Deberían fijarte en mi mirada,

Pronunciando mi nombre con tus labios,

Dibujando al infinito mis pisadas,

Recordando los momentos que te amo.

Mira alrededor del muro negro,

Se ha callado el río entre las vías,

disimulando que estoy contento,

partituras de colores y alegría.

inerte entre sueños dorados,

perdí la llave de tu alma,

ahora siento que he colmado,

la vasija que medía tus palabras.

se hace el silencio y, la oscuridad,

penetra los poros de mi cuerpo,

que consuma fragilidad,

crispa la voz de un lamento.

no lloro tan solo por el insomnio,

que ha quedado como una crisálida,

entre los tiempos que del silencio,

Flagelan duramente mis palabras.

yo no sé ni entiendo de leyes,

pues nunca estudié las letras,

de canciones que prometen,

tambalearse en tus piernas.

recojo el jabón del suelo,

escurridizo es como el pez,

tan solo me queda el consuelo,

que una tarde vi llover.

silencio detrás de tus labios,

macabro sentido a mi vida,

promesas dicen los sabios,

y yo tomando a sorbos vitaminas.

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