Una visita inesperada

Una visita inesperada.

Esperando una mejor oportunidad, aguardando ser más valiente, suponiendo que todo ocurriría sin más, esquivando cada obstáculo … Llegó el día en el que no hubo despedida, sin oportunidad para decir todos los » lo siento» que aguardabas. Ya no podrá prestar oído a un último y posiblemente único te quiero, la persona que amaste.

Rompiendo cada esquema de tu vida, tú y tu viaje a la inexistencia viajáis con una repleta maleta recién hecha, cargada de cada despedida que no expresaste, miedos que no afrontaste, los te quieros que nunca te atreviste a decir, de todos tus «lo sientos» guardados…. ahora todos viajan y murieron contigo.
Ya nadie podrá recordar tus besos, ni tus abrazos, ni risas porque decidiste esconderlos bajo tu miedo protector.

Tu olor se volvió efímero, tus miradas ilegibles, ese fue el cruel precio de alimentar tu miedo.

Tenías miedo de ser un necesitado de ellos, tal vez orgullo, tal vez sólo falta de valentía, tal vez falta o sobra de amor propio y lo lograste, lograste huir de tus necesidades y dejaste de soñar.

Te aterraba ser un necesitado de sus besos, te aterraba volver a poner tiritas para un corazón partido, y te olvidaste de vivir en un ahora que no entiende de un mañana y dejaste de volar, y te encargaste de llenarte de objetos, por ello tu huella solo quedo materializada.

Ahora vuelas alto, y observas con agonía cada batalla que no ganaste al no usar las armas del amor, desde ahí arriba miras con recelo la vida que escapó esperando tener la oportunidad.

Dedicado a cada corazón que tuvo un paro cardíaco inesperado, y a cada uno de vosotros que aún estáis a tiempo de volar y usar las armas del amor sin usar el escudo del miedo.

Tú último día en la vida llega sin llamar, ama, perdona, di perdón, di lo siento, di te echo de menos, y vive

10/03/2016

Etiquetas: tequiero

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS