Los estereotipos superficiales de la belleza en la tradición ¡Pues bonita soy yo, la Castellanos! de Ricardo Palma.

Los estereotipos superficiales de la belleza en la tradición ¡Pues bonita soy yo, la Castellanos! de Ricardo Palma.

Oroya Guerrero, Larissa Nicole 

García Castro, Guadalupe Alessandra

Propósito:

Concientizar en los jóvenes que la belleza es algo superficial y que no interfiere en la forma de pensar o actuar.

La obra nos presenta una mirada crítica hacia los estereotipos superficiales de la belleza atravesada de personajes y situaciones, la obra cuestiona la obsesión cultural por la apariencia física y destaca la importancia del encantó interior y la auto aceptación. La autenticidad y la diversidad se convierten en temas centrales, desafiando las normas establecidas y promoviendo una visión más inclusiva y empoderada de la divinidad, en la obra ¡Pues bonita soy yo, la Castellanos¡ podemos observar un personaje histórico conocida por su atractivo, podemos ver en la actualidad como lo estándares de belleza de la mujer y el papel de la mujer han evolucionado en la sociedad, mientras en el tiempo de la perricholi fue valorada por su apariencia física, en la actualidad valoramos más la inteligencia, independencia y la capacidad de las mujeres para destacar en diversos campos. Sin embargo, todavía existe presiones y expectativas sobre la apariencia, aunque cada vez se promueva más la aceptación de la diversidad se la belleza en todas sus formas, la comparación también puede revelar como las mujeres se han ganado más poder en la sociedad, aunque enfrentamos desafíos en la lucha por la igualdad de género.

Esta declaración parecería ser un reflejo de vanidad y falta de consideración hacia alguien que se percibe como menos valioso o presumido. La persona que habla se considera a sí misma como alguien superior, demostrando su orgullo al decir «¡Pues bonita soy yo, la Castellanos!» y despreciando a otra persona con un tono sarcástico al mencionar «como si no fuera mejor que ella, ¡la muy cómica!». Además, hace uso de metáforas para compararse con la otra persona, por ejemplo al mencionar al «pequeño charco que quiere convertirse en un gran río», insinuando que la otra persona tiene ambiciones desmesuradas o pretenciosas.

Predomina un tono soberbio y de autosuficiencia, empleando una combinación irónica y desdeñosamente hacia la otra persona.

En sus escritos, Ricardo Palma exploró la figura de La Perricholi en dos ocasiones. En su debut televisivo con la serie “Pues bonita soy yo, ¡La Castellanos!», El escritor retrata a Mica Villegas como una actriz limeña que ha sido un problema persistente para el regente de los reinos del Perú. Villegas, a quien el virrey solía llamar Perricholi cuando estaba enojado por su pronunciación perfecta del español peninsular, era según el literario era una mujer poco agraciada, lo que sugiere que el refinamiento estético del regente dejaba mucho que desear. En cambio, la otra actriz que no está mencionada en este extracto era una mujer bella. Se la describe como «una verdadera belleza codiciada por los nobles y el pueblo». Su actuación ganó la admiración de todos, desde la aristocracia hasta el público común. Cada vez que se le mencionaba a Mica Villegas, solía exclamar: «No podía faltar esa frase tan peculiar de la Castellanos, ¡qué maravillosa soy yo!» Palma, R. (1870), Tradiciones Peruanas, ¡Pues Bonita soy yo, la Castellanos!, hasta que se volvió un dicho muy popular. Nos encontramos frente a una comparación entre dos mujeres destacadas en el ámbito teatral de Lima: Mica Villegas y otra actriz cuya identidad se desconoce. De acuerdo con Ricardo Palma, Mica Villegas es presentada como una mujer que no posee belleza física y aun así recibe atención constante por parte del virrey. Por otro lado, la segunda actriz se representa como una mujer de gran divinidad que consigue cautivar tanto a la aristocracia como al pueblo. Esta comparación destaca la relevancia de la apariencia física en la sociedad de esa época, que estaba fuertemente influenciada por altos estándares de hermosura. Además, muestra cómo estos estándares pueden afectar la percepción y el trato hacia las mujeres. Palma, R. (1870), Tradiciones Peruanas, ¡Pues Bonita soy yo, la Castellanos!

Pérez Garay, C. (2022), Aula palma, Ciento cincuenta años de la publicación de la primera serie de las Tradiciones.

Para finalizar, es innegable que la belleza ha fascinado a los seres humanos en distintas formas a lo largo de la historia, abarcando desde su apariencia física hasta su profundidad emocional y espiritual. Hemos analizado la diversidad en la percepción de la belleza a lo largo de las culturas, épocas y experiencias individuales, resaltando la necesidad de comprender e incluir diferentes concepciones acerca de lo que es considerado bello. Es esencial comprender que la belleza no debe ser encasillada en estereotipos restrictivos ni utilizarse como único criterio para evaluar a las personas. La autenticidad, la bondad y el aprecio por la diversidad que tenemos a nuestro alrededor son los elementos verdaderamente bellos. Podemos fomentar una sociedad más justa y armoniosa al enaltecer una visión de la belleza que sea inclusiva y empática. Espero que hayan valorado mi atención y el tiempo dedicado a reflexionar sobre estos temas tan profundos y relevantes. Continuemos celebrando la belleza en todas sus formas y expresiones, valorando lo que realmente importa: La esencia y la personalidad de cada persona.

Palma, R. (1870) Tradiciones Peruanas,¡Pues bonita soy yo, La Castellanos! Pérez Garay, C. (2022), Aula palma, Ciento cincuenta años de la publicación de la primera serie de las Tradiciones. 

https://revistas.urp.edu.pe/index.php/Aula

Pantigoso Pecero, M. (2023). Prólogo:Aula Palma: Veinte números re-visitando a Palma. Aula Palma, 20(20), 17-20.

https://doi.org/10.31381/ap.v20i20.4445


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