La
sangre de aquellos guerreros

que
en las batallas abonó la tierra

ha
sido escarcha en
pastizales

y
alimento para los árboles

hasta
que mutó en
espesa
savia

y
acunó a los inquietos zorzales

Ha
sido nutriente del campo

donde
hoy crecen libres los álamos

donde
pastan las vacas y duermen

donde
se enfiestan los manzanos

Donde
antes existió un terreno

de
feroz muerte y destrucción

hoy
crecen a mansalva fresnos

los
eucaliptos y la bendición

Como
quien corona las tumbas

de
cada hombre sepultado

en
lugar de la cruz grisácea

se
impone humilde el verde árbol

Tantos
han sido los decesos

por
la tierra bendita recibidos

que
en cada árbol crecido

yace
el alma de un hombre muerto

y
en las venas de cada hombre vivo

la
de un verde árbol floreciendo

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS