REFLEXIONES 2

REFLEXIONES 2

Somos lo que pensamos

A medida que el ser humano adquiere más tecnología va limitando también su pensamiento. Nos gobierna la inteligencia artificial, ya no conocemos de historia ni de geografía, ya no conocemos ni distinguimos las plantas ni las estaciones. Vivimos sumidos en diferentes redes sociales y creemos que somos importantes por la cantidad de likes que recibimos, se nos olvidó entrenar el cerebro para memorizar un número telefónico, preferimos conversaciones con emojis y caracteres que incluso son sugeridos por el corrector de nuestro dispositivo, ya no se le permite a nuestra mente errar y corregir. Todo está ahí; una palabra y el buscador redirige a páginas donde el mediocre corta y pega, el que lee al menos copia lo importante y el ignorante cree todo lo que lee.

Las bibliotecas ya no son excusas para encuentros fortuitos y románticos. Los libros ahora parecen objetos arcaicos y obsoletos. Ya no sabemos a que huele un libro de páginas viejas y ajadas. Ahhh!! y mucho menos sabemos que es invertir en un libro nuevo. Preferimos educar a nuestros niños con libros digitales y en el peor de los casos con audiolibros. Esta generación muy seguramente no sabrán quién fue William Shakespeare, Homero, Miguel de Cervantes Saavedra, Pablo Neruda, Julio Verne, Edgar Alan Poe entre otros tantos. Los niños y jóvenes ahora están contaminados de “ influencers” que poco y nada les aporta a su formación personal, mental y porque no, espiritual.

La música ya es otro factor, que aunque bien es cierto, debe evolucionar y debe ir acordé a los tiempos hoy por hoy son canciones huecas y sin sentido, dónde denigran y hacen ver al ser humano como algo de tomar, usar y desechar. Son pocas las canciones con las que se pudiera conquistar el corazón pues ahora primero conquistan el cuerpo y con frases lujuriosas los jóvenes entran en un frenesí de experiencias precoces donde dejan de gatear para de una vez volar.

Las futuras generaciones no sabrán que es una obra de teatro, que es un show de marionetas y mucho menos sabrán que es una cumbia, un pasillo un Bals. El mundo se a transformado , con el los amantes de Beethoven, Mozart, Johann Sebastián Bach, Los Beatles, Los Rolling Stones Queen, Juanes, Ricardo Arjona, Maná, Aterciopelados y otros buenos artistas pasarán a la historia porque no habrán oídos que guste de sus melodías. Ahora todo es ruido y bostezos de quienes facturan millones en ventas discográficas sin ningún talento.

Los museos poco concurridos, sólo son visitados por verdaderos amantes del arte porque la juventud dejo de lado da Vinci, a Vincent van Gogh, a Rembrandt. Ahora son y somos aficionados a Hiro Mashima, Rumiko Takahashi, Masashi Kishimoto y como no Akira Toriyama. Todos estos grandes creadores de manga. El mundo va evolucionando vertiginosamente, lo que no sabemos es si vamos al progreso o al retroceso como humanidad. El niño volcado contra sus padres donde no existe respeto alguno ni por ellos ni sus mayores, mujeres que confundieron la igualdad con la degradación como género, hombres que dejaron de lado su caballerosidad. Vemos potencias mundiales aprobando el aborto, feminasis destruyendo todo sólo para sentar su ideología, feminicidios porque el hombre se cree superior a la mujer y quiere su control y dominio y al no obtenerlo sega su vida porque en su mente involucionada crea la idea de “ si no es para mí no será para nadie”.

Normalizamos la violación a niños en general, porque el mundo se transformó pero la mente del ser humano está volviendo a su origen primitivo, la vida ya no tiene valor porque creemos que el mundo está sobrepoblado y hay quienes se creen dioses con derecho a exterminar a cientos de miles con sus misiles y ráfagas dejando solo muerte, destrucción y desolación mientras al calor de una chimenea y un vaso de whisky van programando y orquestado el próximo ataque.

Si tan sólo por un día dejáramos de lado los celulares, apagáramos los televisores, saludáramos al vecino, estrecháramos la mano de nuestros amigos, diéramos abrazos de gozo al encontrarnos, y que en lugar de mensajes de texto miramos a los ojos y le dijéramos a ese ser todo lo que sentimos con amor y respeto, si nos pusiéramos a la estatura del niño y le habláramos con determinación pero con amor, si escucháramos con atención al anciano y diéramos gracias por lo poco o mucho que tenemos, el mundo sería mejor. Y de nuevo volveríamos a ser la especie pensante, racional y dominaríamos nuestra mente antes que al mundo y con seguridad seriamos mucho más felices y empáticos. Dejaríamos de destruir el planeta, seríamos más conscientes que hacemos parte de un todo y una organización cósmica.

No esperes que el mundo cambie, empieza por cambiar tu forma de pensar, empieza por cambiar tu mentalidad, empieza por tener conciencia y mejorar tu entorno más cercano. No culpes al gobernante, no culpes a las grandes masas, pues todos y cada uno de nosotros somos responsables en gran medida de lo que hoy estamos viviendo. Empieza por comprender que es nuestro deber dejar este mundo mejor a como lo encontramos. De lo que hagamos hoy dependerá el futuro de la raza humana.

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