Tomó tanto que no quiso despertar,
lagañoza no se fijó que hoy el cielo le habla.
Se besuqueó con el tiempo y se acostó con los recuerdos.
Es una cualquiera mi acta de nacimiento,
no tiene límite la rebelde.
Acepta números y los acumula a su antojo.
Dice que son 37 inviernos,
yo le dejo esa responsabilidad,
ni modo.
En los únicos números en los que creo,
son los que llegan en caravana a mi cuenta.
Hoy se emborrachó la doña,
la doña,
la que le recuerda a uno supuestamente la edad que tengo.
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