la misma creación daría a cada hombre que le tocará ser un don particular para que entre todos construyeran la salida de una fantasía de quien según ella era la vida.

Algún músico español sin duda fue la pieza maestra que aquella mujer animo ¿Será que ese músico era ella también? De ser así, tenia razón cuando decía reencarnar en tiempo indefinido, siendo todo el tiempo ella misma; me pregunto ¿cuánto más soportó?. Porque estoy seguro que consiguió escapar. Soy un fiel creyente de su historia gracias a la historia humana, la evolución humana es social y mental.

De mi época solo puedo quejarme de su perfección al punto de desear destruirla para saborear problemas, y sentimientos contrarios como experimentó esa mujer. Pero estoy a horas de mi desahumanidad. Por lo que si muero a lo mejor me convierto en ella, o si requiere necesidad, usare el espacio de su tiempo para preguntárselo en persona.

Atte. El último hombre del futuro.

-Romana Di bartoms https://www.facebook.com/romanadibartoms/ para más contenido del autor


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