Hola Señorita Carla Amanda Salas Vargas mi nombre es… bueno, tú ya sabes quién soy, pero eso no es lo más relevante en este momento, o bueno sí, soy Ernesto (escribí Ernoste, pero esto está escrito aquí así que mis errores los puedo camuflar, pero igual es tonto porque me gustaba rayar encima la palabra, pero eso es menos relevante que mi nombre en sí)…

Te preguntarás por qué mierda sigo haciendo estupideces cuando no van a lugar ni me quieres cerca de ti… Pero como ya te dije, ni yo sé que me pasa… Ni yo sé por qué estoy escribiendo esto en primer lugar, pero como dice la psicología, escribir es el medio donde más permite aclarar la mente de los nudos que se tienen, y también a veces permite entender a la otra persona y quizás esto sea la primera parte como un nuevo camino para explorar cosas que estoy experimentando y que queden en un documento legible (porque si fuera mi letra, la tendinitis y mi caligrafía sería complicado en un extremo inalcanzable)…

Bueno, sabes que soy súper bueno para divagar en nimiedades que no van al caso… Pero bue…

Te preguntarás qué carajos estás leyendo, por qué lo hice, por qué me tomé la gran molestia de hacer algo que ni siquiera pediste ni gustabas de leer… Pero sólo lo hice, lo siento.

No he podido dejar de pensar en ti, durante toda la semana (27 al 31 de enero 2028), pero no nuestros recuerdos, no nuestro pasado, no nuestras peleas, ni nuestros momentos felices… Si evoco esos momentos, mientras escribo esto porque resulta inevitable (es hasta lógico), pero no, no he podido parar de pensar en ti… No como una obsesión tampoco, no es como que tenga tu cara recortada sobre una actriz o te tenga un altar como algún personaje POP (me imaginé lo primero y me moría de risa por lo surreal), no es como que te siga en los trayectos, ni nada por el estilo, porque hasta esta semana, te juro que no había pensado en ti en ningún puto momento, y no me da algo admitirlo, porque es la verdad… Pero eso es lo raro… Porque de la nada brotó algo en mí, que pensaba que ya estaba más que muerto y sepultado, como si hubiera sido un ave fénix de sentimientos, no sé, es raro…

Creo que todo partió del lunes (ah, no me jodas, que el lunes parte la semana en occidente), porque después de hacer mi inducción a mi nuevo trabajo, llegué después del gimnasio a mi casa, y mientras comía, en la televisión estaban dando “Como si fuera la primera vez”, esa película donde Adam sandler conquista todos los días a la rubia -qué bueno que me sé los nombres de los actores-, porque ella tenía problemas de memoria… Más que la película en sí, me pegó un poquito en el sentimiento porque justo era casi al final y empezó a sonar la canción… Empezó a sonar la canción “Over the rainbow” esa que la toca un gordo hawaiano, en ukelele, que ahora me trae un recuerdo (hasta los días de hoy) porque tiene un mensaje tan pero tan lindo… Y me recordó que cuando la escuché hace mucho tiempo de haberla olvidado, te la dediqué un día con lágrimas en los ojos mientras estaba acostado en la cama, cuando todavía vivía con mi hermano (sí, hace años atrás)… El escucharla ese día, activó un mecanismo en mí, que después cuando me fui a dar un paseo,  me acordé de ese momento – y que al igual que ahora, o cuando escucho esa canción- se me hizo un nudo  en la garganta, pasando a algo más…

Es más, creo que incluso partió el día anterior, pensando en cosas de la vida, y de por qué siempre pienso y hago filosofía de cosas externas a mí y nunca internas, y justo que andaba sin audífonos, tenía la mente más clara… Y después de tenerte a ti, como ejemplo, de que al final tú me habías olvidado y todo, pensé que de igual forma te había olvidado pero despojándome de algún niño tierno que alguno vez hubo dentro de mí, ese niño que a pesar de que la vida le dio mil patadas, igual tenía un poquito de cariño que entregar, y no ahora un Ernesto que le vale madres la vida ajena, que se volvió frío, rencoroso, como lo era en la media… Pero parece que ese niño sólo se alejó para tomar un respiro…

Bueno, yendo donde iba, ese domingo igual con lágrimas en los ojos, entendiendo por qué hace tiempo no filosofaba de mis cosas propias, porque ya las “había resulto en su totalidad antes y por eso no lo hacía” sólo pasó el día y listo, donde terrible bien, y al día siguiente esta nice… Hasta que vi esa película.

Después de esa tremenda vuelta (divago un poco, lo sé), el martes tuve día de pecho, y no, no estoy tratando de darle algún sentido en otra cosa, sino que ese día, me vi el pecho cuando me iba a bañar y como que reaccioné a que ahora estaba con muchísimo vello corporal y me acordé de ti por lo mismo, porque siempre recalcabas que mi pelo en el pecho crecía cuando hacía deporte o cuando nos separábamos, y ahora que coincidieron las dos, como que hasta me dio risa… Pero intriga de por qué me acordé de esa estupidez de forma tan gratuita…

Ya el miércoles fue cuando empezó a quedarme una ensalada en los sentimientos, ya que en todo el día no te pensé hasta que llegó la hora de dormir… Tú sabes que mis sueños son más extraños que la gente común, y que ahora, durmiendo en la casa de mi primo, ahora sí que están turbios… Pero ese día ese sueño fue muy pero que muy normal… Casi como si fuera un fotograma de una película… Soñaba que estábamos como en un living de cabaña (esos que son de madera, con chimenea de fondo, color barniz) mientras tomábamos algo de alcohol, y conversando de alguien de tu trabajo (que no era el que desempeñas ahora, por cierto) y como que nos reíamos, y como que estábamos hablando de algo de trabajo, ya ni recuerdo mucho el díalogo, pero me acuerdo que éramos los dos muy tranquilos… Como haciéndo alegorías de esas mañanas cuando vacacionamos juntos en aquella isla (cuando por Jesucristo me levantaba temprano, y no último por la flojera del vivir)… Y sabía que era un sueño, porque estaba comiendo un pan con mantequilla… Cosa que ya ni podría tocar por temas de mi dieta jajaja; pero desperté como a las 4 y algo a.m. extrañado y con el pecho entumido… Ya eran algo de  3 días seguidos, y era como “ya … ¿Qué está sucediendo?” Y nada, vi la hora, seguí durmiendo, desperté, casi llego tarde a tomar mi locomoción (porque ya era jueves) y seguí mi día tranquilamente…

Ese jueves también, seguía pensando en por qué me estaba acordando de ti… En serio, que no existía ningún motivo, más allá de que mi mente masoquista me estaba jugando una mala pasada, o que algo dentro mío quería salir (capaz un bebé, porque estoy embarazado… Broma estúpida, lo siento)… Pero ese día, durante la tarde, solo estaba haciendo las cosas mal en mi jornada de trabaja… Estaba demasiado ido, pensando en esos porqué, o en simplemente, tratar de sacar ese pensamiento, seguía pensando en eso (es una paradoja, o “el juego” también se le llama…. Y gracias a esto, perdí… gracias Ernesto).

También, ese mismo día en la noche soñé algo terriblemente turbio que no era algo tuyo en sí… Ese sueño era extremadamente raro, porque soñé con mi entrenador, mi tio, Samanta, unos chicos de la generación mía después de la academia en la que asistía, una mujer rusa… ¿Qué te puedo decir? Era una verdadera vorágimen de cosas que ni idea… La situación es que en el sueño como que ibas pasando con alguien (no me acuerdo si era un chico o chica), y en un grupito de tres personas te quedó mirando de forma perversa y yo me paré de la mesa que estaba, porque igual te estaba mirando (pasar, no perversamente) y me enojé con ellos y me alistaba, sacándome la camisa e iba a pelear con ellos, y cuando les iba a pegar un puñetazo, mi fuerza se desvanecía, y ellos se reían y yo como que me enojaba por eso, pero no les podía pegar, y ellos me molestaban y como que me hacían que me iban a pegar, y me daba rabia, y baaa…. La cosa es que como que me agarraste del brazo y me dijiste “ya, si ya pasó, déjalo, acompáñame”, así que te acompañé al baño, y tu acompañante desapareció y tú desapareciste en el baño, porque ni idea… Y después al rato me desperté igual y quedé como «¿Qué?» Como que casi escribo algo sobre eso, porque fue un sueño muy pero muy raro… No lo sé.

Ya era viernes ya (31/01/28) y estaba en la tesitura de  “ya basura, corta tu mierda, ¿por qué piensas esas cosas?” e inconscientemente te seguí en tus redes sociales y fue como “¿de verdad? ¿Por qué? ¿Eres imbécil?”… La verdad, ni este texto, ni que te hable, ni que siga haciendo algo con lo nuestro es algo lógico, porque tengo claro que tú no me quieres, y sé que esto es innecesario, pero esto no lo escribe el Ernoste lógico, ese robótico que nunca te agradó del todo en las discusiones, sino que mi yo interno está haciéndolo, porque lo necesita, por algún motivo que ojalá descubra pronto…

La cosa es que te agregué y hablamos, y bueno, hasta el momento eso es lo que sabes… Y no sé… No sé qué pasó, cómo pasó, ni por qué lo hago… Pero esto estoy haciendo ahora… Escribiendo, como lo hacía antes, pero en vez de ser una canción o un poema (de los cuales, ya no los hago porque no se me ocurren más de dos frases para seguir componiendo), ahora me dedico a escribirte esto… Quizás, como una manera misma de encontrarme desde un origen más propio de mí, contigo, para encontrar una respuesta.

Lo que no sabes, es que hace como un vez vi “Todos los días de mi vida”, porque sí, ando demasiado sensible desde hace mucho, y como que dije “oh, que bonito” porque antes de verla, ya sabía de lo que era, y que sea de una historia real, lo hace aún más tierno… Pero no la había visto… Y cuando la vi, aparte de estar llorando, ahora, no es como que lo prentenda en sí como tal, pero me gustaría que eso pasara… Aunque no sé mucho cómo se compararían… Porque ese hombre trata de conquistar a la que es su pareja, que se olvida de él… Y yo trart de que me dejes de odiar, y que nos llevemos bien, aunque en proporciones diferentes, en muchos de sentidos… Pero esa es una idea de lo que intento hacer, recalcando, porque así lo necesita mi interior, porque sí…

Y por eso hago esto… Lo intenté hacer, a mano, hace un tiempo… Escribir cada día algo romántico, para que, no sé, veas algo en mí que no crees que siento, todos los días…

Pero esta vez, lo haré cada día de este mes (febrero), escribiré sobre las cosas que pienso de y en ti… diariamente, porque quizás en estos 28 días restantes, algo pase en mí, que ojalá pueda ayudarme a sentirme mejor… Y eso, espero que ojalá puedas leerlo todo… Porque van a ser muuuuuuuuuuuchas hojas… Ya lo estoy viendo…. Lo siento.

Ah, y otra cosa más, si es que hablamos o algo, porque dudo que también lo hagas mucho, y conmigo menos, es que, de verdad, que tengo una aversión a que me bloquees, porque como cerré mis redes socialees al rato de hablar contigo, si me bloqueas de los mesajes no tengo otra forma de cómo establecer contacto contigo… Y pues que así voy a sentirme una basura… Pero bueno ahí va…

Etiquetas: amor carta

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS