Bajo una noche cubierta de estrellas,

Pude ver el reflejo de ella, una mujer bella;

Era un espejismo al cual me acerque y al tratar de tocarlo,

¡lo sentí! su corazón de hielo sentí y a su vez los recuerdos vinieron a mi

aquella noche al entregarme toque el cielo y al hacerlo le jure amor eterno, pero su corazón

tenía una coraza hierro y en el altar de las promesas fallidas no pudo ser mío aquel amor

prometido.

Ahora estoy sometido, sometí mi corazón por una vana ilusión

¡Que cruel!

Ella jugo con mi corazón y no le importo. Por eso me aleje, de ella muy lejos me aleje, pero

la distancia es corta para el desamor y aunque esté ausente, su imagen está presente, una

idealización de lo que fuiste y pudiste ser, el imaginario antes de conocerte y el triste

fantasma de lo que en mi vida pudiste ser…

Etiquetas: poesía

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