A propósito del lenguaje multitextual

A propósito del lenguaje multitextual

Rocío

12/05/2024

El artículo Escritura(s) rezuma optimismo ante esta nueva forma de expresión denominada multitexto o texto multimodal. Siempre es de agradecer una visión optimista con respecto al presente y al futuro de esta invención en un mundo en el que los avances son tantos y tan rápidos que no me atrevería a decir si son más los apocalípticos o los integrados frente al desarrollo tecnológico.

Sin embargo, no puedo compartir en su totalidad el entusiasmo porque ni siquiera creo que el multitexto vaya a alcanzar su máximo desarrollo en el ámbito artístico. Si recopilamos algunas de las definiciones más comunes del arte podemos decir que es “la actividad humana que produce belleza”, “una forma de expresarse donde predomina la intención estética” o, alejándonos de la definición clásica, una obra artística será aquella que “produzca un impacto en el público” independientemente de que sea de admiración o de rechazo, según el criterio de los vanguardistas. En ninguna de ellas soy capaz de encajar un producto multitextual habitual cuyo uso está más orientado a ampliar la información o contextualizar un mensaje, que a buscar la belleza o el impacto en el espectador. Sin que esto sea incompatible con que el resultado sea estéticamente muy atractivo como ocurre con el propio multitexto que estamos analizando.

Marc Chagall es un pintor vanguardista de origen bielorruso.

Esta suma de recursos escritos y audiovisuales que supone el multitexto es una innovación tecnológica con muchas posibilidades expresivas, pero no creo que alcance, ni de lejos, a la revolución que supuso la aparición del cine, por ejemplo, o más tarde de la televisión. En realidad, la aportación del multitexto es combinar otros formatos en un mismo espacio, es una innovación formal como comienza diciendo Ramón C., pero no una nueva forma de lenguaje en sí mismo.

En una creación artística ¿el mensaje multitexto deja más o menos espacio a la imaginación?

Es más, desde mi punto de vista, en una obra multitextual, las posibilidades de interpretación quedan limitadas para el receptor por las que ha hecho el propio autor sobre su propia obra. Lo compararía con lo que ocurre cuando lees una novela e imaginas a los personajes con un aspecto y posteriormente hacen una película o una serie y no se ajusta a tu experiencia personal.

Donde sí creo que el multitexto tiene un gran futuro es desempeñando las funciones expositiva y argumentativa. De hecho, se está trabajando desde las administraciones educativas para impulsar su uso en el ámbito académico. Es de gran ayuda para un alumno encontrar enlaces que lo remitan, por ejemplo, a la explicación de un término o, mejor aún, a una animación que ilustre, por ejemplo, la erupción de un volcán.

Lo mismo puede ocurrir, por ejemplo, en el ámbito periodístico donde los enlaces nos pueden remitir a otras noticias relacionadas, ayudarnos a contextualizar o aumentar una información, a través de enlaces a imágenes, vídeos o podcasts.

En cualquier caso, no puedo ocultar mi escepticismo con respecto a esta nueva forma de expresión digital, al menos como una forma de comunicación masiva, entre otras cosas, porque requiere de tiempo tanto para su elaboración como para su posterior interpretación y vivimos bajo el imperio de la prisa.

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