Palabras que a merced del viento murmullando se desvanecen en los rincones para no encontrarte, meciéndose en silencio, desaparecen para caer en el olvido haciendo que se caigan estos trozos de cielo sin mar.
Atravesando calumnias que pierden sentido en mi verdad, no encuentro las palabras que el viento se llevó para encontrarte, y es que el olvido permanece en el tiempo inerte de esta búsqueda desesperada por llegar a ti.

Arde por dentro el caos de una angustia, y tras perderte el rastro han atravesaron los años que se han convertido en estas heridas que son ahora parte de mí, desvaneciendo tras de sí mi silencio, dejando tan solo mis lágrimas sobre tu ausencia.

He visto sombras que irradian luz en la oscuridad, si es la sombra de un sueño la que se asoma en dentro de mí,  atravesando entre risas que engañan a mi corazón,  llevándose consigo la ilusión, de una pregunta sin respuesta.

Este invierno eterno, deja un recuerdo ausente, he vuelto a ver que la sombra del silencio que se acerca a mi ser, se ha asombrado con tal vehemencia, del encuentro de la soledad eterna, de una sinfonía sin final.

Delirios de un recuerdo que atraviesa mi mente aún sigue guardando tu nombre porque aunque esta vida se me haya hecho un instante,  solo tú guardas mi más grande secreto.

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