Un golpe certero derribo al presidente con tal fuerza que casi se pudo escuchar un par de costillas de este resquebrajándose, haciendo que caiga de rodilla con su rostro casi azulado y compungido, que reflejaban el intenso dolor del momento, y en ese instante sonrió, con dificultad se levantó apoyándose en la pared, el joven se acercó decidido a acabar con su enemigo, no sin antes darle un poco de justicia a golpes, y entonces el presidente levanto su mano y le pidió que espere un momento, el joven sonrió.

– ¿vas a pedir piedad? ¿me ofrecerás algo?

– No. Solo quiero saber, quiero preguntarte algo antes de que termines y esto podrá continuar

– pregunta lo que quieras, no cambiara nada, nada te salvara.

– ¿Qué vas a hacer después de terminar? O sea, lo que quiero saber es que va a pasar una vez me mates, que va a pasar, cuáles son tus planes.

– ¿Qué voy a hacer? Pregunto molesto el joven.

– sí, que viene después.

– voy a liberar al pueblo, terminare con tu reinado corrupto.

– sí, eso lo sé, lo vienen diciendo hace bastante, lo que quiero saber es cuáles son tus planes para el futuro, quien, quienes o cómo vas a estabilizar este país.

– no sé, lo que quiera el pueblo, lo que necesite el reino.

– ¿y lo que necesita «el reino» eres tú? Pregunto inquisidoramente el presidente, mientras se enderezaba y se limpiaba el polvo de sus hombros.

– si. Respondió confiado el joven.

– ¿Por qué tu?

– porque el reino necesita a su legítimo heredero, quien estaba destinado antes de que tomaras el poder y asesinaras a mi familia. Respondió molesto.

– sabes que el reino que tú dices heredar ya no existe cierto, sabes que este país es una república ¿no?

– eso es porque tu mataste a mi familia, porque traicionaste a tu rey, porque destruiste todo para quedarte con todo. respondió el joven apretando los dientes intentados no gritar.

– niño estúpido – sonrió el presidente- yo no mate a tu familia, ni siquiera estaba en la capital cuando el pueblo, los súbditos asaltaron el palacio y lincharan al rey, ese, que por derecho de nacimiento -remarcó- llevo al país a sus peores días desde las pestes, donde su gorda familia al menos le sirvió al pueblo en velas y sopa.

– mierda, mentira y mierda… grito el joven

– ¿no lo sabias? Todos lo saben. te lo deberían haber dicho, almeno lo debiste haber escuchado, la familia de las velas le decía a la familia real después del asalto, y no era por las luces del velorio, claro, no supe si era verdad o mito urbano, pero sucedieron muchas cosas en la capital después del asalto.

– no te creo nada, y de lo que pudo pasar fue por culpa tuya, de tus cómplices, de lo enemigos del rey, enemigos que hoy están muertos, hoy la gente pide a su heredero de vuelta por sus reyes caídos por su…

– ¿viste alguna vela en la ciudad la semana pasada? Interrumpió

– es porque amenazas a la gente en la ciudad.

– ¿viste alguna vela prendida en el sur? – eso no importa, yo veía las velas, respondió titubeante el joven

– veías las velas en tu ciudad desde pequeño ¿cierto?, las veías en el noreste, ¿no es así?

– sí, las veía en toda la región del Refugio, respondió el joven intentando buscar en sus recuerdos.

– el noreste siempre han sido realistas, nunca lo puede entender realmente, no eran la región mas rica, pero ciertamente era de las regiones mas conservadoras, irreductibles en sus montañas y tradiciones, tercos sin duda, suspiro casi orgulloso el presidentes y miro al joven- ya veo porque eres así, porque piensas así, porque haces esto, dijo el presidente, seriamente y con un atisbo de molestia.

– es gente leal, por ellos, por todos estoy acá, expresó con orgullo el joven.

– ¿para recobrar una corona que ya no existe?

– no, para devolverle la libertad que les quitaste, para restaurar el reino, su reino, nuestro reino y hacer justicia.

– y alcanzara tu justicia y reino, si lo sé, pero ¿y el sur y los puertos de oeste también? ¿Los conoces siquiera?

– cuando te mate al resto de país, verán a su rey tendré el sur y el oeste.

– niño estúpido, hablas como personajillo de cuentos, matarme no te dará nada más que una falsa venganza y un sinfín de engañosa política ¿Qué harás cuando no se quieran unir a «tu reino»? cuando no quieran tu libertad

– no lo harán porque soy su rey, su legiti…

una risa estrepitosa y burlesca del presidente interrumpió una orgullosa y altisonante proclama que empezaba a entonar el joven – el republicano sur casi no reconocía rey ni cuando estos eran fuertes y los puertos del oeste, casi piratas si no fueran comerciantes no se si tiene buenos recuerdos para volver al antiguo régimen, el noreste te seguirá como es su costumbre y sus vecino del noroeste podrían apoyarte siempre y cuando les des más tierras y poder a esos terratenientes con sueños feudales de alta cuna y mayor avaricia, tu reino, tu reino durara tanto como lo que tardas en decir tus proclamas, y lo que tendrás después de ello será guerras civiles y proclamas de autonomía y hasta cosas peores.

-No me importa lo que me digas, no cambiara el hecho de que estas acabado y que hoy morirás.

Sabes – dijo el presidente, con un suspiro algo desanimado – esto ya se vuelve un poco aburrido, todo ese discurso es fastidioso y el largo interludio para dar el golpe final ya te ha quitado el ímpetu, y habías empezado bien, entrando de frentón, golpeando sin aviso y sin hablar, sin perder el tiempo en anunciarte, lo tenías, pero lo perdiste, y sabes, creo que esta parte la tenías ensayada en el espejo, tanto que no podías no decirla ¿no?

No, no es eso, tienes que saber qui… – quien acabo contigo y tu reino del terror y blah blah.

No! – grito un tanto confuso y molesto el joven – si quieres tanto morir rápido entonces vas a…

la radio de la habitación interrumpió – comunicaciones restablecidas, unidades hostiles localizadas en plantas 1, 2 y 3 y en patio central – el cónsul aprovecho la distracción del joven para escabullirse tras su escritorio y darlo vuelta, – CAR 1 en oficina 3, CAR 1 en oficina 3, unidades cercanas dirigirse a esa localización se escuchó en la radio – el presidente saco su arma y disparo en dirección a su atacante quien se resguardo tras la vuelta de la puerta de la habitación, que te dije, mucho discurso, perdiste tu primera oportunidad, ahora te va costar un poco más tener tu pequeña venganza – la adrenalina del momento le inundaba el cuerpo y el presidente sentía un pequeño rastro de emoción que no sentía hacía mucho tiempo – sabes chico, te daré una oportunidad para que te puedas ir y lo intentes de nuevo, aunque no tendrás una tan fácil como esta, dime, ¿a quién se la ocurrió este plan?

– A mi – respondió el joven sin titubeos pensar.

– Felicitaciones, estuvo muy bien pensado y casi lo consiguen, aunque mi muerte solo traería problemas – dijo el presidente, aunque sabía que solo era una verdad a medias.

– si no hay una mejor oportunidad entonces esta es la única – dijo un poco más calmado el joven atacante.

– buena respuesta, asintió para sí el presidente – pero, ya has perdido el momento y creo que ya no quiero morir y siempre he sido un buen tirador, no alcanzaras a poner el dedo en el gatillo antes de que una bala te llegue al pecho.

– entonces no pierdo mucho en intentarlo – termino de decir el joven cuando se escucharon unos pasos al trote.

¡Alexis! – dijeron unos jóvenes al llegar a la puerta – lo tengo acorralado, esta tras el escritorio volteado y tiene un arma, un revolver, no tiene salida y esta golpeado – dijo el joven al saludarlos.

Un par de disparos se escucharon, y dos dieron en dos hombres que descuidadamente estaban descubiertos, uno al hombro y otro al pecho, ambos cayeron y los otros dos respondieron los tiro con sus fusiles, tiros demasiado lentos y altos para dar en su objetivo, el del disparo en el hombro se reincorporo y se puso a cubierto, el del disparo en el pecho exhalo fuertemente y lo arrastraron tras la puerta – chalecos antibalas, pensó el presidente al escuchar las preguntas de sus compañeros – te dije que disparaba bien, dijo el presidente mientras pensaba que hacer, es verdad que no tenía por donde salir a menos que pensara en la ventana de ese tercer piso como una opción, pero no lo era, y sabia que ese escritorio aunque robusto no aguantaría mucho las balas de esos fusiles y tenía que salir o hacer tiempo, hasta que llegaran las unidades y hablar mucho ya no era una opción, pero al menos tendría algunas balas, algo podría hacer y aguantar, cuando sintió los tiro que pasaban muy cerca de su posición, sobresaltado actuó rápido, y disparó una ronda de tiros a sus atacantes sin mucha intención de acertar, era solo una distracción, apenas bajo a cubierto rodó hacia su derecha y se escabullo rápidamente tras el sillón que decoraba la habitación, no ofrecía una cobertura decente, pero cambiaria su posición y se dispuso a rellenar su revolver.

Los tres atacantes que quedaban en condiciones de disparar se alistaban tras las paredes de la puerta para asaltar la habitación, uno iría por un costado para obligar al presidente a atacar y otro se pondría tras la otra puerta y dispararía desde el suelo, Alexis y el herido en el hombro proveerían fuego de cobertura para que sus compañeros se posicionasen. El plan se puso en marcha, Alexis y otro joven dispararon en dirección al escritorio, uno se internó en la habitación y rodó a una posición, que, aunque quedaba un poco descubierto aseguraba un tiro limpio. El fuego de cobertura ceso y el atacante que se internó en la habitación avanzaba lentamente disparo tres veces al escritorio y le quedaban solo dos balas en la recamara del fusil, dos pasos más y vio la parte trasera del escrito, vacío, antes de poder dar aviso, desde detrás del sillón con una rapidez inusual para un hombre viejo y golpeado se levantó el presidente, acertando un disparo de lleno a la altura de la cadera y en un fluido movimiento apunta al sorprendido tirador del suelo, un tiro directo a la cabeza antes de que pudiese levantar el fusil, que se disparó de igual forma sin dirección y quebró el ventanal tras el escritorio, los, otros dos atacantes se pusieron a cubierto, sorprendidos y asustados.

– Wow, eso estuvo intenso – dijo en voz alta el presidente – creo que no he perdido el toque.

Las manos de Alexis temblaban al ver a sus amigos muertos y heridos y en un arranque de furia salió de resguardo y vacío una carga de disparos al sillón y un grito de rabia, interrumpido por la radio que transmitía al fondo – «pelotón avanzando sin oposición al tercer piso» – ¡no! ¡no! ¡no! Grito desesperado Alexis.

– Tranquilo niño – respondió el presidente – no pierdas los estribos como pierdes compañeros.

– Te voy a matar maldito viejo, te voy a matar – grito Alexis cuando se disponía a entrar a la habitación totalmente descubierto, cuando la mano de uno de sus compañeros lo arrastro a un lado y una bala paso muy cerca suyo – es hora de irse dijo su compañero- ya se acercan y si no nos vamos moriremos todos – no, no podemos perder esta oportunidad – dijo Alexis – el viejo es duro, no creo que podamos sorprenderlo y si lo intentamos no podremos salir, nos atraparan antes y no podremos dar la señal para que los demás se retiren y también morirán o los atraparan, señor, por favor no podemos dejar que eso pase – Alexis golpeo la pared resignado – esta bien, vamos, rápido – avanzaron apegados a la pared procurando cobertura y al girar en el pasillo Alexis grito – te matare viejo de mierda, te matare, lo juro.

– Estaré esperándote, pero tomate tu tiempo – respondió el presidente disparando al techo su ultima bala.

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