Donde nació la indiferencia, mutiladora del alma y flagelo de los soñadores. Así perdura en un rincón del alma tu imagen. Estrujada y lejana entre tantos momentos vuelves como espejismo entre la niebla fría hundiéndose en mi frente. Sigo de pie. La estocada mortal fue sanando y hoy escuché mis latidos. Tan grande es mi victoria que vuelvo la mirada y allí nacen mis sueños, al final del desierto y las faldas de la montaña. Pronto me iré cabalgando sobre corceles alados y guardando el silencio en mi pecho. Solo eres una foto entre las páginas de un libro viejo cerrado para siempre.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS