Te sentí tan mía y el poder verte finalmente era la razón de mis suspiros

ese algún día hace retumbar mis oídos y estremece mis días cada que vez que pasa ante mis ojos

quiero pintar una sonrisa en tu rostro también y que nunca se borre, grabar en mi memoria el sabor de tus mejillas y lavar tus penas en mi pecho con esas lágrimas que sueltas a escondidas 

pero mis acciones alejan más ese día pues te hago temblar en una estela de fragilidad ingrata

no puedo negar que estoy un poco decepcionado, de mí, siempre de mí, por sentir esta envidia palpable y sin medida, por dejarme perder en mi propia tormenta 

soy ilegible, un borracho envenenado por lo que piensa sentado al borde de un río viendo su reflejo difuminado 

un anti-heroe que no pudo salvar a nadie y solo quiso amarte sin remedio ni reparos, un tonto enamorado de una mujer perfecta ante mis ojos caídos y nublados

un atleta fuera de forma que caminaría 410 kilómetros sin descanso solo por la certeza de que me esperas sonriendo 

un astronauta con claustrofobia que viviría en la oscuridad anhelando que cada mañana esas lunas que tienes como ojos brillen frente a mí 

un músico que no sabe tocar ningún instrumento, pero que escribiría una sinfonía al escucharte hablar 

pero no soy nada de eso, no tendré nada de eso, solo soy yo y sin nada más.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS