¿ Volverás ?

Entre mis dedos sentí que te ibas. Ví el vacío en tus ojos…no,..aún no,..una lágrima, lloras, aún me ves, lo siento en la presión de tus manos sobre las mías, pero es un espejismo, te vuelves a ir y ésta vez no vas a retornar hasta pasado un tiempo, como las otras veces en que por muy poco me arrastras contigo a tu infierno.

Sé que no quieres irte mi vida, pero no puedes detenerlo. Ni tu amor maravilloso, ni tus hijos, ni dios…ni nadie a lo que aferrarte porque no se puede agarrar el aire, porque no te puedes asir a la nada y por eso te dejas caer al vacío, donde nada importa y el tiempo se detiene.

Te miro y muero de dolor…mi amor…Eres mi vida, la razón de mi ser y estás ahí, en la mecedora, al lado de esa luminosa y exultante ventana donde el sol se permite entrar a trompicones, arrasando con las sombras, empujándolas al fondo de las esquinas. Ahí estás y no estás mi vida….

Se proyecta tu sombra sobre los libros yermos sobre la mesa. Tus gafas de leer rosadas, coquetas y femeninas. La flor marchita sobre el vaso de agua a medio llenar, flor que te llama, flor que te grita,…que se muere, la flor.

Donde van tus miradas perdidas en el lugar y en el tiempo, mi vida?…Tus ojos azules cargados siempre de ilusión y de amor, ojos que ya quisiera el mar, …ya quisiera la mar tus ojos,…para mí, tu mirada, por favor mi vida…vuelve.

Mis manos en tu rostro, lentamente lo vuelvo para que tu mirada …tu mirada perdida, viajera del inframundo se encuentren con los míos, en la esperanza de que orilles en mis lágrimas y te hagan regresar a mí, que te espero con el corazón anhelante de un milagro, de una esperanza quizás, no menos….no menos ..

Y de alguna manera siento que se me encoge el corazón, de una manera tan dramática que la respiración deja de pertenecer a la vida y dejo caer mi cabeza derrotada sobre tu regazo. Lloro. No me importa. Siento tus dedos colarse entre mi cabello y creo que me los acaricia, pienso que es el calor del sol…o eres tú que has vuelto un rato, mi amor…

Alzo la mirada, buscando la tuya con ansia, con desesperación, para comprobar que sigues de viaje, sin copiloto, sin más compañía que tu propia vida, tu maravillosa y lejana vida.

Pero yo sé que has estado aquí, mi amor….

Has llorado.