Sumido en soledad

—¿Cómo lo vamos a encontrar? A nadie le dijo a dónde iba. —Dos mujeres discutían en una sala de un laboratorio iluminada únicamente por un monitor entre ambas.

—Todos los que saben del hecho concuerdan en que alguien lo ayudó, no pudo haberse ido él solo a un lugar remoto sin el equipo adecuado para sobrevivir, y tengo sospechas de que el que lo ayudó fue cierto individuo con el que tiene una buena relación. —La mujer dirigió su mirada a la computadora frente a ellas—. Además, los pronósticos del clima hablan sobre un posible descenso repentino de las temperaturas en la Tierra. Ya es hora de traerlo de sus pequeñas vacaciones, ese muchacho vale demasiado como para tenerlo tan lejos y sin supervisión.

La primera mujer cruzó los brazos.

—Pero tú no crees que podría morir en esas condiciones ¿verdad? Él es el trabajo al que más fe le tienes.

—Es correcto. —La otra sonrió—. Lo mejor de ese hombre es que naciera pacifista, eso me facilitó bastante seguir con el proyecto.

—¿Alguna vez sentiste empatía por él? El pobre ha vivido dentro de este laboratorio toda su vida y nunca se le permitió viajar a la Tierra por las buenas, es lo que pasa cuando le niegas hacer algo a la gente. —

—No, la palabra «empatía» no es algo con lo que me suelen relacionar ¿sabes? Pero si me sorprendieron sus capacidades; su fuerza e inteligencia, más que nada. Fue una buena inversión: el dinero, el cruce selectivo y las modificaciones genéticas, las cuales solo fueron posibles debidas al cruce. Ahora, sobre sus actos de rebeldía, no me los esperaba después de todo lo que se le enseñó desde pequeño, además… —La mujer se detuvo abruptamente y volteó a ver a la otra, levantando una ceja— ¿Por qué tanto interés en el tema?

Si la pregunta la tomó por sorpresa, la otra mujer lo ocultó muy bien y respondió —Es difícil creer que no te molesta la conciencia todo lo que le has hecho. —

La mujer reflexionó un poco.

—Bueno, era mi trabajo, solo seguía ordenes, nunca me ha interesado la moral. —

—Eso no es algo desconocido. —Pensó ante la arrogancia de la otra. —Bueno, me retiro, ya casi es hora de la cena. —

—Adelante, no pienses mucho en tu príncipe azul, no tiene ese tipo de interés hasta donde yo se. —Y a la burla le sumó una carcajada, pero aun así la otra mujer no le hizo caso y siguió su camino.

* * *

—¿Por qué todo tiene que tratarse de amoríos? Vieja loca. Además, ¿Qué planea hacer con Xavier cuando lo encuentren o vuelva? —pensaba Olivia mientras regresaba a su cuarto por un pasillo del laboratorio, después de los comentarios de la doctora Is, Olivia perdió el apetito, el laboratorio era un lugar bastante apacible, a excepción de la orgullosa doctora, todos eran amistosos. A Olivia le irritaba esa actitud petulante de la doctora, no tenía compasión por alguien, solo pensaba en sus ‘avances’ que principalmente eran experimentos con seres vivos, los cuales casi siempre terminaban con la vida de los sujetos de prueba, Xavier siendo una de las excepciones—. Tal vez le tenga más consideración. —volvió a pensar eso último—. No, ella no es así ¿Cómo puede ser tan soberbia? ¡Me rehúso a creer que va a seguir abusando de ese pobre hombre con la excusa de un ‘bien mayor’, TODO MUNDO SABE QUE ES SU FETICHE! Si pudiera detenerla-

—¡Olivia! —Una voz interrumpió sus pensamientos, volteó hacia atrás para ver a un compañero de trabajo, Max, acercándose a paso lento por el pasillo, su cabello rizado deslumbrando como siempre con su tono entre café y dorado, Olivia se calmó, adoptó su temperamento usual y esperó hasta que él llegara a ella—. ¿Podríamos discutir algo?

—Por favor que sea la rutina para mantener esa cabellera. —Era una cabellera muy bien cuidada—. Claro, dime ¿De qué se trata? —Max era una persona bastante enérgica dentro del laboratorio, rara vez no decía sus «idioteces» como decía la doctora Is. Pero, a pesar de todo, seguía siendo una persona competente e inteligente, tales personas no se podían menospreciar en un laboratorio cuya existencia es desconocida para los países de primer mundo.

—Es un poco complicado, ¿Podríamos discutirlo en tu cuarto? —

—¿Ahora qué? —Pensó —¿Tan secreto es?

—Si. — Max hizo una pequeña sonrisa.

—Está bien, pero camina rápido, por favor.

—Claro, es urgente para ambos.

Tardaron unos minutos antes de llegar, la habitación de Olivia estaba cerca, pues anteriormente ahí se dirigía. Mientras caminaban, no discutieron nada, ni siquiera se voltearon a ver, todos los que ahí trabajaban preferían discutir sus asuntos en un lugar privado, como su habitación, que era de los pocos lugares donde no había cámaras vigilando el interior.

Olivia apreció el diseño del interior del laboratorio, el pasillo tenía una forma cuadrada con esquinas biseladas que eran de color plateado, del mismo color que el suelo. El techo y las paredes eran blancos con patrones hexagonales, ocasionalmente siendo interrumpidos por una puerta o un extintor.

No tardaron mucho en llegar a la puerta de la habitación de Olivia. La puerta era blanca, tenía el mismo patrón de hexágonos que el resto del laboratorio y estaba rodeada por un marco de metal con las esquinas achaflanadas. Junto a la puerta estaba un lector de huellas digitales, Olivia puso la mano derecha sobre el lector y la puerta se abrió deslizándose hacia la izquierda.

Après vous, mademoiselle —para luego hacer una reverencia.

Max empezó a seguirle el juego, agarró su gabacha como su fuese un vestido y camino con un pasó fino. Olivia observó los alrededores para asegurarse de que no hubiese gente alrededor y procedió a cerrar la puerta después de que Max terminara su modelaje.

La habitación no era muy grande, el diseño era igual al de los pasillos, solo que este tenía forma de cubo y no un prisma rectangular. A su vez, la cama de Olivia y el escritorio a la derecha de la puerta tenían el mismo aburrido diseño, sin embargo, a la mayoría de la gente le daba igual.

—Bien, ahora dime ¿Qué pasó? —

—Ya es hora de ir a buscarlo. —

—¿Qué? —respondió Olivia, intentando fingir no haber entendido.

—No te preocupes, no soy un detective de la doctora Is. —

—No te entiendo. —Si le estaba entendiendo. Olivia dejó de sentirse tan cómoda como para hacer bromas.

—Pues, hice unos cálculos, entreviste a algunas personas y pude deducir que tú fuiste la que lo ayudó con aquellos guardias en el último momento. —Max se sentó en la silla del escritorio de Olivia y dio media vuelta para verla.

Olivia quería responder con algo que la ayudara a salir de la situación, algo para quitar lo que ella aún consideraba como «sospechas» por parte de Max, pero no sabía con exactitud qué. Su memoria se sentía nublada con la acusación de Max, sabía que él no era ingenuo, pero tampoco podía decir que lo conocía bien como para saber qué técnicas de manipulación podría utilizar en caso de estar mintiendo.

—¿Buscar a quién? ¿A dónde? Hoy no tengo trabajo en la superficie. —La angustia en su voz la estaba delatando.

—Confía en mí. —dijo Max con toda la calma del mundo.

Olivia no encontró otro camino, por lo que empezó a plantearse la propuesta de Max.

Hemos hecho algunos trabajos juntos, no parece que sea amigo de Is. y él es una de las pocas personas que habla con Xavier, podría ser verdad… o la doctora podría utilizarlo para buscar a los cómplices… ay no ¡¿Qué hago?! —Olivia dio un suspiro, la angustia ya la había delatado, por lo que sólo tenía una opción: quedarse con el beneficio de la duda—. Me rindo, si, fui yo, más te vale no estar mintiendo sobre no ser un metiche de Is. —Olivia se sentía derrotada, por lo que fue a sentarse en su cama, Max observándola con la misma sonrisa que cuando se sentó en la silla—. No sé por qué lo amenazo, él es el que me tiene acorralada. —Pensó.

—Gracias por confiar en mí, te prometo que nadie va a descubrir nuestra alianza secreta. Ahora, para estar a mano, te confieso que yo fui el que ayudó a Xavier. —

—Creo que es bastante obvio. —Bajo diferentes circunstancias, Olivia se hubiera sorprendido por la revelación, pero en este caso, esa revelación era de esperarse.

—Supongo que es lo que diría alguien que te está mintiendo. —Max sonrió, enseñando sus blancos dientes.

—Sí, supongo. —Por alguna razón, era obvio que estaba bromeando—. «Idioteces» es el término adecuado.

—Bueno, dejando las bromas de lado, quiero que me acompañes a buscarlo. —

—¿Por qué? —

—Él sabe que alguien nos ayudó con el escape cuando distrajeron a aquellos guardias que sé que conoces, entonces me pidió que te llevara para agradecerte personalmente, si no era molestia, claro. —

—¿Para qué? ¿Cuál es el propósito? —

—No estoy seguro, creo que tiene miedo de que algo nos pase y quiere que estemos junto a él cuando regrese. —

—Es un favor complicado. —

—Sí.

Hubo un silencio mientras Olivia pensaba si realmente era necesario estar junto a Xavier cuando volviera, luego recordó que él había sido entrenado en distintos ámbitos, incluidas las estrategias de negociación, por lo que probablemente tenía una razón para pedir el favor.

—Está bien, ¿cuándo nos vamos? —

—¿Cuánto tardarías en hacer tu maleta? —dijo Max, intentando hacer que Olivia se asombrara, sin embargo, ella ocultó bien su asombro.

—Dame doce minutos. —Y comenzó a hacer su maleta.

Los doce minutos Max pasó recostado en la silla de Olivia mientras ella buscaba las cosas que iba a llevar. Cuando terminó, Olivia volvió a hacerle una pregunta a Max.

—¿Cómo vamos a ir sin llamar la atención? —

—Tengo una asignación, debo ir a la Tierra a recoger unas cosas, bueno, mi amigo debería, pero pidió que me asignaran la tarea a mi debido a una grave gripe masculina y pues se supone que debía ir dentro de unas dos semanas más según lo que le dije a Xavier, pero no quiero perder esta oportunidad. —

Olivia pensó una última cosa mientras terminaba de empacar.

—¿La Tierra está en el punto más cercano en estos momentos? —

—Casi, pero cuando volvamos lo estará, creo que nos tomará unas tres semanas en llegar a la Tierra y, si logró encontrar a Xavier el primer día, una en volver. —

Con eso, Olivia asintió y terminó de arreglar su maleta.

—Estoy lista.

Max asintió y prosiguió a abrir la puerta de la misma manera que ella lo hizo, por lo que era de esperarse que ella repitiera el gesto que hizo Max, y así fue. Cuando ambos estaban afuera, Olivia cerró la puerta y la configuró para no garantizar ningún acceso adentro.

—Un momento. —Olivia recordó la pregunta que tenía— ¿Cómo sabías que acabo de solicitar mis vacaciones?

—Estoy bien enterado de lo que ocurre en este lugar. — Max le dió una mirada astuta y susurró —. Después de todo, yo saqué a Xavier de aquí. —

* * *

—Entonces, ¿vamos a estar en crío sueño las tres semanas? Honestamente, quiero hacer algo de mis vacaciones, me dolería tirar tanto tiempo a la basura. —dijo Olivia mientras se alejaban del planeta rojo.

—Pues, con las provisiones que traje, deberías ser capaz de pasar una semana despierta, no podía traer demasiado, sería sospechoso. ¿Te parecen suficientes nueve días? —respondió Max mientras presionaba botones en el tablero del piloto de la nave.

A Olivia no le agradaba la idea de pasar sus vacaciones en crio sueño, ya que la compañía las contaba como vacaciones. Ella no había pensado sobre el crio sueño antes de salir, por lo que apenas tenía algunas cosas con las que entretenerse.

Vaya desgracia. —Pensó—. Está bien, agradezco que hayas tomado en cuenta mis vacaciones. Por favor avísame cuando pueda levantarme del asiento, quiero comenzarlas lo antes posible. —

Oui oui señorita, no desespere, pronto podrá liberarse de la gravedad.

Hola, esta es la historia que decidí escribir hace unos meses, ya llevo 102 páginas, pero decidí darle un reinicio por algunas razones (lo escribía todo al azar), pero quisiera saber qué piensan de este borrador.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS