Resistencia

En la sombra de mi alma, el cansancio yace,

Añejado como vino en barrica de roble,

Mis suspiros son acordes de un piano sin compás,

Cada nota resonando en el eco de un dolor inescrutable.

A los 26 años, mis días son como lunas menguantes,

Cada noche, un ciclo de agotamiento se despliega,

Mis emociones, torrentes turbulentos e inconstantes,

Como olas que azotan la costa, dejando cicatrices en su marea.

Soy una marioneta en el teatro de mi mente,

Mis emociones danzan al ritmo de un tambor desgastado,

El trastorno que me habita, como un veneno latente,

Envenena mis días, dejando mi ser trastocado.

¿Qué significado tiene la vida cuando el alma está en guerra?

Una lucha constante entre la luz y la oscuridad,

Mis susurros son balbuceos en una lengua extranjera,

Buscando en la penumbra un destello de claridad.

En el espejo veo los reflejos de mi fragilidad,

Una mujer joven, pero con el peso del universo en sus hombros,

Cada paso es una batalla, cada sonrisa una falsedad,

En este laberinto de emociones, perdida entre recuerdos sombríos.

Así transcurren los días, como hojas arrastradas por el viento,

Una danza efímera en el escenario de la existencia,

Y mientras el agotamiento me envuelve en su manto lento,

Sigo buscando la paz en esta eterna resistencia.