LA LEYENDA DE UNA POESIA

Cayo el rayo de luna sobre un 23 de septiembre, esa noche salí a caminar, el sonido del

viento era como humo que se esfuma, recorrí el bosque para despejar la mente y también

para cerrar la herida de una mujer que me lastimo.

Y en medio del crepúsculo escuché en el viento un canto y en esa canción una voz no me

dejaba de llamar.

Creí correr peligro y blande mi espada con la intención de atacar, me abalancé sobre un

arbusto que se movía y al atacarlo no había nada, era el viento que movía sus ramas

– Que noche tan agitada –

Decía con mi espada empuñada, al tratar de avanzar sentí que me seguían y al darme vuelta

vi a un gato enorme de figura espectral, sus ojos tenían una profunda oscuridad como si

trataran de contarme algo, y al arroparme el miedo grité;

– Aléjate que esta noche no estoy para espantos –

El gato ronroneo, pero el viento volvió a soplar, esta vez con furor y al escuchar el arrebato

de los árboles el animal se alejó.

Una extraña sensación cubría mi cuerpo, al tratar de volver el camino ya no estaba y el

viento soplo otra vez, pero esta vez se escuchó una melodía y una voz la acompañaba que

cantaba con melancolía, no mentiré mi cuerpo frio quedo al escuchar lo que decía;

– la noche es tomento para aquel que quebranta una promesa por un amor muerto, no

existe un sentimiento sincero cuando juegas con una virgen de sentimientos, puede

el cazador apuntar sus flechas contra su presa y aun así no atinarle al cuerpo, porque

aquella que amas no lleva una vida estrecha más la mujer que te admira, la que por

ti suspira se ha enterado de tus sentimientos, y la muerte recorre su lecho atando

grandes cadenas que la cubren y la luz de su alma no alumbra más, su cuerpo

pronto ha de espirar porque su amado jugo con sus sentimientos tratando de olvidar

una mujer que carecía de valor, una mujer que enfrió su corazón, ¡Sola esta! Y sus

lágrimas tan puras sobre su cuerpo inerte se secarán…-

Al escucharlo mi corazón se llenó de angustia, puesto que esa canción hablaba de mí,

recordé a mi esposa y corrí, el viento aun soplaba y al acercarme con más fuerza soplaba.

Al llegar a casa no había luces solo la luz de la luna la reflejaba y las puertas abiertas

estaban, el fuerte viento las abrió y a las cortinas blancas se batían de lado a lado, entre con

miedo y miré en la sala, pero no se encontraba, me dirigí a la cocina y allí no estaba, subí a

su lecho y vi que en su cama reposaba, la luna en ese momento brillo con gran intensidad

iluminando el lugar y las ventanas abiertas el viento las batía como si bailaran al igual las

puertas.

Hay esta la mujer que me ama en su cama reposaba, mi corazón sintió tranquilidad, pero al

mirarla fijamente la note pálida, me acerque con temor y al tocarla fría estaba, había muerto

de pena la mujer que me amo, moría mientras la engañaba con una ingrata que con mi

corazón jugo, en honor al amor que por mi sentía, bese su cuerpo helado y en llanto escribí

esta poesía…

Etiquetas: poesía

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